Soft Edges ➠ 【TaeJin】

~35~

El otro doncel lo siguió cabizbajo, mientras avanzaban por los largos pasillos, en los que se encontraron con la concubina. Que llevaba una expresión extraña sobre su rostro.

—Jinmi.

—Buenos días, hoy... Hay algo raro.

—¿Raro?

—Sí, ¿No lo notan? Llevo días escuchando cosas raras, pero hoy está peor que nunca.

—Ahora que lo mencionas, el día que llegó el duque escuché pasos cerca de mi habitación, pero cuando salí no había nadie.

—¿Y por qué no dijiste algo?

—El duque acababa de llegar, y estaba cansado, lo olvidé al día siguiente.

—De todas formas, tengan cuidado y sospechen de todo el que se les acerque.

Jimin frunció el ceño, pero asintió al seguir avanzando junto a Jin. El otro doncel trago duro y aceleró el paso, ambos dirigiéndose a los jardines que había en la parte trasera. Justo donde aquél árbol estaba, se veía algo triste, sin sus flores.

—Jinnie.

—¿Hm?

—Quiero hacer algo loco hoy.

—¿Loco? ¿Te quieres bañar en algún río o algo? —bromeó, sentándose en las faldas de aquél árbol.

—No, sólo que... Nunca he bebido alcohol, pero cuando me case no podré tomarlo nunca. Quiero probarlo.

—¿Quieres embriagarte?

—Hm, ¿Alguna vez lo hiciste?

—Sí, al duque le provocó y bebimos juntos—al ver la expresión horrorizada del otro doncel, soltó una risita—. Aún no habíamos hecho nada, es extraño, tu cuerpo se siente caliente pero no tienes fiebre y tu cabeza se siente ligera.

—Entonces, ¿Quieres beber conmigo? Solo será vino—le dijo con una sonrisa leve, Seokjin se levantó y asintió, salieron del palacio algo temerosos, probablemente no les dirían nada, pero temían ser regañados por su pequeña travesura.

Compraron dos botellas de un famoso vino que fue recomendado por algunos transeúntes, se alejaron divertidos y adquirieron también algunos aperitivos que encontraron en aquél mercado, mientras Jin escogía los distintos pasteles, una señora de mayor edad se acercó a Jimin.

—¿Vas a casarte pronto, muchacho? —le dijo en un tono dulce—. Tienes el cabello tan corto, seguro debiste tener un bonito cabello largo.

—uh, si—respondió tímidamente, está le tendió un paquete y le sonrió—. Abuela, yo...

—Solo acepta el regalo de esta abuela, espero que tu matrimonio sea muy feliz, muchacho. —y se alejó, Seokjin llegó a su lado en ese momento y tomó su mano, sosteniendo en su otra mano algunas paquetes.

—Creo que ya tenemos todo.

—Vayamos, entonces—le dijo entre risas, sin notar como la misma abuela cruzaba la calle y recibía varias monedas de oro de un hombre con un traje costoso, que observaba con el ceño fruncido a los dos donceles.

—Minnie, ¿Cómo haremos para pasar esto? Además, notarán que no fuimos a desayunar.

—Aún debemos hacer una parada, Jinnie.

A Seokjin no le sorprendió que se detuvieran en aquella tienda donde habían ido hace unos meses, Jimin salió con un vial que tenía un buen aroma. El otro doncel soltó una risita, al guardarlo entre su ropa.