Viviendo Con Mi Ex.

Capítulo 68.

Bella.

Giro mi cabeza hacia el lado izquierdo de mi camilla y observo como Max, sentado en el sillón de la habitación, mira las páginas de un libro y después la pantalla de su ordenador.

-¿Qué tal te encuentras?- Max levanta la mirada y sonrío.

-Tengo hambre.- hago puchero y Max suelta una carcajada.- ¿Sabes cuando me darán el alta?

-Por lo que me ha dicho una enfermera, te traerán la cena ahora.- Max cierra el libro de texto que tiene en el posa brazos del sillón y lo deja sobre la mesita que hay al lado de mi camilla.- ¿Cómo quieres irte a casa si con solo moverte ya te duele la barriga?

-¿Te vas a quedar esta noche?

-Si, aunque después de que cenes, me tengo que ir durante dos horas.- Max desliza el dedo por la placa del ratón de su ordenador portátil y se pone sus gafas para ver mejor.

-¿Mis padres ya se han ido?- había visto como mis padres entraban en la habitación en la que me encuentro aunque me había quedado dormida poco después por los calmantes que me habían dado las enfermeras para el dolor de la barriga.

-Se han ido hace poco a la cafetería. Cuando me vaya, vendrán tus padres hasta que vuelva.

-¿Has hablado con ellos? ¿Se quedan a dormir en casa?- una de las enfermeras entra en la habitación con un carro en el que hay varios cuencos, vasos, cubiertos, servilletas, botellas de bebida...

Max me mira como diciéndome Hablamos cuando se vaya y asiento con la cabeza.

-¿Qué tal, Bella?- pregunta la enfermera mientras coloca sobre la mesa de la camilla un cuenco con algo que se parece a la sopa.- ¿Te sigue doliendo la barriga?

-Me acabo de despertar, así que bien.- le sonrío a la chica de pelo castaño ondulado y ella me devuelve la sonrisa.- Ha dejado de dolerme desde que me habéis dado los calmantes para el dolor.

Max me colocar una almohada más detrás de mi espalda mientras me incorporo sobre la camilla y ayuda a que quede un poco más alta de lo que he conseguido yo.

-¿Te tapo con las sábanas un poco más o prefieres quedarte así?- Max deja su ordenador portátil sobre un lado de mi camilla y coloca bien las sábanas arrugadas.

Me encojo de hombros pero, al parecer me conoce tan bien como para saber que lo que quiero decir con ese gesto es que prefiero que me tape con las sábanas a quedarme con parte de las piernas destapadas.

-Tienes un buen novio, Bella.- la enfermera deja un vaso de agua sobre la mesa y me sonríe.- Desde que has llegado al hospital no he visto que se moviese de tu lado.

Miro a Max y sonrío al ver como tiene las manos metidas en los bolsillos de delante de su pantalón y como mira hacia abajo como si las baldosas de la habitación fuesen lo más interesante en este momento.

-Si, es un buen chico.- digo a la enfermera mientras esta llena el vaso de agua.- Y yo que pensaba que no me quería...

Con esto que acabo de decir, hago que Max levante la cabeza y me mira confuso aunque sé que le ha gustado lo que le he dicho a la enfermera.

-Pues ya sabes que estabas equivocada.- la enfermera coloca en una caja pequeña dos pastillas y cierra la caja.- Tienes que tomar la pastilla que hay al lado del vaso antes de comer y las que te dejo en la caja cuando termines, ¿vale?

La enfermera deja una botella de agua sobre la mesita vacía que hay en el otro lado de la camilla y se marcha de la habitación con el carro de la cena de cada uno.