—Ya lo hace todos los días, no me malinterpretes, también quiero que tengamos un bebé, pero sé que llegará cuando deba llegar.
—Es paciente.
—Por él lo daría todo, señorita. —suspiró, retomando su puesto a un lado y viendo el rostro de Jin contraerse, sus ojos abriéndose lentamente—. ¿... Bonito?
—Tengo sed... —susurró muy bajito, sin moverse demasiado. Taehyung se levantó, trayendo agua de la jarra que habían colocado a un lado y alzándolo para darle a beber un poco, Seokjin bebió un poco e hizo un mohín.
—Te debe arder la garganta.
Jin enfocó a Joohyun por primera vez en ese momento, con una mirada algo perdida y sin brillo. Asintió levemente y se recostó nuevamente, acurrucándose hacia dónde Taehyung estaba sentado. Este le pasó una mano por el cabello, sonriendo levemente.
—Bueno, viendo que ya estás mejor, me voy tranquila. Seulgi vendrá en un rato, duque.
—Gracias por todo, señorita.
—No hay de qué.
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—Alguno de ustedes pensó que sería una buena idea envenenar a mi prometido—gruñó Yoongi, golpeando sus manos contra la gran mesa central—. ¡¿Qué pensaron que sería?! ¡¿El maldito regalo de bodas?!
Todos se quedaron callados, con la mirada baja. La noticia de que el consorte real se había regado como pólvora entre las casas nobles y todos notaban la furia en el rostro del emperador.
—¡No nos atreveríamos, majestad!
—Pues se atrevieron y empiecen a rezarle a todos los dioses existentes, porque no sólo Jimin esta grave, sino también Seokjin. —Su semblante molesto se contrajo al vociferar—. ¡Si alguno de los dos muere, juro que colgare sus cabezas y las de todos sus malditos hijos en la entrada al palacio!
Y salió de ahí, dirigiéndose directamente a la habitación de Jimin, que era custodiada por un guardia y por Hoseok.
—¿Hay noticias de Seokjin?—cuestionó en el momento que se acercaba a Hoseok, en el idioma del sur, con un acento muy marcado. El guardia soltó un suspiro y negó. El emperador, con una expresión solemne abrió la puerta y le pidió que entrase al guardia, dándole una mirada seria al cerrar la puerta detrás de él.
En realidad, Jimin estaba en perfecto estado. Como mucho, seguía conmocionado por el hecho de que alguien había tratado de envenenarlo y que Seokjin su mejor amigo se había llevado la peor parte, tanto que el fuerte dolor de cabeza no le impedía llorar a mares, incluso cuando Seulgi le había asegurado que Jin estaba recuperándose y que estaba fuera de peligro.
—Jimin.
—Hyunggie... —gimoteo sentado en el borde de la cama, sorbiendo en su cama. Yoongi se acercó a él y le acarició el cabello, su pulgar deteniéndose en su mejilla—. ¿Ya vio a Jinnie?
—No, minnie, aún no—le dijo en voz baja, el doncel bajó la mirada con las lágrimas aún cayendo por sus mejillas—. Minnie, quiero que me digas cómo era esa anciana que te dio eso, ¿Puedes hacerlo?
Hoseok se sorprendió por ese trato, era tan delicado y dulce con el doncel, algo parecido a Taehyung, con la diferencia de que ambos donceles eran opuestos en personalidad. El de cabello negro les comento en voz temblorosa sobre la mujer que le había dado aquél paquete, augurándole un buen y largo matrimonio.
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Soft Edges ➠ 【TaeJin】
FanfictionLa vida no es fácil para los donceles de esta sociedad de antaño, Seokjin ha sido entregado a un completo desconocido en matrimonio, y aunque su esposo no parece ser una persona mala ni un hombre similar a las bestias patriarcales a los que está aco...
