—Por supuesto, sin embargo, noto tu cansancio, así que ve, busca a tu esposo y descansa, mañana te invitaré para que podamos profundizar esta conversación.

—Entonces, con su permiso. —le dijo, antes de dar una reverencia y alejarse para caminar hasta donde estaba su esposo, sorprendiéndose al encontrar una mujer muy hermosa sentada a su lado, su traje era negro y tenía una flor dorada bordado en las mangas de su hanfu.

—Ya te lo dije, todo está bien. Estás sano, tu corazón late con normalidad y hasta donde me comentas, solo has enfermado una vez en todos estos meses, ¿Qué está mal?

—Que no estoy esperando un bebé, eso está mal. —insistió el doncel—. Debe haber algo malo conmigo, para que-

—Permiso—decidió llamar su atención, logrando que los otros dos girarán—. Buenas noches.

—¡Voo, al fin llegaste! —sonrió amablemente, antes de ver a la sacerdotisa—. ¿Por qué no lo revisas a él también?

El desagrado recorrió las facciones de la hermosa mujer, quién se levantó rápidamente, logrando que Seokjin se abrazara a su cadera.

—No atiendo hombres, Seokjin.

—Noona, por favor—se quejó, notando como Joohyun finalmente suspiraba y le dedicaba una mirada seria—. Por favor.

—Esta bien.

—Ven, Voo—el doncel se levantó y casi lo arrastró, sentándolo a su lado.

—Ve por Seulgi, Seokjin—le dijo la mujer, el doncel se quejó, pero salió de la habitación, dejándolo solo. La mujer fue directa, y sin titubeos preguntó—. ¿Es impotente? ¿O ha tenido problemas relacionados a eso?

—Ciertamente no. Mi libido es regular si eso es lo que pregunta.

—¿Enfermedades previas?

—Asma, ya curada.

—¿En la infancia?

—Así es.

—Hm, está hinchado. Note sus manos. —la mujer siguió preguntando cosas, antes de tomar su mano y fruncir el ceño al sentir su pulso tan acelerado, siguió con su inspección y cuando Seokjin llegó, ya había terminado su diagnóstico.

—¿Qué tengo?

—Es reversible. Por ahora—suspiró—, es una deficiencia en tus riñones, traeré medicina y te diré qué debes comer, de todas formas, es probable que tarde en sanar.

—¿No es muy grave? —cuestionó el doncel, tomando la mano del mayor.

—No, como digo, por ahora. De no haber revisado, posiblemente habría quedado estéril permanentemente o algo peor. —Joohyun lo observó seriamente—. Ese brebaje... ¿Te lo dieron con esa intención?

—Hm—Asintió levemente, recordando con pesar aquella botella que le habían dado cuando aún era joven y tonto.

—También está el envenamiento de hace poco, probablemente sólo avivó todo el daño que todo lo que había consumido había hecho a tus riñones—explicó antes de soltarlo—. Mañana vendré temprano con la medicina, así que procure descansar.

El duque asintió levemente y observó como Seokjin despedía a las mujeres, cerrando la puerta una vez estas se fueron y girando a ver al duque con los brazos cruzados.

—¿...Bonito? ¿Sigues enojado conmigo? —preguntó en voz suave, el doncel se acercó a él y lo rodeó con sus brazos—. Jinnie...

—Pensé que tardarías más—suspiró, sintiendo un beso en su mejilla—. Además, mírate, estás pálido y ojeroso.

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