Capítulo 57.

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Bella.

-¿Qué tal neoyorquina?- pregunta Lidia con una sonrisa mientras camina hacia nosotros.

Veo como Alex le hace un gesto para que se calle y suelto una carcajada antes de depositar un beso en la mejilla del chico de pelo castaño.

-Bien, ¿y tu?- digo mientras entro en el coche.

-¡Qué mentirosa! Hoy casi hace que explote el laboratorio.- dice divertido Alex.

No puedo evitar reír por la forma en la que lo ha dicho y le pellizco en su brazo izquierdo.

El chico de pelo castaño se queja y Lidia y yo reímos.

-¿Por? ¿Qué te ha pasado para querer explotar el laboratorio?- pregunta Lidia desde la parte trasera del coche.

Durante el trayecto que hay desde la Universidad hasta el Centro Comercial al que quiere ir a comer Alex, este y yo le contamos a Lidia lo que ha pasado con Max ya que durante todo lo que llevamos de día, no había podido ver a Lidia.

-Si quieres quedarte a dormir en mi casa porque estás incómoda con ella en casa, puedes quedarte.- dice Lidia mientras caminamos hacia el restaurante al que quiere ir Alex.

-No creo que Max sea tan idiota como para que me tenga que ir yo de casa, pero igualmente, gracias.- beso la mejilla de la chica de pelo castaño y esta me abrazo.

-En serio, a veces pienso que sois lesbianas.- dice Alex divertido.

-Tu eres gay y nadie se ha metido contigo, así que respeta nuestra relación.- dice riendo Lidia mientras me abraza.

Los tres reímos y en cuanto entramos en el restaurante, escogemos una mesa que nos guste a los tres.

***

-¿Y qué tal en casa de los padres de Max? Dylan me contó que pasasteis la semana pasada con ellos.- dice Lidia mientras conduzco hasta el edificio en el que viven Dylan y ella.

-Bien, fue divertido estar con sus amigos. Os tengo que enseñar todas las fotos de estas dos semanas.

Doy la vuelta a una rotonda con una escultura de una mujer y conduzco recto el resto del trayecto hasta el edificio.

Alex y yo nos despedimos de la chica de pelo castaño y espero a que pasen todos los vehículos antes de meterme en la carretera.

-¿Vienes conmigo a hacer la compra y te dejo en la biblioteca cuando vaya a casa?- digo a Alex mientras escuchamos Thinking Out Loud de Ed Sheeran en la radio del coche.

-Vale. ¿Tardarás mucho?

-No.- miento. Tengo que comprar comida para esta semana y seguramente para la siguiente semana ya que no hay comida en casa y si le digo la verdad, no querrá acompañarme y es una gran ayuda que alguien vaya contigo a comprar cuando seguramente tendrás que llenar dos carritos de la compra.

Aproximadamente quince minutos después, estaciono el coche en una de las plazas que hay delante del supermercado y entramos en este.

En la entrada, cojo un carrito de la compra que llevará Alex y otro que llevaré yo.

-¿Qué? ¿Tu no decías que no ibas a tardar?- Alex me mira con cara de pocos amigos y le sonrío.

-Solo tardaremos como mucho media hora, no hay nada de comida en casa excepto un bote de leche en la nevera y está por la mitad...- digo divertida.

-Me quedo porque te quiero, sino no me quedaría...- dice riendo.

Suelto una carcajada y le doy una de las dos listas de la compra que he escrito en la cafetería de la Universidad mientras hacía un descanso con unas compañeras del laboratorio.

Alex abre los ojos como platos y el se va por un lado del supermercado mientras yo me voy por otro para comprar las cosas que hay en la lista que me he quedado.

Para la suerte de Alex, le dejo en la biblioteca en media hora y tras despedirme del chico de pelo castaño, conduzco hacia casa.

No tardo más de diez minutos en llegar al edificio y estacionar mi coche en la plaza de aparcamiento que me corresponde así que, pulso el botón de llamar a Max y al tercer bip contesta.

-Hola. ¿Estás en casa?- digo nerviosa. La verdad es que no me apetece hablar con él, pero necesito su ayuda para subir todas las bolsas de la compra.

-Hola.- dice ¿confuso?- Si. ¿Por? ¿Ha pasado algo?

-Si, bueno, no. Solo necesito que me ayudes a subir a casa todas las bolsas de la compra.

-Vale. ¿Donde estás?

-Estoy en el garaje del edificio. No tardes en bajar por favor, hay que subir muchas bolsas.- digo antes de cortar la llamada.

Cinco minutos después, Max camina hacia la plaza de aparcamiento en la que estoy esperando al lado del coche y abre los ojos como platos al ver las posibles 20 bolsas de compra que hay.

-¿Qué tal en la Universidad? No te he visto en todo el día...- dice mientras volvemos al coche a por más bolsas después de dejar en la entrada del ascensor unas seis bolsas.

Puede que no me hayas visto porque te he esquivado.

-Bien.- respondo distante.

Max.

-¿Y Raquel?- pregunta Bella al no ver a la chica de pelo castaño.

-Creo que ha salido con una amiga.- respondo mientras termino de llevar las bolsas de la compra a la cocina.

-Ah.- responde distante.

Saca la ropa que ha metido en la secadora esta mañana y la mete en una especie de cesta larga que utiliza para guardar la ropa antes de que la planche, mete la ropa de la lavadora en la secadora y mete más ropa sucia en la lavadora.

***

La casa está como hace dos semanas después de que Bella y yo pasásemos dos horas limpiándola y la nevera, los estante y los cajones de la cocina vuelven a estar llenos de comida.

-¿Puedo meter estas dos camisetas para lavar con la ropa que acabas de meter?- pregunta Raquel a Bella mientras esta última mete en la lavadora ropa sucia después de pasar la que estaba en la lavadora a la secadora.

¿Es cosa mía o Raquel le tiene miedo a Bella?

Bella levanta la cabeza para ver las dos camisetas que Raquel quiere que meta para lavar en la lavadora dejando ver la cadena con su nombre que le regalado ayer y sonrío. Bella se da cuenta y me mira levantando una ceja.

-Si, trae.- dice Bella cogiendo las dos camisetas de Raquel.

-Es preciosa la cadena que llevas puesta.- dice Raquel.

Bella mira la cadena que le regalé ayer y sonríe.- Gracias, aunque es una pena que a veces me den ganas de quitármela y no volver a ponerla más.

Viviendo Con Mi Ex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora