CAPITULO 2

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°Brooklynn°

Me doy una última mirada en el espejo comprobando mi atuendo. Short tiro alto, blusa negra y abrigo pardo. Funcional. Cuando eres hija de Sara Merla es indispensable aprender a vestirte de acuerdo a la ocasión, y creo que estando en mi último primer día de Universidad esto es lo adecuado.

Dejo mi negro cabello suelto cayendo en ondas nada voluminosas por mi espalda, pongo un poco de brillo labial, tomo mi pequeña mochila en donde guardo unos cuantos libros y salgo de mi habitación bajando las escaleras en tiempo en récord. Voy tarde para variar.

Salgo de la casa en donde me encuentro a mi mamá regando sus flores. Ella será toda una diseñadora famosa, pero le encanta la jardinería y no le importa para nada ensuciarse las manos haciendo lo que le gusta, la fama no la ha cambiado y yo la adoro por eso.

—Se ven hermosas, mamá. —La felicito refiriéndome a sus rosas—.

—Gracias cariño. —Se levanta cuando paso a su lado y me da un corto beso en la mejilla —. Por cierto, llevarás a tu hermano.

Me detengo en seco y me giro como en cámara lenta hacía ella quien se mantiene con una sonrisa burlona y la regadera en la mano. Por favor que se refiera a Ashton.

—¿Quieres que lleve a Ashton? —Ya voy tarde, pero no me importaría llevarlo—.

—No te preocupes Brooke, yo lo llevaré, me refiero a Daniel, su auto aún sigue en el taller y de todos modos los dos van al mismo lugar.

—Tal vez su auto no estaría en el taller si no lo hubiera chocado. —Me quejo—.

—¿Cuántas veces debo decirte hermanita que no lo choque yo si no Braiden? —Y como invocado por Satán, Dany hace su aparición saliendo de la casa—.

—Da lo mismo, los dos son un par de idiotas.

—Ya basta. —Me interrumpe mamá—. Solo váyanse y traten de llevar el camino en santa paz por el amor de Dios.

—Andando Brooke, aún nos queda un muy largo camino que recorrer.

Pasa por mi lado manteniendo esa estúpida sonrisa petulante que cada vez que pone me dan ganas de borrársela con un muy buen golpe.

Inhalo y exhalo y retomo el camino a mi camioneta en la cual ya se encuentra sumamente acomodado mi hermano en el asiento del copiloto.

—Feliz ultimo primer día. —Se despide nuestra querida madre—.

—Un gran inicio de día. —Susurro—.

Tomamos la autopista con rumbo a la Universidad manteniendo una conversación mínima que no sea sobre las canciones que vamos escuchando o sobre una fiesta que ya está programada para este fin de semana.

Daniel y yo no nos llevamos muy bien a pesar de ser mellizos, pero en asuntos de fiesta siempre encontramos la forma de ponernos de acuerdo ya que si él sale yo salgo y viceversa. Ordenes de mamá.

Casi suelto un suspiro de alivio cuando entramos al estacionamiento de la Universidad y Daniel deja de platicarme de una cerveza belga que probó hace poco y no sé qué más, luego de belga deje de prestarle atención.

Estaciono y ambos a la vez como si estuviéramos sincronizados desabrochamos nuestros cinturones de seguridad.

—Daniel. —Digo justo cuando estaba por abrir por su puerta—.

—¿Qué?

—¿Podrías por favor decirles a tus amigos que mis bragas no son un asunto suyo?

—Tampoco son asunto mío, Brooke. —Y sin más baja de mi pequeña camioneta—.

Cuestión de TiempoWhere stories live. Discover now