Capítulo 28

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ANDREA.

¿¡Pero cómo me pueden ir las cosas tan mal!?

Miro a mi alrededor. A mi derecha hay un chico, moreno y de ojos café, mientras que a mi izquierda, se encuentra una simple pared forrada de terciopelo oscuro.

Aunque he pagado para ver una película de la que no había oído hablar nunca, me acurruco un poco en la pared esperando encontrar una posición cómoda, ya que nunca había estado en un cine y no sabía que las butacas podían llegar a ser tan incomodas.

—Pss—oigo como alguien me chista.

Me enderezo un poco y miro hacia atrás, pero no había nadie. Noto un leve codazo a mi derecha y entonces le miro a él.

—¿Te aburres?—me susurra.

—No, es solo... que estas butacas son muy incómodas—digo poniendo la típica excusa de los asientos incómodos para no decir lo que de verdad sentía.

—Si quieres te puedes apoyar en mi hombro...—me susurra, pero esta vez al oído, cosa que hizo que se me erizara la piel y un cosquilleo recorriese mi nuca.

—Em... no hace falta, la pared está bien cómoda, gracias—le miro un poco extrañada.

¿Qué había sido eso? ¿Estaba ligando?

Una duda me vino a la mente al ver que en la introducción de la película se veía a una niña vestida de blanco con un oso de peluche bastante viejo que arrastraba por el suelo.

—Oye—le susurro al chico de nuevo—¿qué clase de película es?

—Es una de terror, no me acuerdo del nombre.

—¿¡Qué!?

Esta vez no susurré, más bien sonó a grito. La gente de la sala me chistaron y me regañaron tanto con la mirada como diciéndome que me callase.

—Perdón...—me disculpe con las demás personas que se encontraban sentadas en la sala intentando disfrutar de la película.

—¿Es qué te dan miedo las películas de terror?—me pregunta con una sonrisa ladeada.

—No te importa—contesto decidida.

—Tranquila fiera.

—No soy una fiera, me llamo Andrea.

—Encantado Andrea, yo soy Connor.

Ese nombre me resonaba en la cabeza, aunque no sabía de qué, pero me sonaba mucho de haber escuchado su nombre por ahí.

Una imagen me vino a la mente. Chad junto con el tal Connor comiendo en el comedor del instituto. ¡Iba a mi mismo instituto y ni siquiera me acordaba de ello! Era uno de los mejores amigos de Chad, estaba con él en el equipo de baloncesto y se conocían desde que eran pequeños.

—Ya que ahora no soy un extraño, si quieres puedes cogerme de la mano cuando tengas miedo, no tengo problema con eso—dice Connor mientras se acerca un poco para susurrarme esas palabras sonriendo.

—Ni hablar—me niego rotundamente, a lo que se oye un estruendo proveniente de la película y yo me cojo de su brazo atemorizada.

Oigo como se ríe por lo bajo, pero lo dejé por esa vez, estaba demasiado asustada como para alzar la cabeza y mirarle mal.

Al paso que avanzaba la película, terminé apoyando mi cabeza en el hombro de Connor y agarrándome de su brazo, del que a cada escena de miedo que ocurría en la película, yo apretaba los dedos contra su piel, cosa que él no pareció notar ya que no se quejaba.

MI NIÑERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora