CAPITULO 40

431 38 16
                                    

°Brooklynn°

Llevo la pluma a mis labios, mordiéndola, mientras continúo pensando en cómo finalizar la conclusión de este ensayo, se entrega el lunes, pero prefiero terminarlo de una vez antes de que lleguen el par del horror.

Como por veinteava vez vuelvo a acomodarme sobre la cama de Demian, esta vez boca abajo manteniendo la computadora frente a mí y con mis pies al aire.

—Deja de morder esa pluma o terminaras por sacarle la tinta. —Aparece Demian en la habitación son su estúpida sonrisa burlona—.

Él termino sus tareas ayer. Idiota.

—Deberías relajarte, llevas toda la tarde en ese ensayo. —Se sienta a mi lado y me da una ligera nalgada juguetona—. Te he extrañado durante todo el día.

—No lo creo, te la has pasado jugando en línea con Calum y los demás. —Lo miro por encima de mi hombro—.

—Si porque te he extrañado, princesa.

Vuelvo a cambiar mi posición, esta vez de espaldas y Demian se queja de esto cuando aparto su mano de mi trasero.

—Se supone que la conclusión debe tener ochocientas palabras y apenas llevo quinientas.

—Déjame ver. —Pone la computadora sobre su regazo—.

—Oh claro, olvidaba que Demian Walker es todo un sabelotodo.

Demian ignora por completo mi sarcasmo y pone cara de concentración total mientras lee el ensayo.

Me encanta verlo cuando luce concentrado, me encanta ver como pasa la mano por detrás de su cuello, como arruga el ceño señal de que está pensando y como sin siquiera notarlo hace su típico movimiento con la lengua.

—Tienes suerte de que este tema yo lo haya visto el semestre pasado. —Una sonrisa ladina asoma a sus labios y comienza a teclear—.

Veo como sus dedos se mueven con rapidez por el teclado y como algunas veces se detiene supongo que para buscar las palabras.

¿Cómo puede verse tan guapo haciendo algo tan simple?

—Listo. —Dice luego de cinco minutos donde yo solo estuve viendo al techo y dándole vueltas al asunto de Los Ángeles—. De nada, princesa.

Lo miro algo extrañada por la rapidez en que acabo, pero aun sentándome con las piernas cruzadas tomo la computadora poniéndola sobre estas.

Lo primero que veo es que hizo cien palabras más y cuando leo lo que escribió quiero odiarlo por hacer en cinco minutos lo que yo no pude acabar en una hora.

Ahora su ya muy elevado ego subirá y subirá hasta que ya no haya espacio en New York para él y todos quedemos aplastados.

Fuera de eso todo está muy bien, palabras justas, todo involucrado con el tema y con relacion en cosas del ensayo que no había tomado en cuenta y literalmente hizo todo esto solo dándole una leída de cinco minutos.

Hay personas inteligentes como yo y personas que saben improvisar como Demian.

—En serio te odio. —Le suelto poniendo cara de pocos amigos—.

—Al menos ya terminaste. —Lo escucho decir mientras guardo el archivo—. Y todo gracias a tu fantástico, inteligente y atractivo novio.

—Dirás mi engreído novio. —Cierro la computadora y la pongo a mi lado en la cama—.

—Como sea, creo que me merezco un premio.

No me da ni tiempo a preguntar a qué se refiere porque me toma por los tobillos y me jala a él, pero no sé cómo logro deshacerme de su agarre y retrocedo hasta la orilla de la cama, lo más lejos que puedo de él.

Cuestión de TiempoΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα