Capítulo XIV

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Meses después la partida de Adler, la familia Firgretmann había decidido mudarse de ciudad, a una donde la carrera política del patriarca de la familia rindiera mejores frutos. La mudanza ya estaba hecha y la familia estaba a unos días de partir, pero la señora Firgretmann tenía un asunto pendiente antes de irse. En su cabeza, la risueña jovencita que había ayudado academicamente a su hijo menor, estaba condenada al fracaso por su procedencia, y no podía evitar sentir lástima por la chica, la cual tenía un gran potencial, el cual iba a ser desperdiciado por culpa del gobierno.

Para la mujer, algunas medidas tomadas por los nazis, a su pensamiento, estaban erradas. Toda esa campaña anti judíos desplegada por lo largo y ancho de Alemania iba fomentando el odio y rencor en la mayoría de Alemanes, pero ella era una de esas pequeñas excepciones. Si bien, su deber era estar al lado de su marido y apoyarlo en todo, sabía que mandar a Adler al ejército no había sido una buena idea y mucho menos que Joseph se apuntará a las juventudes hitlerianas. Tampoco estaba muy de acuerdo con toda la ideología nazi, pero en su calidad de mujer casada, no era lo mucho que podía hacer al respecto, sin embargo, pensó en Adina. La muchacha que sin importar su linaje, había ayudado enormemente a su hijo y fuese judía o no, ella debía recompenzarlo de la forma que pudiera.

Su hijo Joseph le había comentado la bochornosa situación que vivió unos días antes de la partida de su hijo Adler, cuando sin conocimiento de las medidas tomadas por el gobierno, llegó a la escuela, sin saber que no podía asistir más a ella por órdenes nacionales. Eso, sumado más la muerte de su madre que había ocurrido unas semanas antes, en la mente de la señora Firgretmann, había sido golpe tras golpe para una chiquilla que sin duda alguna, no se lo merecía.

Con algunos libros en sus manos, salió discretamente de su hogar sin ser notada por nadie, iba con un atuendo bastante informal, para no llamar la atención cuando fuera al edificio donde la jovencita residía, y lo que alguna vez había sido un barrio de clase media, con gente muy trabajadora pero honrada, se había convertido en una zona donde ninguna mujer alemana tenía que estar pisando. El nivel de desempleo judío subió a las nubes y no era de extrañar las condiciones deplorables en la que el lugar se encontraba, lo que antes había sido un lugar humilde y limpio, se convirtió en lo que los nazis deseaban proyectar de los judíos, un completo "nido de ratas" se le podría decir. Aceras sucias y personas sin empleo sentadas en el suelo con niños en sus brazos, pidiendo limosna. El estómago de la señora Firgretmann se revolvió y pensó que estaba a punto de evacuar su desayuno, pero vomitar delante de esas personas, podría ser el más grande acto de indolencia, pues mientras ella tenía asegurada su comida, esas personas rezaban para tener un bocado de comida.

Entró al edificio de la muchacha y subió al piso donde vivía, aunque no sabía muy bien el número del apartamento, decidió aventurarse y tocar uno por uno de ellos, al primero, una jovencita abrió la puerta, adentro del apartamento se escuchaba el llanto de un bebé, su cabello y vestimenta desarreglada dejaba notar que no había tenido tiempo, ganas o dinero para arreglarse como toda una dama debía de hacerlo.

—Disculpe, busco a Adina. — dijo la mayor. — Podría ser tan amable de indicarme ¿cuál es su apartamento?.

La chica asintió, se asomó un poco y sin decir una sola palabra, utilizó su dedo para apuntar a la dirección que la señora Firgretmann indicaba.

—Muy amable, gracias. — respondió.

La muchacha asintió, sin dirigirle la palabra y cerró la puerta rápidamente. Decidida, la señora Firgretmann tocó la puerta indicada y luego de unos segundos, Adina se asomo tras la puerta de madera. La contextura de la chica había cambiado un poco desde la última vez que la señora Firgretmann la había visto y es que desde el día de la trágica muerte de su madre, no había vuelto a ver a la muchacha.

La Sombra De Mis Recuerdos / EN EDICIÓN Where stories live. Discover now