Soft Edges ➠ 【TaeJin】

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Una estela de nieve caía sobre aquella zona, los pequeños copos caían en una danza ligera y casi armoniosa, Jin sonrió y se levantó juntando sus manos para tomar algunos entre sus manos. Los pequeños arbustos del suelo poco a poco se tintaba de la pura tonalidad, de forma que notar el pequeño movimiento entre ellos no fue complicado.

Un pequeño conejo apareció entre ellos y comenzó a avanzar, el doncel sin pensarlo mucho comenzó a seguirlo, la pequeña criatura le llevó a través de ese lugar hasta un grupo de árboles torcidos formaban una especie de pequeña cueva en la que un gran grupo de conejos rodeaba a un animal más grande. Un tigre con pelaje muy blanco y rayas muy negras.

El tigre albino lo notó por primera vez, deteniendo su acción de lamer a los conejos como gesto de cariño, o al menos eso parecía, ya que lo hacía con ahínco, como una madre cuida a sus cachorros. Jin se quedó quieto en su lugar, sin saber qué hacer.

El tigre se levantó y se acercó a él, tenía unos hermosos ojos obsidiana y su mirada era de alguna forma gentil, por lo que no le causó temor alguno.

El tigre lamió su mano y él no pudo evitar acariciar sus blanco cabellos con una sonrisa, se agachó frente al tigre y este lamió su mejilla, lo que lo hizo reír. Abrió los ojos cuando escuchó agua correr y al girar se encontró con un pequeño riachuelo que no había estado ahí y a otro tigre del otro lado. La única diferencia es que el otro tigre era de bengala. Este cruzó el río de forma experta y se acercó a él casi contento, acariciando con su hocico su mejilla.

Río enternecido acariciando a las hermosas criaturas, antes de escucharlas gruñir, alzó la mirada y notó una figura que no había visto frente a él blandir su espada con la intención de herirlo. Cerró los ojos con fuerza y se cubrió el rostro con las manos, esperando el golpe.

Dio un salto en su cama, jadeando y observando a su alrededor. Se llevó una mano al pecho, sintiendo su corazón latir desbocado. Taehyung dormitaba a su lado, dándole la espalda y con la camisa hecha un desastre. Lo rodeó con sus brazos y suspiró contra su espalda, sintiendo sus dedos temblar.

—¿Seokjin...?

—Tuve una pesadilla—gimoteo, logrando que el otro se sentará casi de manera inmediata—, tengo miedo.

—¿Qué sucede bonito? ¿Qué soñaste? —el doncel negó levemente, aferrándose a él con los labios fruncidos—. ¿Quieres que te cante?

—No quiero dormir, —confesó, su corazón aún latía desbocado en medio de su pecho—. Tengo miedo de volver a soñar lo mismo.

—Entonces no dormiremos, veamos, ¿de qué quieres hablar?

—Cuéntame algo.

—uhh, no sé... ¿Sobre qué? —Taehyung sacudió la cabeza, buscando espabilar y luego soltó una risita—. Bueno, no te había comentado esto, pero ellas me regañaron.

—¿Las chicas? ¿Por qué?

—Descubrieron que tomaba panecillos para ti y ahora solo hacen los necesarios. Me dijeron que no podía ser tan irresponsable y que debía cuidarte mejor.

—Pero estoy bien, estamos bien.

—Lo sé—sus dedos acariciaron sus mejillas con delicadeza—. ¿Y si bajamos?

—¿Bajar?

—Demos un paseo. —Taehyung sonrió ampliamente, levantándose y buscando abrigos para los dos—. Solo será un momento, busquemos luciérnagas en el patio.

—¿Hay luciérnagas?

—Sí, si, ven—Caminó de la mano de Taehyung, cuyos ojos brillaban al sonreírle y guiarle a través de los pasillos, hasta llegar al amplio terreno del patio.