Capítulo 45.

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Bella.

Saco de de mi maleta un pantalón vaquero suave, un jersey color crema de manga larga y mis Converse blancas.

-¿Confías en mi?- pregunta Max mientras subo los pantalones por mis piernas.

-Un 80%. ¿Por?- pregunto divertida.

Me siento sobre el borde de la cama de mi habitación y hato los cordones de una de las Converse por dentro de esta.

-Porque nos vamos y seguramente no volvamos hasta la tarde.- veo por el rabillo del ojo como Max pone su cazadora negra y cuando termino de hatar la otra Converse me levanto de la cama.- Coge la Canon, creo que harás bastantes fotos.

Pongo mi chaquetón negro y tras guardar mi móvil en uno de los bolsillos de este, cuelgo la Canon de mi cuello.

-¿A donde vamos?- pregunto a Max mientras camino junto a él hacia el ascensor de la planta.

-Bella, no lo puedes saber, solo confía en mi.- Max pulsa el botón para que el ascensor suba hasta nuestra planta y dos minutos después, tras abrirse las puertas del ascensor, entramos en este.

-¡Ahora estoy intrigada! ¿No me puedes dar una pista?- me gustan las sorpresas pero las sorpresas en las que al menos, sé en donde son o algo por el estilo.

Max me acerca a él y me besa como si su vida dependiese de ello durante un par de segundos.

-¿A que ha venido eso?- pregunto en cuanto nuestras bocas se separan.

-Tranquilízate. ¡Confía en mi!- dice divertido.

-Vaale.- digo alargando.

Aproximadamente veinte minutos después de salir del hotel, el taxi se para al lado de la acera y Max le paga al señor que ha conducido el taxi.

-¿Donde estamos?- pregunto confusa.

El beso de Max en el ascensor me ha ayudado ya que durante el viaje en el taxi en lo único que he pensado ha sido en el beso pero ahora, sin saber donde me encuentro en una ciudad en la que me perdería si estuviese solamente yo, necesito saberlo.

-Ven, dame la mano.- cojo la mano de Max en cuanto salgo del taxi y en cuanto veo que estamos en un puerto, miro con cara de pocos amigos a Max.

-¿Qué hacemos aquí?- pregunto divertida. Max gira su cabeza para mirar el barco naranja que tiene una especie de escaleras para subir en el y tapo mi cara con las manos.- ¿Por qué me haces esto? No pienso subirme al barco.- digo en cuanto retiro las manos de la cara.

-Vale, sé que no te gustan los barcos pero este si que te gustará.- Max coge de nuevo mi mano y la entrelaza con la suya.

-¿Y si volvemos al hotel? También nos podemos divertir en la piscina, en el gimnasio, en el spa o simplemente en la habitación viendo la tele.

Vale, sí, puede que le tenga cierto pánico a los barcos. No puedo explicarlo, solo sé que les tengo pánico pero no sé el porque y no engo intención de averiguarlo.

-¿Solo veríamos la tele?- Max me mira con una sonrisa a las que yo les he llamado pervertidas y suelto una carcajada.

-Max.- digo seria.

-¿Qué?

-Me voy al hotel.- doy la vuelta y cuando intento soltar mi mano de la suya, la mano de Max me lo impide.

Max se acerca a mi y rodea mi cintura antes de besarme como lo hizo en el ascensor.

-¡Esto es chantaje!- digo en cuanto nos separamos.

-Por favor, será divertido.- dice tan cerca de mis labios que casi los puedo rozar.

-Está bieen.- digo alargando.

Max sonríe y deposita esta vez un beso más corto que los anteriores.

-Mejor así, no me apetecía lleavarte hasta el barco como un saco de patatas.- dice Max mientras caminamos hacia el barco.

-Eres un idiota.- digo divertida.

Max se encoge de hombros y suelto una carcajada.

Subimos hasta la planta más alta del barco y aprieto la mano de Max mientras caminamos hacia la barandilla naranja.

-¿A donde vamos?- pregunto con el ceño fruncido a Max.

Acabo de subirme a un barco, el cual me da pánico y ahora que lo pienso, no sé a donde nos lleva este barco.

-Estatua de la libertad y el resto de New York.- dice Max que me lleva hasta la parte del fondo del barco.

***

Media hora después subida en el barco, al lado de Max y despeinada por el aire, empiezo a relajarme y me siento en la barandilla naranja.

Coloco la Canon en el sentido contrario y sin decirle nada a Max, el chico besa mi mejilla y saco varias fotos.

-¿Me la dejas?- pregunta Max mientras me quita la cinta de la Canon que cuelga de mi cuello y sujeta a la cámara.

-¿Para?- pregunto confusa.

¿Para qué quiere una cámara una persona a la que no le gustan las fotos?

Max coloca el objetivo de la cámara delante nuestra, mira hacia atrás y vuelve a mirar hacia delante como antes. Le miro confusa mientras muevo mi flequillo para el lado contrario ya que estoy despeinada y en menos de segundos, siento los labios de Max pegados a los mios.

Cierro los ojos y coloco mi mano libre en el borde de su mejilla mientras nos besamos.

Cuando siento el flash de la cámara, sonrío. Max hace otra foto y cuando nos apartamos, suelto una carcajada.

-¿De qué te ríes?- dice Max mirándome divertido.

-De tu bipolaridad.- digo divertida.

Max me devuelve la cámara mientras reímos y saca su móvil de uno de los bolsillos de su cazadora.

-¿Nicol?- leo en alto confusa.

Max pulsa el botón de aceptar la videollamada y me coloco a su lado.

-¡Hola!- digo saludando a Nicol.

-¡Hola! ¿Donde estais?- dice Nicol que está sentada sobre su sillón rosa al lado de la ventana de su habitación.

-Pues...- señalo La estátua de la libertad detrás nuestra y Max y yo reímos al ver la cara de Nicol.

-¿No teneis los labios muy rojos?- pregunta Nicol divertida.

Miro los labios de Max al mismo tiempo que él mira los mios y Nicol suelta una carcajada.

-Hace mucho frío y llevamos ya bastante tiempo en el barco.- miento.

Miro por el rabillo del ojo a Max y el chico cambia el tema de la conversación.

Viviendo Con Mi Ex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora