—Te voy a extrañar. —le dijo Taehyung, sus cejas levemente fruncidas y su mano aferrada en su cintura, mientras lo miraba directamente a los ojos.
—Nosotros también—le aseguró el doncel con una sonrisa, recibiendo los besos del duque contra su cabello y sonriendo—. Pórtate bien, Voo.
—Tu también, voonnie—sintió la caricia contra su vientre, los dedos de Taehyung sobando sus costados con delicadeza—. Te amo. Los amo, así que cuídate mucho. Les pedí que te prepararan una habitación abajo por si subir las escaleras o caminar demasiado es difícil por la hinchazón en tus pies.
—Con las botas nuevas ya no se hinchan tanto, se ha aliviado un poco.
—Aún así. —le dijo al tomarlo del rostro—. También asegúrate de comer bien, y si voonnie te pide panes, dale dos. Solo dos.
—De acuerdo, yo también te amo, Voo, regresa pronto—recibió un beso en los labios y alzó sus manos para sostener su rostro entre sus manos por unos segundos—. Regresa completo, sin marcas ni rasguños.
—Lo haré, bonito.
—¡Y sin ver bailarinas! —le recordó.
—Y sin ver bailarinas, solo pensando en ti, precioso—El duque besó sus labios otra vez y se separó, Seokjin se despidió con las mejillas rojas y le vio subir al carruaje rápidamente, manteniéndose en su lugar hasta que el carruaje estuvo lo suficientemente lejos. Posó una mano sobre su vientre, rezando en silencio porque su esposo llegase y regresase sano y salvo sin ninguna dificultad.
—Mi señor.
—¿Hm?—Giró pensativo, notando la sonrisa ligera en los labios de Jieun, quién se detuvo a su lado y soltó:
—Ha llegado una carta para usted, ¿Le preparó té y pastelillos antes de que la lea?
—Por favor, Jieun, estaré en el estudio de Voo—Pidió, la mujer asintió y se alejó, mientras el se acercaba a su destino sin apuro, si bien era cierto que con las botas que Taehyung había adquirido sus pies no le dolían, estar de pie por mucho tiempo seguía siendo un suplicio, por lo que al poder sentarse frente al escritorio de Taehyung no pudo evitar soltar un suspiro.
Su mirada se detuvo en el escudo de armas de los Keim, observándolo con detalle.
Taehyung no le había mentido cuando mencionó que en el escudo de armas habían dos tigres, rodeados por ramas de olivo, con colores azules y verdes. Sus parpados se sentían pesados, señal de cansancio por no haber dormido luego de aquella pesadilla, pero se mantendría despierto por un rato más antes de tomar una siesta. Toda aquella conversación con Taehyung había despejado sus miedos.
La puerta se abrió poco después, Jieun apareciendo con su habitual carrito y una habitual sonrisa. La mujer había estado prestandole especial atención desde que se había enterado de su embarazo, no que las demás no lo hicieran, solo que Jieun era la que lo seguía de un lado a otro para verificar que no se hiciese daño alguno. Esta detuvo el carrito a un lado del escritorio, sirviendo el té en una taza.
—Hana y yo pensamos lo mismo, se adelantó en preparar esto. —la taza de té fue posada frente a él, el delicioso aroma llenando la habitación, soltó un leve gracias y recibió la carta en sus manos.
Su ceño se frunció al notar que se trataba del sello real, lo que significaba que era una carta de su majestad el rey. Por suerte Eunjoon solo le escribió para preguntar como estaba llevando los síntomas de su embarazo, argumentando que su esposa estaba sufriendo mucho por ellos, incluso se permitió bromear de como le había dicho a Taehyung para viajar a un hermoso lugar, por su situación parece que solo irían el duque y él. No pudo evitar soltar una risita, imaginando lo mucho que ese comentario molestaría a la reina.
BẠN ĐANG ĐỌC
Soft Edges ➠ 【TaeJin】
FanfictionLa vida no es fácil para los donceles de esta sociedad de antaño, Seokjin ha sido entregado a un completo desconocido en matrimonio, y aunque su esposo no parece ser una persona mala ni un hombre similar a las bestias patriarcales a los que está aco...
