Capítulo 6

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ANDREA

Me levanto un poco cansada, ya que no dormí bien por culpa de las palabras que Aiden me soltó ayer cuando vino a recogerme del castigo y me vio mientras hablaba con mi amor platónico.

"Te tendrías que enamorar de alguien como yo" o cuando me dijo: "me encanta cuando te enfadas"

¿Iba en serio cuando decía esas palabras? No, seguro que lo decía en broma, solo para picarme. Aunque no debería de andar diciendo esas cosas teniendo novia.

Me pongo mi uniforme y me dejo el pelo suelto tras asearme. Cojo mi mochila tras preparar los libros que iba a utilizar hoy y móvil, y bajo las escaleras tranquilamente ya que yo siempre me preparaba con el tiempo de antelación suficiente como para no llegar ni muy temprano ni muy tarde a clase.

Mi madre hablaba por teléfono mientras mi padre simplemente desayunaba junto a Aiden y mis hermanos.

—Sí, ya hablaremos cuando lleguemos, el pacto es mejor tratarlo en persona. —dice mi madre mirando la hora en su reloj de pulsera—Sí, nos vemos luego.

Colgó y me miró.

—Buenos días—dije sin apenas ánimo.

—Vaya ojeras, hermanita—dice mi hermano pequeño Luis tras beber un poco de su vaso de zumo.

— ¿No has dormido bien?—pregunta mi padre llevándose un pedazo de tostada a la boca.

—No demasiado bien—digo mirando mal a Aiden de reojo.

—Date prisa en terminar de desayunar, Carl, o llegaremos tarde al aeropuerto—le dice mi madre a mi padre.

Así es mi madre señoras y señores.

Fría y seria. Pero también tiene un corazoncito, muy en el fondo, pero lo tiene.

Mi padre se bebió lo que le quedaba del café y se anudó la corbata.

Se llevó a la boca el último trozo de tostada que le quedaba y se puso la chaqueta del traje con la tostada colgando en su boca.

Y señoras y señores, ese es mi padre, un empresario cariñoso y un poco torpe.

Mis padres les dieron un abrazo a mis hermanos y luego a mí.

—De verdad que puedo cuidar yo de ellos perfectamente, lo digo enserio...—intento quitar de en medio a Aiden.

—Andrea, ya lo hemos hablado, ¿o quieres que te recuerde esa vez que por poco le prendéis fuego a la casa?—pregunta mi madre con una sonrisa que escondía su enfado.

—No... No hace falta...

Bueno... eso tiene una explicación muy razonable.

Mis padres se fueron a celebrar un logro empresarial con algunos de los compañeros de la empresa y me dejaron cuidar de mis hermanos, total, solo era una noche...

A mi hermano Ángel se le ocurrió la idea de hacer una pizza de barbacoa que estaba en el frigorífico.

Yo accedí, y la preparé en el horno, ya que había leído como hacerlo en Internet.

Al mismo tiempo mis hermanos tuvieron la brillante idea de hacer una guerra de cojines en el salón y pues yo intenté que se estuvieran quietos.

No me di cuenta de que el tiempo para que l pizza se hiciera ya había pasado y se quemó. En Internet no ponía que había que quitar el plástico de la pizza antes de meterla al horno.

Abrí el horno y salió mucho humo, a lo que yo abrí todas las ventanas para que no nos asfixiáramos.

Los vecinos llamaron a los bomberos y con esto vino la policía, y así fue como por poco quemamos la casa.

MI NIÑERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora