Capítulo 27

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ANDREA.

Aiden había preparado la comida favorita de Lexi, un embriagador aroma a lasaña casera a la boloñesa inundaba la cocina y llegaba hasta las escaleras. Solo lo podía describir como un aroma delicioso.

—Oh, gracias por el detalle hermanito—dice Lexi poniendo ojos de cachorro al encontrarse tal manjar frente a sus ojos.

—De nada—contesta encogiéndose de hombros con una sonrisa iluminándole el rostro.

Comimos entre risas ya que Lexi contaba anécdotas de las muchas veces que hacía trastadas de pequeña y le echaba siempre las culpas a Aiden.



—Bien señorita, es hora de arreglarse para lucir deslumbrante—dice Lexi mirándome con una sonrisa ladeada y alzando las cejas.

Yo no puedo evitar soltar una carcajada al oír como intentaba hacer rimas divertidas para intentar que se me fuesen los nervios, ya que ya me había tropezado con el dichoso escalón tres veces.

Suerte que estaba Aiden ahí para parar mi caída.

—¡Ja! Ha rimado, si es que soy la jefa de los pareados, ¡y otra vez!—exclama entre risas mientras subimos las escaleras con dirección a mi habitación.

—¿Cómo se te ocurren?—pregunto mientras me rio sin parar.

—No sé, me sale solo, en fin, tenemos muchas cosas por hacer.

Tras tres largas horas de alisar mi largo pelo rizado, de maquillarme lo más sencillamente posible hasta quedar natural y de vestirme, Lexi pareciera que iba a llorar. Puso ambas manos en su boca tapando esta.

—¿Estás bien?—pregunto al notar como una pequeña lagrima roza su mejilla.

—Estás... increíble—dice con un tono de asombro abalizándome de arriba a abajo y haciéndome girar con un gesto de manos.

—¿En serio? ¿Lo dices de verdad?—pregunto sorprendida.

Sin decir ni una sola palabra, Lexi me coge de la mano y me guía hacia abajo dándome poco tiempo para coger el móvil y apagar la luz, hasta que paramos al final de las escaleras.

—Y presentamos a mi creación más despampanante... ¡Andrea Donovan!

Aiden se acerca a nosotras desde la cocina ya que él se estaba preparando un sándwich y los gritos de Lexi emocionada le llamaron la atención, obligándole a acercarse a nosotras. Para en seco cuando llega a nuestra posición y traga fuerte el mordisco que le había dado a su sandwich recién hecho.

—Estás...— dice Aiden mientras me mira de arriba a abajo y noto como traga saliva a la vez que su mirada recorre cada centímetro de mi cuerpo—...preciosa.

—¿Ves? Y eso que mi hermano no tiene muy buen gusto escogiendo la ropa, sabe reconocer cuando alguien está bien.

—¡Oye!—se queja Aiden a lo que yo suelto una pequeña carcajada.

—Además, estás realmente increíble, y no lo digo por que yo te haya ayudado a verte así, sino por que tu ya eres increíble de por sí.

Me quedo sin palabras.

—Gr-gr-gracias—digo con timidez.

—Bueno, ¿a qué estamos esperando? ¡Vas a llegar tarde!—exclama Lexi mientras me ayuda a anudarme el vestido

—Yo te llevo—se ofrece Aiden a llevarme con cierta rapidez y nerviosismo en sus palabras.

—Vale—accedo un poco extrañada ante el tono de sus palabras.

MI NIÑERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora