Viviendo Con Mi Ex.

Capítulo 105.

Bella.

Escribe su firma en el espacio en blanco. Pasa la página. Escribe su firma en el espacio en blanco. Pasa la página. Escribe su firma en el espacio en blanco. Pasa la página.

El hombre deja el bolígrafo a un lado de todos los papeles de la casa que acaba de firmar para que sean válidos y, tras ordenarlos, los deja delante mía sobre la mesa.

Muevo mi flequillo hacia un lado y cojo el bolígrafo que ha dejado el hombre sobre la mesa.

-Tiene que firmar en todos los espacios en blanco en los que he firmado yo para que la casa sea definitivamente suya.

Escribo mi firma en el espacio en blanco. Paso la página. Escribo mi firma en el espacio en blanco. Paso la página. Escribo mi firma en el espacio en blanco. Paso la página.

-Ya está.- digo en un suspiro en cuanto termino de firmar la última hoja.

-Felicidades, Bella. Ya eres la propietaria de esta preciosa casa.- dice el hombre que nos enseñó la casa a mi y a Dani.

Los dos hombres se levantan y imito su acción.

-Gracias.- digo al mismo tiempo que le doy la mano.

Le doy la mano al hombre que había firmado los papeles y salimos de la sala de la segunda planta de la que ya es mi casa.

-Les acompaño hasta la salida.

Mientras bajo las escaleras detrás de los dos hombres, veo como Dani camina hacia la cocina con una caja blanca de tamaño mediano.

Me despido de los dos hombres y, en cuanto cierro la puerta de la entrada, corro hasta la cocina.

-Gracias por ir a por ella.- digo entrando en la cocina.- ¿Te han dicho que tendría que haber ido yo a recoger la caja?

Impulso mi cuerpo hacia arriba y me siento sobre la isleta como un indio, al lado de la caja blanca.

-De nada.- dice abriendo la caja.- Y no, como llamaste no me han dicho nada.

-¡Quiero ver ya como ha quedado!- digo dando palmadas en el mármol.

Dani suelta una carcajada y, en cuanto abre la caja, no puedo evitar sonreír.

Cojo uno de los libros que hay en el interior de la caja blanca y paso la mano por la portada.

-Teniendo este libro en mis manos me doy cuenta de que, quizás Max y yo nunca hemos estado lo suficiente preparados para tener una relación.

Abro el libro y sonrío al ver la imagen en la que aparezco riendo. Me habían alisado el pelo, maquillado sin ser algo exagerado y me había vestido con el conjunto que más me había gustado del vestuario que me habían preparado: una blusa blanca de manga larga, un mono corto azul marino, unos zapatos de tacón alto color crema y un sombrero grande azul marino aunque todas estas prendas de ropa, no aparecían en la imagen ya que tan solo aparecía mi cara.

-¿Qué tal te encuentras?- pregunta mientras paso las páginas para leer la dedicatoria que había escrito para el libro.

-Hoy es un día un poco agobiante.- digo en un suspiro.- Tengo que mirar todos los muebles, repartir los libros y pasar mis maletas a esta casa.

-Sabes perfectamente que puedes quedarte más tiempo en casa.

-Ahora mismo esta es mi casa.- levanto los brazos y sonrío.- Además, seguro que quieres estar a solas con tu novia.

Dani mira hacia arriba, hacia abajo, a su lado derecho y a su lado izquierdo y los dos reímos.

Me bajo de la isleta y cierro la caja blanca que contiene los libros.