Soft Edges ➠ 【TaeJin】

~42~

—¿Es otro señor bigotes? —cuestionó emocionado al recibir el conejo que Jin había hecho para él. El pequeño partiría al otro día a su escuela, por lo que organizaron una pequeña reunión para celebrar su cumpleaños adelantado.

—Hmmmm, ¿Qué tal si le llamamos Srta Bigotes? —le dijo entre risitas, acomodando el conjunto del peluche.

—¿No debería ser señora?

—Aún no se han casado—bromeó—. Solo se vuelve señora cuando hay una boda de por medio.

—Entonces, ¿Por qué las señoritas te llaman señorito, Jinnie? Estás casado con mi tío, ¿No es así?

—Lo estoy, en mi caso es para hacer una distinción porque soy menor que Taehyung.

—Jinnie... ¿Ustedes tienen una marca? —el niño preguntó repentinamente al sostener al conejo en brazos—. Los donceles como tú.

—Si, tenemos una pequeña marquita que se asemeja a una flor. La mía se encuentra en una zona que no puedo mostrarte, pero parece una rosa. ¿Por qué?

—Mi compañero de habitación tiene una, no es visible a simple vista tampoco, pero hace días mientras nos cambiabamos la vi. Eso significa que es un doncel, ¿Cierto?

—¿Cómo se llama ese chico?

—Yeonwoo. Es el único que tiene esa marquita, y cuando le dije me pidió que lo mantuviese en secreto. —los labios del pequeño formaron una línea recta—. Pero eso no es algo malo, ¿Por qué debería ocultarlo?

—¿... Yeonwoo es tu amigo?

—Sí, es realmente inteligente y cuando no comprendo algo me lo explica. Es un año mayor que yo y es realmente gentil.

—La marca no es nada malo, es solo la señal de los dioses para que se sepa quienes son donceles y quienes no. —explicó en voz suave—. No existe mucha diferencia ahora, pero cuando crezcan, empezarán a existir. Jaejae, por eso siempre debes ser la mejor persona.

—¿Qué significa eso, Jinnie?

—Cuando Yeonwoo crezca y se empiece a notar su naturaleza podría ser perseguido, porque las personas que no saben lidiar con lo diferente solo buscan destruirlo por temor. —le explicó—. Así que si te sientes agradecido con él, debes protegerlo, ¿De acuerdo? Eso hacen las mejores personas.

El niño asintió algo confundido por su respuesta, Jin dudaba que pudiese explicarlo mejor al chiquillo que no entendía qué ocurría, pero una parte de él se tranquilizaba al haberle advertido de eso. Le vio alejarse, mientras se perdía en sus pensamientos.

Y es que quizás era por su estado, pero no pudo evitar pensar en los padres de ese pequeño doncel. ¿Cómo podían haber enviado a su pequeño a un lugar como ese? De sólo pensar en hacerlo con sus propios hijos le revolvía en el estómago, si alguien descubría su secreto y le hacía un daño mayor... No.

Sacudió la cabeza para sí mismo, soltando un suspiro y terminó de envolver aquél zorro que había hecho para que Taehyung pudiera llevárselo a Jimin. La última carta del otro doncel le había dejado un mal sabor de boca, Jimin le había confesado que la concubina de su padre había dicho algo realmente alarmante de un probable ataque. Soltó un suspiró y dio un salto cuando unos brazos envolvieron su vientre.

—Jinnie.

—Voo—se giró con una sonrisa leve, recibiendo un beso en la punta de la nariz—. ¿Preparado para tu viaje?

—Solo voy porque me chantajeaste con besitos—se quejó en voz baja, apoyando su rostro en su cuello—. A mí, que por un beso tuyo soy capaz de bajar la luna.