Viviendo Con Mi Ex.

Capítulo 90.

Bella.

El timbre retumba en mi cabeza una y otra vez y siento como una voz femenina se queja.

-Bella, despierta.- dice la voz femenina que se había quejado mientras siento como alguien mueve mi brazo.

Abro los ojos despacio y resoplo.- ¿Porqué hemos dormido en la hamaca?- pregunto confusa.

-Me parece que recuerdo lo mismo que tu...- dice divertida.

El timbre vuelve a sonar y tapo mis orejas mientras me quejo. Como vuelva a escuchar ese ruido me explotará la cabeza.

Para cuando llegamos al piso principal, Nicol y Raquel duermen en el sofá en una posición un tanto rara: Raquel tumbada con las piernas en el respaldo del sofá y la cabeza de Nicol encima de ella.

-¿Y nosotras por qué hemos dormido en una hamaca?- pregunta Sam antes de abrir la puerta de la entrada.

-¡Buenos días!- grita Gerard mientras entra en casa.- ¿Qué tal?

-Si...- digo cerrando la puerta.- Creo que no tan bien como tu.- camino hasta la cocina y resoplo.- La próxima vez me quedaré contigo en casa.

-No es una mala idea.- dice divertido.

-Por cierto, ¿qué hora es?- pregunta Sam entrando en la cocina junto con Gerard.

-Las siete de la madrugada.- se sienta en uno de los bancos y Sam se sienta sobre la encimera se la cocina.- Me llamaste hace unas horas para que te despertase a esta hora.- dice divertido.

Sam y yo resoplamos y me levanto del banco de la cocina.

-¿Habéis visto mi móvil?- pregunto buscando con la mirada mi móvil.- ¿Y mis zapatos y el bolso de mano?

-A mi también me gustaría saber en donde está mi móvil, los zapatos y el bolso.- dice Sam.

-Pues... Puede estar en cualquier lado.- dice Gerars.- Yo no he visto nada.- se encoge de hombros y Sam y yo subimos al segundo piso para buscar nuestras cosas.

-¿Buscamos primero en el jardín?- digo a Sam en cuanto llegamos al segundo piso.

Bajo delante de Sam y abro los ojos como platos.

-Tenemos un problema.- digo al ver como nuestros zapatos están en el fondo de la piscina y nuestros bolsos en el cisne de plástico que flota en el agua.

-Sujétame que intentaré coger la colchoneta por el borde, ¿vale?

Asiento con la cabeza aún pensando que es una idiotez porque hay más posibilidades de que nos caigamos nosotras al agua fría de la piscina a que consiga alcanzar la colchoneta.

-¡Sujeta bien!- grita nerviosa mientras deja caer parte de su cuerpo hacia la piscina.

La chica se estira un poco más y, para cuando reacciono, ya he tocado el agua fría de la piscina.

-Como lo veía venir...- digo en cuanto salgo a la superficie.

Sam me salpica con el agua fría y giro la cabeza hacia otro lado para que no me moje.

-Al menos ahora ya podemos coger todo.- dice riéndose.

La miro con cara de pocos amigos y esta vez soy yo quien la salpica con el agua fría.

Para cuando salimos de la piscina, yo he recuperado mis sandalias de tacón y mi bolso de mano y Sam ya tiene sus zapatos de tacón y su bolso de mano.

-Voy a ducharme antes de desayunar, ¿vale?- digo a Sam abriendo la puerta del baño.

-Si, yo también haré lo mismo.