Epílogo

47.3K 4.7K 1.8K
                                    


David

Decir que estoy enamorado de Natalie hasta la médula, es quedarme corto.

No sabría decir cómo pasó, ni en qué lugar, ni en qué instante, ni en qué mirada, ni en qué sonrisa. Cuando quise darme cuenta ya estaba sumergido hasta el cuello, ya no había forma de salir de ahí, no había manera de volver atrás y no es que quisiera tampoco, no cuando ella me miraba con esos ojos, me sonreía de esa forma, me abrazaba con ese entusiasmo, me hacía el amor con esas ganas. Ni siquiera puedo explicar con palabras lo que siento por Nat. Lo único que puedo decir es que la amo, de esa forma que solo puede sentirse una vez, de esa manera singular y maravillosa que te taladra hasta los huesos.

Aquí confirmo lo que ya he dicho en varias ocasiones: No voy a encontrarme otra mujer como Natalie, nunca.

—Estamos hoy aquí reunidos... —El sujeto vestido de Elvis Presley comienza a hablar, mientras una música romántica del mismo artista suena de manera tenue dentro de la capilla. —Para unir a David Schmitt y Natalie Carson en sagrado matrimonio... —hace una pausa. —Otra vez.

El pequeño público suelta una pequeña risa, no sé cómo había sucedido esto, no tengo idea de cómo habíamos llegado hasta aquí otra vez, creo que fue después de una botella de Whisky, luego que Natalie terminara su postgrado en Creación Artística y celebrábamos que las cosas nos estaban yendo bien a todos. Ahí estaban Oliver y Alexandra; también estaban Carmen y la tortuga ninja, no podían faltar mi hermana y su, otra vez, novio Keith (quién no logra caerme bien todavía, pero lo había contratado como mi nuevo asistente, por tal motivo tengo que soportarlo). Todos nos habíamos emborrachado en casa del caga-billetes y después de contarles lo que fue nuestra caótica vida cazados, porque así con Z es como lo llamamos cuando queremos hablar algo sobre nuestro primer matrimonio y reírnos un rato, todos ellos se pusieron de pie y dijeron al unísono:

—Deberíamos irnos a Las Vegas... hoy mismo. —Natalie y yo nos vimos, después como si estábamos sincronizados los dos hablamos al mismo tiempo:

—Deberíamos casarnos en Las Vegas... —Después de todo, eso era algo original y además nuestra relación nunca fue normal del todo por tal motivo eso no sonó para nada descabellado. La nuestra no era una típica historia de amor, era algo para reírnos y pensar si en un futuro deberíamos contarle a nuestros nietos o censurarlo de una vez por todas. Entonces, nos tomamos de las manos y dijimos: —¡Vamos a casarnos otra vez en Las putas Vegas.

Todos nuestros amigos chillaron y aplaudieron al mismo tiempo. Tal vez porque estaban ebrios o porque ya tenían bastante tiempo esperando que nos decidiéramos dónde celebrar nuestra boda. Estoy seguro que querían escucharnos decir esto, por la forma en que ellos celebraron y no tardaron mucho en iniciar los preparativos. Yo me reí porque Natalie ahora mencionaba mi puta palabra favorita a menudo, aunque después me riñera y todos me echaran la culpa de las groserías que estaba aprendiendo a decir Gracie, mi sobrina. Entonces, le di un beso en el dorso de su mano y le dije, mirando el anillo de compromiso en su dedo anular: —¿Entonces señorita Carson, está lista para convertirse en mi esposa hoy mismo?

Y así fue como terminamos aquí, como fue que después de jurarnos no volver nunca más a este sitio acabamos diciendo nuestros votos frente al mismo sujeto vestido de Elvis Presley en la misma capilla de hace casi tres años. Con trajes similares a los anteriores porque al parecer la única tienda abierta a esta hora es una específicamente de disfraces, ya comenzaba a comprender como es que acabé vestido de esa forma.

Pero esta vez era genuinamente diferente, ambos queríamos esto y aunque no estoy seguro de lo que estoy haciendo, de lo que sí no me cabe la menor duda es que quiero casarme con Nat, que quiero tenerla a mi lado por el resto de mi vida y lo confirmé cuando la miré entrar al sitio, cuando la marcha nupcial comenzó y me dio una sonrisa temblorosa, dulce y gentil en partes iguales que hizo palpitar mi corazón a un ritmo insospechable.

Recién Cazados © (Borrador de la 1era edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora