Capítulo 35

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ANDREA.

Debo de estar soñando ahora mismo, aunque más bien creo que es una pesadilla... ¿Chad, Cassidy y Connor? ¿En mi casa? Esto si que tiene que ser una maldita broma.

Bajo de la moto un poco incómoda y mientras que Aiden deja la moto en el garaje yo me acerco hacia ellos.

—¿Chicos, qué hacéis aquí?—pregunto mientras ellos al fin me encuentran con la mirada y sacan una sonrisa con una pizca de sorpresa.

—¡Menos mal que estás bien! Nos diste un gran susto anoche—dice Cassidy dándome un abrazo tan suave y tierno como si quien me hubiese dado el abrazo hubiese sido un algodón de azúcar con olor a vainilla y nata.

Esperen... ¿¡Qué rayos está pasando aquí!?

—¿Estabais preocupados? ¿Por qué?—pregunto atónita.

—Tú niñero me llamó a las tantas de la noche para preguntarme por tu paradero—dice entonces Chad poniendo los ojos en blanco.

—¿En serio qué Aiden te llamó?

—Sí, estaba realmente preocupado y al saber que estabas desaparecida quisimos ayudar—añade con una sonrisa complaciente.

Aiden, quien acababa de llegar al lugar donde nos encontrábamos, se rascaba la nuca con una mueca avergonzada, aunque yo le encontraba cierto atractivo a lo que hizo por mi...

¡Andrea, este no es el momento!

—Nos pasamos casi toda la noche buscando alrededor del cine—dice Connor que hasta ahora no había intervenido en la conversación.

—¿En serio? Vaya, gracias...—respondo avergonzada ante tal detalle.

No pensé que nadie me buscara, y mucho menos que me buscarían Chad, Cassidy y Connor. La verdad es que pensé que Aiden tampoco se habría dado cuenta de mi ausencia, así que no pensé que nadie pudiera estar en vela buscándome toda la noche.

Me sentía culpable por haber formado todo este lío.

—Creo que la pregunta es: ¿dónde te habías metido, princesa?—pregunta Connor mientras me guiña su ojo derecho disimuladamente.

Admiro a Aiden mientras él no le quita los ojos de encima a Connor, brindándole una mirada llena de odio y molestia. Pero, ¿por qué a Aiden le molestaría que Connor me hubiese llamado princesa o que me hubiese guiñado el ojo?

—Me perdí, comenzó a llover y acabé durmiendo en la casa de una amable familia—contesté sin querer dar muchos detalles acerca de mi paradero.

—¿No te dio miedo? En fin, es una familia que no conocías y no sabias que podían hacer contigo—respondió Cassidy cogiendo de la mano a Chad fingiendo sentir temor ante mis palabras.

Estaba empezando a odiar a esa chica tan perfecta.

—¿Que insinúas?—pregunta Aiden un poco ofendido.

—No...nada, yo solo...—intenta explicarse ante la pregunta de Aiden.

—No te preocupes—le dije a Cassidy—al final resultaron ser los padres de Aiden—expliqué cogiéndole del brazo a Aiden.

¿Quería dar celos a Chad y Cassidy? Quizá, pero Aiden no tenía que contestar de aquella manera ya que ellos no sabían que eran los padres de Aiden quienes me habían acogido en su hogar. Se tenía que tranquilizar y era el único modo de calmarle en ese instante.

—Que suerte tuviste, la verdad—dice Chad apretándole la mano a su novia.

—Sí, menos mal, no me quiero imaginar lo q ue te hubiese pasado si te encuentran otras personas no tan amables—añade Cassidy a las plantas que había dicho su novio.

MI NIÑERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora