CAPITULO 25

467 35 17
                                    

°Brooklynn°

Abro los ojos lentamente y de inmediato cuando intento abrirlos por completo me da un dolor punzante y arrasadoramente horrible en la cabeza, se siente como si mil enanos enojados danzarán en mi cerebro con intención de causarme un derrame cerebral.

Aun con el dolor torturándome me llevo una mano a la frente como si con eso pudiera calmarlo y entonces me doy cuenta que sí, estoy en mi cama, pero hay un brazo envuelto en mi cintura y mi espalda está pegada a algo... O más bien a alguien.

Giro un poco la cabeza y no sé cómo tomármelo ni que expresión poner cuando veo a mi lado el perfecto rostro dormido de Demian.

—No puede ser. —Susurro lo más bajo que puedo—.

El dolor de cabeza vuelve a atacarme y es peor cuando recuerdo que se supone que hoy tengo un vuelo a México.

¡Tengo un vuelo a México!

Salgo de la cama sin importarme despertar a Demian y envuelta en las sabanas comienzo a buscar mi celular entre todo el desastre que hay en mi habitación.

Demian gruñe un poco y se acuesta boca abajo sobre mis almohadas.

Bien, creo que no se ha despertado.

Me agacho aún con las sabanas alrededor de mi cuerpo y justo como pensé ahí encuentro mi celular, pero creo que preferiría no haberlo encontrado.

Tengo catorce llamadas perdidas de mi mamá, diez de Daniel y seis de Ailie, ¿Cómo es que no las escuche?

Suelto un suspiro frustrado y me pongo de pie de un salto, tengo que estar en el aeropuerto en una maldita hora y el maldito dolor de cabeza, mejor conocido como resaca no ayuda mucho.

Me quedo de pie junto a mi cama viendo a Demian dormir cuestionándome si debo despertarlo o no, luce tan apuesto, justo como ya me había acostumbrado a verlo por las mañanas, su negro cabello esta revuelto, sus labios entreabiertos, su perfil perfecto y... Esta desnudo.

Es hasta este momento en que la realidad regresa a mí, abofeteándome.

Los recuerdos de la noche o más bien de horas antes me inundan sin consentimiento alguno, todas, todas y cada una arremolinándose como un torbellino hasta que logro encajar las piezas y lo recuerdo absolutamente todo.

Recuerdo cuando me saco de la fiesta sobre su hombro, cuando entramos a mi habitación, cuando él se negó a tener sexo conmigo, cuando yo se lo reproche y por último recuerdo todas las veces que terminamos teniendo sexo.

—Mierda. —Digo y me retumba la cabeza—.

—¡Brooklynn! —Grita Ashton desde afuera de mi habitación. Eso hace que me duela más—. ¡No sé qué estés haciendo ahí, pero debemos irnos!

—¡Dame diez minutos! —Grito a pesar de mi dolor—.

—¡No tenemos diez minutos, Alfonsina! —¿Cómo me llamo?—.

—¡Vuelves a llamarme Alfonsina y te juro que no llegas a México, Ashton!

Escucho su risa queda y sus pasos cuando al parecer se aleja de mi habitación y es todo, tengo que concentrarme e ignorar mi punzante dolor de cabeza o mi madre me matará si no abordo ese avión.

Vuelvo a ver a Demian quien está revolviéndose, al parecer está despertando y es entonces que recuerdo que a pesar de lo de anoche, que fue demasiado bueno, sigo enojada con él, muy enojada.

Así que con mi nuevo enojo renovado termino de despertarlo dándole un almohadazo en la cara y otro en la espalda.

Eso parece servir.

Cuestión de TiempoWhere stories live. Discover now