La vida no es fácil para los donceles de esta sociedad de antaño, Seokjin ha sido entregado a un completo desconocido en matrimonio, y aunque su esposo no parece ser una persona mala ni un hombre similar a las bestias patriarcales a los que está aco...
—¿... Es cierto? —preguntó el doncel al ver al más bajo salir de aquella habitación, Namjoon soltó un suspiró y asintió, rascándose la nuca y escuchando a Jin bufar—. ¿Pero...?
—Realmente es cuestión de ella—les dijo—, pero me aseguraré de que él regrese primero.
Y luego abandonó la habitación, Seokjin y Taehyung no mencionaron más el tema, aún sorprendidos de aquél hecho, volvieron al palacio luego de desayunar, con intención de empacar y preparar su salida. Jin aprovecho de hablar con Jimin, que estaba algo adolorido, pero lucia feliz.
—Alguien tuvo una buena noche. —bromeó al verlo sentado sobre varios cojines, Jimin solo soltó una risita, sus mejillas algo rojas.
—Algo así, ¿Y eso que vienes a visitarme tan pronto?
—El duque quiere regresar al sur antes, por todo lo ocurrido. —la expresión de Jimin se oscureció, pero entendía al duque. Después de todo, la habitación en la que estaba era custodiada por los mejores guardias—. Y quería aprovechar para hablar una vez más contigo antes de regresar.
—Aunque también parece que es porque no quiere que pases tu cumpleaños viajando.
—No había pensado en eso...
—Te daré mi regalo de una vez, ¿Si? —Jimin buscó una pequeña cajita y se la tendió—. Es té, pero no cualquier té. Ya verás luego sus efectos.
—¿Es esto uno de tus artículos raros?
—Quizás.
—De todas formas, aún es temprano y quiero que me cuentes como fue tu primera noche de casado. —el otro doncel solo pudo soltar una carcajada avergonzado, antes de comenzar a hablar.
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Antes de partir, Seokjin tomó un tiempo para visitar a la estatua de la diosa, justo detrás de aquél gran árbol que había sido plantado en tributo a ella. Cerró la puerta detrás de si mismo y se agachó frente a ella, viendo su rostro.
—Debe saber porque estoy aquí... —suspiró, viendo su bonito rostro—. He sido un doncel malo y he dejado que otros le pidan por mí, cuando yo fui el primero que debió haber venido. Diosa, deseo albergar un hijo en mí—se abrazó el abdomen al bajar la mirada—. Quiero sentirlo aquí y esperar atentamente para ver su pequeño rostro. Sé que las cosas buenas se hacen esperar y cuando mi bebé llegue nunca le faltará amor, será un hombre o una mujer de bien, porque será un hijo mío y de la persona que más amo.
>>Pronto será mi cumpleaños, diosa, ¿Por qué no me cumples ese deseo para esa fecha? —bromeó, posando las hermosas flores de invierno que había recogido como ofrenda—. Aunque sería muy pronto, ¿No es así?
Levantó el rostro divertido por su broma, su expresión transformándose al notar las lágrimas en los ojos de la estatua.
>>¿Soy tan malo que una petición como esa te hace llorar? —cuestionó con pesar, pronto escuchó la madera del techo tronar y antes de poder evitarlo, una gran cantidad de agua fría le cayó encima.
Soltó un gritito y abrió la puerta escapando de ahí, sin notar que de todos los trozos que habían caído, ninguno lo había herido.
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La balsa de medusa de Théodore Géricault
La balsa de la Medusa (en francés: Le Radeau de la Méduse) es una pintura al óleo realizada por el pintor y litógrafo francés del romanticismo Théodore Géricault entre 1818 y 1819. La obra, que el autor culminó antes de haber cumplido los treinta, se convirtió en un icono del Romanticismo francés. Es una pintura de formato grande (491 cm × 716 cm) que representa una escena del naufragio de la fragata de la marina francesa Méduse, encallada frente a la costa de Mauritania el 2 de julio de 1816. Al menos 147 personas quedaron a la deriva en una balsa construida apresuradamente, y todas ellas, salvo 15, murieron durante los 13 días que se tardó en rescatarlos. Los supervivientes debieron soportar el hambre, la deshidratación, el canibalismo y la locura. El suceso llegó a ser un escándalo internacional, en parte porque sus causas fueron atribuidas a la incompetencia del capitán francés que actuaba bajo la autoridad de la reciente y restaurada monarquía francesa de Luis XVIII.2