Capítulo 16.

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Bella.

-¿Cómo qué tengo que ir a Santiago?- digo confusa mientras subo las escaleras del metro. Abajo no hay cobertura y subiendo las escaleras, tenía dos llamadas del idiota de Louis.- ¡Tú eres el hermano mayor!

-Mamá me ha dicho que tienes que ir tú.- Louis suspira.

-Pero...

-Bella, te toca ir. Solo será una semana.- dice todo tranquilo.

-Pero perderé dos días de trabajo y acabo de empezar.- es mi última excusa, sino tendré que ir si o si.

-Lo sé pero mamá ha dicho que tienes que ir tú.

-Vale, está bien. Iré el lunes por la mañana, vale? Te odiaré por haberme hecho esto.- bufo.

-Yo también te quiero, hermanita.- Louis corta la llamada y entro en la biblioteca en la que trabajo.

Me siento detrás del mostrador de madera, en mi silla, y saco mi PC del bolso.

Lo bueno de este trabajo es que podía estudiar mientras ninguna persona me pedía un libro.

En este trabajo, lo peor era colocar los libros que a lo largo de la jornada, la gente dejaban en el mostrador.

Bueno, ese era mi trabajo.

Cojo del carrito en el que estaban todos los libros, unos cuantos y subo las escaleras de una estantería para colocarlos.

-Toma.-dice una voz masculina entregándome un libro.

Sonrío al escuchar su voz. El chico de ojos azules ya había llegado.

-Gracias.- le sonrío y cojo el libro.- ¿Qué tal el viaje?

Me bajo de la escalera y llevo el carrito de libros hasta otra estantería.

-Aburrido, vives en el quinto coño.- rueda los ojos y los dos reímos.

-Perdona, pero tu eres el que vive en el quinto coño.- digo haciéndome la enfadada. Algo que no consigo.

Los dos reímos y cuando termino de colocar todos los libros en el lugar que les corresponde, guardo el carrito en una sala pequeña en la que había cajas, una escoba, una fregona y el carrito.

-Nos podemos ir ya.- digo mientras guardo mi PC en mi bolso y cojo las llaves de la biblioteca con mi móvil.

-Okey.- Tom se levanta de una mesa y entramos en su coche tras asegurarme de que he cerrado bien la biblioteca.

-Genial, ¡vuelvo a casa en coche!- digo mientras entro en el coche.

Tom suelta una carcajada.

-Deberías conducir tu, no sé donde vives.- dice riendo.

-Fallo mio.

Me siento en el asiento del conduvtor y el en el del copiloto.

-¿Te apetece ir antes a algún sitio?- digo mientras meto las llaves del coche en la cerradura.

-Podemos dejar las cosas en casa y ir a la playa a dar un paseo.- dice Tom.

-Me gusta el plan.- giro el volante y comienzo a conducir hacia el edificio.

Llegamos aproximadamente en veinte minutos al edificio. Estaciono el coche en una zona libre y los dos bajamos del coche.

Tom coge su mochila en la que suponía que llevaba lo necesario para estos días y subimos las escaleras hasta el tercer piso.

-Vienvenido a nuestro dulce hogar.- digo divertida en cuanto abro la puerta de la entrada del piso.- Ese de ahí es Max.- Max se gire y levanta la cabeza en forma de saludo.- Max, este es Tom.

Tom hace lo mismo y caminamos hasta la cocina.

-¿Quieres algo de comer o de beber?- dejo mi bolso sobre la isla de la cocina y me sirvo un vaso de agua.

-No, tenía pensado llevarte a cenar.- dice Tom.

Escucho un murmuro que proviene del sofá del salón y ruedo los ojos.

-Genial, vamos?- quito de mi bolso el PC y un libro de texto y me lo cuelgo del hombro.

-Vale.- el chico camina hacia la entrada mientras yo miro a Max con cara de pocos amigos.

-¿Puedes sacarme un billete de tren para Santiago para el lunes por la mañana? No te pediré nada más, solo sácalo porfa.- doy un beso en la mejilla de Max y corro hasta la entrada de la casa donde está Tom.

Entramos en el ascensor cuando llega a la tercera planta y me apollo en el cristal del ascensor. No era de las personas que se quedan rectas cuando entran en el ascensor y esperan a llegar a su piso, directamente entraba, dejaba caer mi cuerpo en una de las esquinas y cuando llegase al piso al que quería ir, me incorporaba para salir.

-Hechaba de menos esto.- dice Tom.

-¿El qué?- pregunto confusa.

Tom me acerca a el por la cintura y junta sus labios con los mios.

-Yo también lo hechaba de menos.- digo cuando nos separamos al darnos cuenta de que ya hemos llegado al portal.

Tom entrelaza nuestras manos y caminamos por la calle hasta la entrada del metro.

Pasamos nuestros tickets y cuando llega el nuestro, me siento en un sitio y le dejo el que hay libre junto al mio a Tom.

Estoy segura de que este chico no es de coger el metro.

El chico se sienta, coloco mis piernas sobre las suyas y rodeo su cuello para poco después, besarle.

-¿Por qué te separas?- pregunta cuando me separo al escuchar el aviso de la zona a la que vamos.

-Ya vamos a llegar.- digo antes de levantarme de mi sitio y caminar con cuidado hacia las puertas de salida.

Las pocas veces que suelo ir en metro me gustaba estar atenta a lo que decían en cada estación.

Podeis llamarme idiota pero yo no puedo ir estudiando, con los auriculares conectados a mis orejas mientras voy en el metro como hacen varias personas. Estoy segura de que me perdería.

Subimos las infinitas escaleras que tanto odio para salir del metro y caminamos por el centro.

Tom se queda delante de un restaurante italiano, no tiene mala pinta.

Mi madre solía decirme que todo los establecimientos del centro son buenos pero con mis gustos raros y mis líos mentales, no estaba segura de ello.

-¿Te gusta este?- dice el moreno girándose para verme.

-Si, bueno, hasta que entre no lo sabré.- me encojo de hombros y los dos entramos.

Viviendo Con Mi Ex.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora