CAPITULO 51

481 38 28
                                    

°Brooklynn°

Miro las gotas de lluvia resbalar por el vidrio de la camioneta de mi madre en el asiento trasero donde viajo con Ashton y Jake.

Mi madre va de copiloto mientras Dany conduce al cementerio donde se enterrará a Adler.

El clima a pesar de estar en junio es frío y la lluvia lo hace aún peor, pero esta bien, porque no hubiera sido cómodo vestir de luto con un calor de treinta y cinco grados. Eso es lo único bueno que puedo sacarle a esto.

Debido a la situación opte por ponerme un vestido simple negro de manga larga con cuello alto, la situación por obvias razones no me da para más.

Llevo mi mano a mi pecho buscando sentir el dije de mariposa que ha estado demasiado tiempo acompañándome y al que termine por acostumbrarme para después no sentir nada y quedar como la patética que soy.

Llegamos al lugar donde Daniel estaciona y desde aquí podemos ver a las personas reuniéndose en el lugar que yacerá el cuerpo de mi amigo.

Eso no me pone más positiva. Es insoportablemente horrible el solo pensarlo.

—Bien mis niños preciosos. —Empieza mi madre girándose un poco en el asiento para vernos también a nosotros—. Sé que esto es difícil, pero estarán...

Se corta por un momento y no puede ocultar la humedad en sus ojos.

—Estaremos bien. —Se corrige—.

Como lo dije; Adler dejo un pedazo de él en cada persona.

Mi madre llego a adorarlo, a quererlo como un hijo, como quiere a todos nuestros amigos.

Ese es el problema con ella, se encariña demasiado fácil y le es muy difícil desafanarse, es por eso que cuando baja acompañada de Ashton y Daniel detrás encontrándose con Demian y Grecia ella no tiene problema en saludarlo tan amablemente como la situación lo demanda.

Sara Merla siempre confía demasiado en las personas, se apega a ellas y esa siempre ha sido su mayor cualidad y su mayor problema.

Sabe que Demian y yo terminamos, pero no sabe la razón y prefiero que así sea.

No entiendo que afán tengo con seguir protegiéndolo ante los ojos de mi familia, pero la necesidad se mantiene.

Me preparo mentalmente para salir y enfrentarme a todo esto cuando la puerta de mi lado es abierta de repente dejándome ver a Jake quien sostiene un paraguas negro y me ofrece su mano.

—Vamos Brooke, entre más pronto terminemos con esto, mejor. —Dice con voz suave, pero gesto apesadumbrado—.

—Sabes que esto no terminará aquí, Jake. —Contesto cabizbaja, pero acepto la mano que me ofrece—.

Bajo de la camioneta y me aferro a su brazo recargándome en su hombro mientras caminamos hacia donde están todos, cuando veo el ataúd de mi amigo siento que me vengo abajo de nuevo, pero luego mi vista se centra en Jade, en como llora e intenta ser fuerte a la vez y me doy cuenta que yo no tengo a derecho a sentir más dolor que ella.

El sacerdote comienza a hablar y a decir su algarabía mientras todas las personas aquí tienen una expresión parecida al clima que se presenta: Negra, tempestuosa, triste.

Me aferro con más fuerza al brazo de Jake y recargo mi frente sobre su hombro cerrando los ojos con fuerza tratando de contener mis lágrimas.

Jake en un gesto sincero pone mi mano sobre la suya y siento que besa mi coronilla tratando de tranquilizarme.

Cuestión de TiempoWhere stories live. Discover now