Capítulo 18

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ANDREA.

Tras dejarle la camisa sobre la cama de su cuarto, me doy cuenta de que esta ya estaba totalmente hecha y las mantas que había utilizado anoche estaban perfectamente dobladas sobre la sábana, como si lo hubiese hecho con sumo cuidado.

Vaya, este chico es muy rápido y muy preciso en cuanto a los detalles.

Bajo las escaleras lentamente con mucho cuidado, pretendiendo hacer el menos ruido posible ya que sentía como mi cabeza iba a explotar de un momento a otro.

De verdad que no le aconsejaba beber alcohol a nadie. Es como una subida eufórica de tus emociones, en la que te sientes libre y despreocupado pero la bajada es una tortura, tanto para la cabeza como para el estómago.
Sentía como mi estómago estaba un poco revuelto, pero a lo largo del día suponía que se me pasaría.

En ese instante mi móvil vibra y la pantalla se enciende dejando entrever un mensaje de WhatsApp de Angie preguntando que si voy a ir al instituto hoy.

¿Al instituto? ¿Un domingo?

Ante la duda, decido abrir la aplicación del calendario en mi móvil y al parecer era cierto. Hoy era lunes y eso quería decir que debía de ir a clase.

Maldigo el mensaje de Angie ya que me había despertado de un sueño en el que hoy no tenía que ver la cara a Marilyn ni aguantar sus insultos. Resoplo y llego a la cocina, donde se encontraba Aiden sentado en una de las sillas que hay enfrente de la isla.

Estaba bebiendo una taza de café caliente mientras miraba a la nada. Era raro verle con la mirada perdida, sin mirar a nada en concreto, siempre estaba con algo en las manos y no paraba quieto, casi todos los días desayunaba mirando o hablando con alguien por el móvil, o simplemente veía cualquier programa en la televisión. Pero hoy era la excepción.

Tengo la sensación de que hay algo que me está ocultando por alguna razón... y eso verdaderamente me asusta.

Le contesto a Angie en un breve mensaje que si que voy a ir al instituto y me retiro a mi habitación para cambiarme de nuevo al uniforme escolar. Me aterraba el hecho de volver y encontrarme a la misma gente que se encontraba en la fiesta de Marilyn. Aquellas personas que me insultaron mientras bailaba con Chad y que se rieron de mi nada más llegar.

Bajo las escaleras tras terminar de vestirme y de anudarme la falta plegada del uniforme. No tardo nada en coger mi móvil y la mochila y me encañonó hacia la escalera. Al terminar el camino de escalones Aiden me mira extrañado.

—¿A dónde te crees que vas?

Aiden haciendo una pregunta obvia, esto no me gusta ni un pelo.

Cuando la gente hace una pregunta obvia suele venir acompañada de una regañina o una prohibición de hacer algo. Solo esperaba que no fuese ningún tipo de reproche o regaño por algo, hoy era lo último que necesitaba. Mi cabeza no aguantaría mucho más si lo que estaba por venir era un reproche por algo que había hecho mal.

—Hoy hay instituto—contesto intentando sonar totalmente indiferente mientras me encojo de hombros.

En realidad temía por lo que me fuese a decir. 

—Si, pero ayer volviste del hospital y también estuviste de fiesta—agrega a lo que yo me quedo un poco extrañada.

—¿Estás sugiriendo que no vaya al instituto?—él asiente con decisión—Pero no puedo faltar tanto, si lo hago, me retrasaré en las lecciones.

—Esta bien... te llevo, pero voy a hablar con tu director para contarle lo sucedido y que se lo comunique a los demás profesores por si sucede algo que estén preparados—accede con esa condición.

MI NIÑERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora