Capítulo 67.

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Bella.

Un pitido descontinuo hace que me despierte y, cuando voy a frotar mis ojos, un pinchazo en la mitad del brazo me lo impide.

Abro los ojos y puedo ver que el pitido que me ha despertado proviene de una de las máquinas a las que estoy conectada y que lo que tengo clavado en la mitad de mi brazo derecho es una aguja.

Los párpados de mis ojos me pesan pero, aún así, hago un gran esfuerzo por mantener los ojos abiertos.

Giro mi cabeza hacia la derecha y veo como Max está dormido sentado sobre una especie de sillón verde en una postura demasiado rara.

-Max.- susurro con la esperanza de que se despierte.- Max, por favor.- me muevo hacia el otro lado de la cama y, en el intento de dar con mi mano en una de sus mejillas para que se despierte, mi mano cae sobre su pierna.

Max frota sus ojos de una forma más rara que la postura en la que está sentado y suelto una risa floja ya que me duele la barriga.

-¿Qué ha pasado? No me acuerdo de nada después de salir del baño del centro comercial.- digo a Max preocupada.

La verdad es que no recuerdo nada después de que saliese del baño del centro comercial y ahora, aquí estoy, en lo que parece una habitación de hospital, conectada a un par de máquinas, con dolor de barriga, sin ganas de nada y con un par de agujas en mi brazo derecho.

-¿Me puedes traer agua?- pregunto cuando noto mi boca seca.

-Los chicos me han dicho que cuando estabais saliendo de la parte de los baños te desmayaste y te trajeron al hospital después de llamarme cuando estaba trabajando.- Max deja el libro que había sobre sus piernas en la mesita que hay a uno de los lados de la camilla en la que me encuentro y sigue hablando.- Te operaron de urgencia de apendicitis porque tenías todo muy avanzado ya que habías pasado una semana con los síntomas y podría pasarte algo.- hace una mueca y no puedo evitar cerrar los ojos mientras continúa hablando.- Creo que todavía no puedes beber líquidos ni comer pero le preguntaré a las enfermeras, ¿vale?

-Vale.- intento coger la sábana de la camilla para taparme más pero las agujas que hay en mi brazo me lo impiden y es Max quien me tapa.- ¿Sabes si Louis ya sabe que va a ser padre?

-Si.- dice divertido.- Ahora descansa, vuelvo en cuanto termine de hablar con las enfermeras.

-¿Te vas a quedar?- abro los ojos de nuevo y miro a Max.

-Claro, he estado contigo desde que he llegado y vas a tener que aguantarme hasta que te den el alta.- dice divertido.- Ahora descansa, ¿vale?

¿Como quiere que descanse si el dolor de barriga me está matando y no sé ni en que día vivo?

Le hago un gesto con la mano para que de acerque a mi y agarro su camiseta con mi mano para que se acerque más.- Gracias.- susurro a pocos centímetros de los labios del chico.

Max me besa y no puedo evitar sonreír cuando se aparta y vuelve a besarme.

-Vuelvo ahora, tu hermano y Miriam están en la sala de espera y tus padres vendrán esta tarde.

-¿Mis padres?- pregunto confusa, más de lo que estoy desde que me he despertado.

-Si, Louis y yo les llamamos.- Max suspira y se levanta de la camilla.- Son tus padres y te han operado, creíamos que como mañana es tu cumpleaños, no sería tan mala idea que viniesen.

Suelto un suspiro y, para cuando siento que Max besa mi mejilla, cierro los ojos y a los pocos segundos, el sueño de apodera de mi.

Max. 

Mi relación con Bella es demasiado confusa pero, si algo tengo claro es que, en cuanto Alex me llamó diciendo que estaban de camino al hospital, no pude evitar salir del trabajo y ir hacia el hospital de la dirección que me había dicho Alex.

Camino hacia la sala de espero y sonrío al ver a Miriam tumbada a lo largo en el sofá con la cabeza sobre las piernas de Louis mientras este duerme sentado en el sofá.

Decido no molestarles y busco a una de las enfermeras que atienden a Bella desde que llegó al hospital.

Al parecer, no hay ninguna enfermera en la planta, por lo que decido buscarlas en la cafetería (siempre están en la cafetería).

En cuanto llego a la entrada de la cafetería, entro en esta y me acerco hasta la barra de la cafetería para pedir un café después de hablar con una de las enfermeras para que suba a la habitación en la que está Bella.

Mientras doy un sorbo a mi café caliente y sin sabor alguno, veo como Louis entra en la cafetería y le hago un gesto en la mano para que se acerque.

-¿Qué tal está Bella? He visto como una de las enfermeras entraban en la habitación.- Louis se sienta en una de las sillas que hay del otro lado de la mesa en la que estoy y mira por la ventana que hay al lado de la mesa.- Menuda noche...- mueve su pelo hacia arriba y aprieto mis labios para no reír al recordar lo de anoche.

-Se ha despertado y he hablado con la enfermera porque me dijo que tenía la boca seca y al parecer le duele la barriga.- me encojo de hombros y doy un sorbo a mi café.- ¿Qué tal está Miriam?

-Bien, se ha quedado en la habitación con Bella antes de que yo bajase.- Louis se levanta y después de un par de minutos, vuelve a la mesa con una taza de café.- No sé cuando decirle a mis padres lo del embarazo. Por una parte pienso que no sería una mala idea decírselo estos días pero, por otra parte, pienso que sería injusto juntar todo porque mi madre acabaría en una de las habitaciones de este hospital ingresada.

-No creo que se lo tome tan mal, vuestra madre no tiene mucha paciencia porque se la habéis agotado,- digo divertido esto último- pero estoy seguro de que se alegrará del embarazo aunque por una parte se preocupe por vosotros. Los dos tenéis 19 años, estudiáis el segundo año de la carrera que estáis haciendo y Miriam tendrá que dejar su trabajo dentro de unos meses.

-No sé cuando decírselo, tampoco quiero soltárselo de golpe.- Louis da un sorbo a su café y pone una cara rara.- ¿Qué mierda de café es esta?- pregunta en un susurro mientras se ríe.

Suelto una carcajada y veo como Miriam busca a alguien con la mirada. Le hago un gesto con la mano como lo había echo hace unos minutos con Louis y la chica camina hacia la mesa en la que estamos.

-¿Qué tal, chicos?- pregunta con una sonrisa en cuanto llega.- Bella está dormida y he pensado en que debería ir a casa para cambiarme y ducharme.

-Te acompaño.- Louis se levanta de su silla y besa la mejilla de Miriam.- ¿Tu te quedas o tienes que ir a casa?- pregunta mirándome.

-No, me quedaré todo el día con ella.- termino de tomar el café sin sabor que quedaba en mi taza y la dejo a un lado de la mesa.- Después de que cene tengo que recoger a Yaiza al aeropuerto, ha venidio para el cumpleaños de Bella y tengo que llevarla a nuestra casa.

Yaiza es una de las mejores amigas de Bella y sé que es en una de las personas en la que más confía desde hace cuatro años. Se conocieron el mismo año en el que Bella y yo fuimos pareja y Yaiza era una chica que se había mudado con sus padres y sus hermanos a Madrid. Pocos meses después, eran inseparables y todo lo que le pasaba a una, se lo contaba a la otra. 

Después de estudiar dos años con Bella, la chica tuvo que mudarse de nuevo a Brasil con sus padres y sus hermanos y, desde aquella despedida, Bella y ella no volvieron a verse salvo por la pantalla de sus ordenadores.

-Se llevará una buena sorpresa cuando la vea en su habitación.- Miriam sonríe y apoya la cabeza en el hombro de Louis.- ¿Vas a terminar el café? Me muero por tomar algo.

-No creo que sea una buena idea que lo tomes.- me levanto de mi silla y Miriam me mira confusa.- Sinceramente, creo que hasta le podría afectar al desarrollo del bebé.

Los tres reímos aunque, sinceramente, pienso que podría afectarle de algún modo al bebé si tomase ese café.

Viviendo Con Mi Ex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora