Soft Edges ➠ 【TaeJin】

~36~

—... Un hombre no debería hacer esto.

Taehyung negó, pasando la toalla mojada por la frente de Jin, que luego de haber sido atendido había presentado una fuerte fiebre que preocupó a todos. Joohyun y Seulgi aún estaban en el palacio en el momento que Jihyun había encontrado a Seokjin, por lo que pudieron atender a los dos donceles de forma inmediata, ya que Jimin también había mostrado signos de envenenamiento, sin embargo, quién se había llevado la peor parte había sido Jin.

—Es mi esposo, ¿Como no podría? —cuestionó sin verla, en un tono suave, al soltar un suspiro. Jin se veía pálido y algo ojeroso, pero su fiebre había bajado—. No es molestia alguna.

—Es él quien debería cuidarte.

—Él es menor que yo, además está enfermo, se merece estos cuidados y muchos más. —dijo al quitarle el cabello de la frente y levantar la vista para ver a la madre de Jin, quién no se había despegado del doncel en toda la noche al igual que él—. ¿Jimin ya fue estabilizado?

—Dejando de lado la resaca, está muy bien. Las sacerdotisas dicen que probablemente él no consumió mucho de esos pasteles.

Taehyung no dijo más nada, su mirada aún en el rostro de su esposo. Quería regañarlo, pero una parte de él estaba aliviado porque Jin estaba bien, eso no quitaba el hecho de que aquello había sido realmente peligroso.

Tomó una mano del doncel y la sostuvo entre las suyas, apoyando su frente en ella y cerró los ojos.

—Si está cansado yo puedo quedarme con él.

—No hay necesidad, además lleva bostezando desde hace rato, señora, vaya y descanse usted. No me moveré de aquí hasta que él despierte.

—... —la mujer soltó un suspiro, pero asintió, levantándose de su lugar y despidiéndose con una reverencia.

Cuando la puerta se cerró y fue dejado solo, se acostó al lado del doncel, acurrucándose contra su pecho y escuchando sus tranquilos latidos. Alguien tocó la puerta en ese momento, logrando que se alzará de su lugar, no sin antes darle una última mirada a Jin para luego acercarse a la puerta.

—¿Algún cambio?

—No, sigue dormido—respondió con pesar al notar como Joohyun entraba, acercándose a Seokjin—. No es la primera vez que pasa, ¿Cierto?

—¿Qué alguien es envenenado?

—Qué él es envenenado—Joohyun se sentó a los pies de la cama, con la mirada fija en el rostro de Jin—. Algo tuvo que haberle pasado para que su madre estuviese aquí, a pesar de no tener una buena relación.

—Lo fue. Cuando era niño, la gente es cruel y muchos no estaban de acuerdo con que el único hijo del emperador fuese un doncel, lo preferían sin descendencia. —comentó sin emoción, tomando la mano de Jin para verificar su pulso—. Claro, tal parece que quien lo atendió en ese momento le explicó muy bien qué hacer, estaría al borde de la muerte de no haber hecho nada al respecto. Esto no se compara con esa vez, por supuesto.

—¿A qué te refieres?

—Esa vez fue horrible, realmente pensé que moriría o quedaría con algún defecto para la eternidad. Había tanta sangre y su llanto y súplicas me causaron pesadillas por mucho tiempo. —una sonrisa llegó a sus labios—. Pero él no es así. Despertará pronto, el poco veneno que pudo haber quedado en su sistema será desechado naturalmente.

—¿No habrán secuelas?

—No, tranquilo. Además, hoy se termina su tratamiento, volverá a parlotear acerca de querer un bebé pronto, duque.