—No sea pervertido, mi señor.

—Bueno, no es algo que quería exactamente, pero soy feliz con poder amarte de todas las maneras—tomó su mano y besó sus nudillos con delicadeza—. Y yo si tengo algo que quiero y que puedes darme, pero llegará con el tiempo, así que sólo seré paciente.

—Usted quiere... ¿Un hijo?—preguntó en voz suave, los ojos de Taehyung brillaron y lo vio morderse los labios—. Mi señor, yo...

—Yo solo quiero que te haga tanta ilusión como a mí. —Sus ojos brillaron con tristeza y algo en el pecho de Seokjin dolió, ¿Podía negarle algo a ese hombre? No, pero pensar en un bebé suyo le provocaba una mala sensación en el estómago al pensar en lo que podía pasar, incluso sabiendo que los resultados podían ser distintos.

—Tae...

—Cambiando el tema, venía a pedirte que me acompañaras a la capital, regresaremos en la tarde o para la cena.

—¿Debe ir por negocios?

—No, le prometí a Namjoon que le haría un favor y quiero cumplirlo, si tenemos suerte podremos venirnos con Hoseok.

—Bien, solo debo ir a cambiarme.

—Solo asegúrate de escoger algo abrigado, el otoño se acerca y la temperatura está descendiendo. —Seokjin asintió levemente, al salir de la sala y dejarlo solo, Taehyung sacó un pañuelo de su bolsillo y tomó el de Jin, el anterior había sido dado a él por su madre, que había bordado su nombre ella misma cuando llegó a su mayoría de edad y su padre lo llevó a ese desagradable lugar.

Sacudió la cabeza, tratando de enterrar aquellos recuerdos que le provocaban dolor de cabeza. Los había dejado atrás hace mucho tiempo, él no sería como ellos, ni trataría a Jin de esa forma jamás.

Guardó el otro pañuelo en la caja que Jin le había dado y salió de la sala de té para prepararse a sí mismo. Partieron a la capital poco después, Jin llevaba una bonita túnicas de satén rojo, que estaba oculta bajo un grueso abrigo café, cuyo borde peludo enmarcaba el bonito rostro del doncel.

Este, como normalmente hacia, observaba el camino emocionado.

—Mi señor.

—¿Sí?

—Sus negocios son... ¿Relacionados a estas tierras?—Taehyung negó levemente—. ¿No?

—Aquí se cosechan manzanas y fresas, y aunque si se venden, el principal negocio de mi familia son las telas. Por ejemplo, esa túnica que llevas fue hecha con la tela que se crea en los terrenos de mi familia. Aunque... te queda un poco grande, le diré a alguna modista para que vaya a tomar tus medidas en cuanto pueda.

—Pero no es aquí.

—No, se hacen en otra zona, un poco más al norte de la capital, casi en la frontera con el imperio. —explicó tranquilamente—, solo voy a finales de mes, cuando hay que aclarar cuentas y enviar pedidos.

—Ohhh... Por eso debe ir la semana siguiente, ¿No es así?

—Sí, quizás me tardaré unos días, así que tendrás que dormir solo.

—¿Y no podri-?

—Hoseok se quedará, puedes decirle que vaya contigo a la capital para visitar a Camille o ir al teatro o a la opera si te aburres demasiado en casa. Nunca has ido y quizás te guste.

—Pero no quiero quedarme aquí solo.

—Serán solo unos días, nada malo. Y no estarás solo. —Jin frunció el ceño, cambiándose de puesto para aferrarse a su cintura—. ¿Jinnie?

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