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El regreso a la capital del sur había sido pesado.

 Jin estaba cansado y el frío lo tenía helado. A mitad de su viaje la temperatura descendió aún más y cuando llegaron a la capital, la nieve caía sobre todos lados, manchando de blanco todo el lugar. Se detuvieron en un hostal y aunque Seokjin no entendió porqué, no dijo mucho cuando pudo entrar a una habitación con una chimenea. Se sentó frente a ella, estirando las manos, sus dientes castañeando.

—¿Tienes frío, bonito?

—¡Estoy congelado! —se quejó, antes de sentir los brazos de Taehyung rodearlo y sentir un beso sobre su cuello—. ¿Por qué no regresamos a casa?

—Eh... Había un problema con el carruaje. —Seokjin frunció el ceño, girando notablemente confundido—. También necesitaba esperar un paquete, llega mañana.

—¿De dónde? —preguntó no muy convencido, Taehyung estaba ocultando algo y no quería decírselo.

—De la fábrica—respondió en una voz muy bajita, nervioso, señal de que estaba mintiendo. Seokjin entrecerró los ojos y Taehyung giró el rostro, no queriendo verlo a los ojos—. N-No estoy mintiendo.

—¿No?

—No. —El doncel le sostuvo la mirada, notando como la expresión del duque se rompía. Era malo para ocultarle cosas a él—. Bueno, si hay otra razón, pero no miento cuando digo que debía esperar por un paquete, bonito.

—Hmm.

—¡No quiero arruinar la sorpresa! —se quejó el mayor, hundiendo su rostro en su cuello. Seokjin soltó una risita y se giró para besarlo.

—Mi señor—le llamó, antes de sentir sus dientes en su labio inferior—, lo siento, Voo. Lo olvidé.

—Tenías tiempo sin llamarme así—le dijo entre risitas, el doncel tragó duro y llevó sus manos a la camisa del duque, sus dedos torpes desabotonando la pieza poco a poco bajo la atenta mirada del duque—. Jinnie.

El doncel alzó la mirada y lo observó fijamente, algo intimidado por lo oscuro de la mirada de su esposo, sintió el pulgar de Taehyung acariciando sus labios y separándolos ligeramente, antes de acortar distancias y juntar sus labios, la boca del duque sabía al vino que habían tomado durante la cena.

Gimió contra sus labios, sintiendo los dedos de Taehyung clavarse en sus muslos sin realmente hacerle daño.

>>Volvimos a la ropa que odio, no puedo arrancarla con facilidad—le escuchó gruñir al acomodarlo a horcajadas de su regazo y sentir como arrancaba los hilos que mantenían su ropa en su lugar con más fuerza de la necesaria, buscando liberar la piel pálida de su pecho. Un lloriqueo escapó los labios de Jin cuando sintió los dientes de Taehyung sobre su pezón, maltratando la zona sin piedad—. No tenemos aceite.

—No me importa.

—Te dolerá—le dijo al mordisquear y besar la zona lastimada, deleitándose al ver las marcas rosadas sobre la piel clara.

—No me importa—le repitió, bajando las manos para soltar el cinturón del mayor—. Te necesito, ¿Si?

—Bien, hagámoslo a tu modo, tú te mueves—le sonrió, arrastrando su túnica y dejándolo desnudo sobre su regazo, sintió un escalofrío pero tenía un asunto más urgente que el frío que hacía. Su cuerpo tembló cuando sintió los dedos de Taehyung en su entrada—. ¿Se siente incómodo?

—uhm—negó en un lloriqueo, arqueándose cuando sintió los dedos de Taehyung curvarse y tocar aquella área dulce. Sus caderas se movieron contra sus dedos y justo cuando pudo sentir que venía, Taehyung se detuvo, haciéndolo bufar.

Soft Edges  ➠ 【TaeJin】Where stories live. Discover now