—Dijiste que te había funcionado.

—Pero también es porque al duque le gusta prepararme, no creo que Yoongi no lo haga—le dijo, mientras lo seguía. Jimin había tenido más libertad al crecer, por lo que conocía cada una de las esquinas del palacio. Este le guió a través de ciertos pasadizos y antes de notarlo estaban nuevamente bajo aquél árbol, con todo lo que habían comprado.

—Mamá me dio una conversación acerca de eso y nana también, pero todo es tan raro. —le dijo al servir el líquido en dos pequeños vasos que les habían dado—. ¿Te dolió?

—No, pero se siente raro. No es agradable al principio, pero luego no quieres que pare hasta que te olvidas de todo.

—¿Te olvidas de todo?—ambos se tomaron el primer vaso e hicieron muecas luego, tosiendo por el amargo líquido que pasó sus gargantas—. ¿C-Como así?

—No se como explicarlo, pero es algo que surge aquí—se llevó una mano a la parte baja de su abdomen—, y luego se extiende por todo tu cuerpo. Es como... cómo si te quemaras.

—¿Entonces es algo molesto?

—No, no, en realidad se siente muy bien y puede repetirse varias veces, aunque es mejor que esperes, porque si es muy rápido el ardor es molesto, incómodo.

—No lo entiendo muy bien. —suspiró confundido.

—Siempre que te prepare estarás bien. —el más alto notó el pequeño paquete en el regazo del otro doncel—. Eh, ¿Y quien te dio ese otro paquete?

—Una abuela que vio mi cabello corto.

—Déjame ver... —Seokjin lo tomó y revisó el paquete, sacando los pastelillos, idénticos a los que él había escogido—. Oh, son de los mismos que escogí. La abuela tiene buen gusto.

—No deberíamos comerlos, no la conozco y—chilló cuando vio al otro doncel morder uno de esos y otro de los que habían comprado—. ¡Jin!

—Saben igual, así que podemos comerlos.

—Eso fue sospechoso, no deberíamos.

—Ay, Minnie, como si alguien quisiera herirte...—tomó la botella de vino y el vaso de Jimin—. Toma, te serviré otro trago, es el único día que podrás beber, ¿No es así? Solo debes asegurarte de tomar medicina para el dolor de cabeza temprano.



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 —Entonces, ¿Debes buscar un muchacho virgen para que duerma contigo hoy? —Hoseok giró a ver a Taehyung, notando su semblante algo oscuro. Su señor si que no poseía aguante, y en parte lo entendía, el alcohol había sido fuerte y aún así el emperador lucía tan fresco como las verduras que les habían servido—. Mi señor, ¿También le hicieron hacer eso?

—No.

—¿Por qué?

—Porque es sureño.

—Pero su esposo es del norte. Además, te veo muy tranquilo—Taehyung ladeo la cabeza, llevándose un trozo de carne a la boca—. ¿Dónde está Jin?

—Con Jimin.

—Oh, eso quiere decir... ¿El bonito chico de mejillas gruesas es tu prometido, Gi?

—Con qué bonito, ¿Eh? —Hoseok casi blanqueo los ojos, suspirando.

—Dios, los hombres que se casan con donceles son aún más celosos, a mi ya me gusta alguien—se quejó al cruzarse de brazos—. Y aunque me rechazó, ella me sigue gustando.

Soft Edges  ➠ 【TaeJin】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora