ESPECIAL DEMIAN #3

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°Demian°

—¿Entonces no vendrás amigo? —Me pregunta Calum—.

—No, debo esperar a mi hermana, tenemos algo muy importante que arreglar.

Me dejo caer en el sofá y Calum hace lo mismo que yo.

—Puedo quedarme si quieres...

—No, por supuesto que no, te mueres por ir con Ailie así que esta bien, además, esto es algo que debemos arreglar Grecia y yo en privado.

Es mi mejor amigo aquí y en serio trato de no ser tan duro con él porque a final de cuentas él no tiene la culpa de lo que me esta pasando, más bien de lo que mi padre está haciendo que pase.

—Solo recuerda que Grecia no tiene la culpa de nada. —Me da un amistoso golpe en la rodilla—.

—Eso lo sé, lo único que espero es que se mantenga aquí y no regrese jamás a Londres.

—Y si eso es lo que quieres, ¿Por qué no le cuentas la verdad sobre tú padre?

—Porque ella lo ama, no puedo contarle eso esperando a que deje de hacerlo, ella debe darse cuenta por sí misma de la persona que tenemos como padre.

Ahora digo esto, pero si Bastián Walker sigue intentando alterando mi vida y la de mi hermana se lo contaré todo, no sé cual pueda ser su reacción, pero es lo único que tengo en su contra ahora.

—Bueno, yo ya me voy, si cambias de opinión ahí estaremos. —Me da una palmada en la espalda y se levanta—. Sabes que Brooke estará ahí, ¿Verdad?

—Si Calum, si lo sé, eso no cambia nada. —Digo fingiendo que no me importa—.

—Si claro. —A él no lo engaño—. Nos vemos.

Se despide y sale de mi departamento. No tardo mucho en hacer lo mismo que él después de haber recibido el mensaje de Grecia de que ya estaba en casa de mamá.

Bueno pues que comience la función, tiene muchas explicaciones que darme.

En situaciones como estás odio tener que actuar como el hermano mayor.

[...]

Entro en la casa de mi madre sin sentir un momento la necesidad de tocar. En la sala me encuentro con mi abuela que en cuanto me ve se pone de pie con los brazos abiertos, digamos que no la he visto mucho desde que llegue de Londres.

—Mi niño, al fin estás aquí. —Me saluda tiernamente como si siguiera siendo un niño y me envuelve en sus brazos—. Te he echado mucho de menos, Demian.

—Y yo a ti también, abuela. —Le regreso el abrazo con todo el cariño que soy capaz de expresar ahora—.

Margaret, o la abuela Maggie como solía llamarla es mucho más pequeña por lo que tengo que agacharme para abrazarla, no es una señora acabada, es alguien muy fuerte aún para sus setenta años, o eso creo, no he asistido a sus últimos cumpleaños y me siento muy mal por eso.

—Llegaste de Londres hace casi un mes y hasta ahora tengo el placer de verte. —Se separa de mí y puedo ver sus ojos brillosos—. ¿Pero que te crees, Demian? ¿Cómo le haces algo así a tú abuela?

Deja su momento de sensibilidad y me da un golpe en el brazo con cada pregunta, sí, extrañaba mucho a mi abuelita a pesar de que no he sido muy buen nieto.

—Lo siento abuela, sé que no merezco nada de ti, me siento en serio muy mal. —Me disculpo—.

Es la verdad, estoy totalmente arrepentido, pero es que seguía demasiado enclaustrado por todo lo que había pasado en Londres y lo mucho que extrañaba estar allá que incluso me era difícil venir y ver a mi mamá, como si ella tuviera la culpa cuando ella lo único que hizo mientras estuvo con mi padre fue cuidarme y después de su separación solo trato de hacerme entender la verdad, pero era demasiado inmaduro para aceptarlo.

Cuestión de TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora