Capítulo 32: ¿Cuál Es La Verdad?

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Stalin.

¿Como puedo explicar o aceptar lo que me ha pasado? Mark me confirmó que mis ojos se volvieron azules, y aunque no me lo dijese se notaba en mi un nuevo poder, algo que no había sentido jamás. ¿Maté a alguien o a algún animal cuando no podía controlar mi poder?

— Ya hemos llegado— comenta el taxista.

Andrew no pudo venir ya que es la seguridad de Mark, me pidió un taxi de confianza y me llevó a la mansión.

— Buenos días— me recibe la mucama. — Hoy mis hijos no estarán aquí ya que pensé que necesitarías un descanso después de la lucha.

— No hubiese pasado nada, pero gracias.

— ¿Y el señor Over?

— Tuvo un accidente en el combate y se quedó en la clínica del coliseo.

— ¿¡Algo grave!?

— Que va, sabe que Mark es muy fuerte, solo se canso demasiado.

— A bueno, no es por ofender, pero ¿Como usted está sin ningún rasguño y Mark hospitalizado?

— Me voy a duchar y poner cómodo, y luego bajo, quiero que coma conmigo y conversamos.

— De acuerdo, justo iba a comer, pero le espero sin problema.

— Ah, lo siento, si quiere coma no hay problema.

— La verdad prefiero comer con usted si no hay problema.

— Le pedí que coma conmigo. Lógicamente no hay problema. Bueno pues quedamos en eso. Más o menos 30 minutos y comemos.

— Como diga.

Sharlet.

He sentido algo hace unas horas en el gimnasio, tengo que ir abajo a ver que pasa.

Abro el escondite para bajar las escaleras y siento que hay alguien detrás de mi.

— Sharlet, ¿también lo sentiste?— me pregunta Ewaan.

— ¿Crees que es lo que yo creo?

— Yo quiero saberlo— llega Sean con sus hermanos.

— Vamos— comento.

Bajamos poco a poco hasta llegar a la guarida de entrenamiento.

— ¿Esta detrás de esto no?— pregunta Zend, refiriéndose a una estanterías de objetos de entrenamiento.

— Así es hijo.

Abrimos un escondite que aún Stalin desconoce.

Y ahí se esconde “El Libro D”. Es el libro creado por las Banshees del antiguo reino de mi madre, en el ha ido apareciendo manuscritos sobre el desarrollo de la historia de Stalin. Cada vez que Stalin tenía algún contacto con el mundo sobrenatural aparecía escrito en el libro. Aquella vez que Stalin peleó contra Zend y sacó sus ojos ámbar, se escribió en el libro.

— Ha cambiado la portada— comentó en seco.

— El titulo— Been.

— “El Libro Div...”— llegó a leer. Se distorsiona las palabras, incapaces de leer.

— ¿Que puede significar?— comenta Ewaan.

— ¿Será el único cambio del libro?— Zend.

— Abramos y veamos el libro— dice Tom.

“En el momento en el que el instinto, fuerza superior a la imaginación, corrompa el corazón de la pequeña esperanza, será el momento en el que la verdadera lucha interna pondrá en juego el bien común y el personal, sólo ganará la batalla el sujeto que obtenga un lugar en el sentido, un espacio en el camino y lleve consigo la fuerza suficiente para quitar la piedra del camino”

— Creo que a Stalin le ha pasado algo grave, pero no sabemos dónde está, y además no podemos buscarlo— comento.

— ¿Por qué no podemos?— Tom.

— En el manuscrito anterior lo pone.

“He aquí, una pequeña ráfaga de lo que nos oculta los ojos;
Y en el mundo licantropo, se alza con valentía y sin conocimiento, la esperanza encarnada, una luz que deshace el eclipse, del mundo en el que nos encontramos, el pasado reside en el presente en forma de licantropo, aquel licantropo cuyo camino está enlazado con la supervivencia. Ya ha comenzado y este sujeto debe ser independiente para poder continuar creando nuestro camino, el camino del futuro, y si así no ha de ser, que se opongan a la Luna aquellos incrédulos que se oponen a su lucha individual” 

— No es muy claro, ¿por qué e no hablan normal?— comenta Zend.

Nos reímos.

— Eran Banshees que tenían siglo de edad, el vocabulario era complejo, ya que pertenecían al rango similar al consejo de ancianos— respondo.

— Normal que creasen un libro en el que cuenten la historia de Stalin, aún estando muertas— comenta Sean.

— Pues si, su poder era y sigue siendo increíble. Me pregunto cuantas Banshees seguirán vivas— comenta Ewaan.

— Supuestamente las Banshees no pueden morir, pero el poder de Rick Hustune era inimaginable, nunca nadie se imagino que acabaría con el reino Memberry, por muchas manadas o criaturas mitológicas tuviese a su favor. Al hacer eso lo único que consiguió es poner en extinción a todas las criaturas, incluidos los hombres lobos.

— ¿Habrá algún sucesor de Rick?— pregunta Zend.

— No creo, pero si te preocupa que siga el mismo camino y que vaya a por Stalin, estoy segura de que Stalin será mucho más fuerte que Rick, y aparte, nuestra familia, nuestra manada, será la más fuerte de la historia.

— Por eso, Stalin continúa un camino diferente al nuestro, y su entrenamiento es muy duro, porque su instinto le está exigiendo destacar en este momento de la historia— Been.

— Nosotros no podemos dejar que Stalin, cuando vuelva, se haga cargo de todo, tenemos que volvernos mucho más poderosos, y que no haya tanta diferencia entre Stalin y nosotros, porque si algún día Stalin no pueda, ahí debemos estar nosotros— digo animando.

— Continuemos el entrenamiento— Zend.

— Eso quería decirte, Zend, quiero que me enseñes el entrenamiento que hiciste con Stalin, y cuales son las metas. Podemos empezar por ahí y superarlo— indica Ewaan.

— Vale. Ahora mismo.

Stalin.

— Así no encontrarás la respuesta que buscas — escucho una voz.

Estoy en medio de un bosque lejano de la mansión. No consigo encontrar la voz, no escucho ninguna respiración ni ningún palpito.

— No estoy aquí, no puedes verme— nuevamente, esa voz femenina, parece muy calmada y eso me extraña.

— Ni cuando he entrenado mis emociones he podido conseguir esa calma, ¿quien eres?

— Soy la persona que debes encontrar, solo quería recordártelo...

— ¿Como que debo encontrarte?— no responde. —¿¡Eh!?

Se fue, ¿tengo que buscar? No lo entiendo, yo que sepa no conozco esa voz. Será algo que sabrá mi madre.

— Jaja, solo tiene que ver contigo.

— ¡Joder! Que susto— comienzo a reír.

— Dime tu nombre, por lo menos.

— Layla.

— ¿Como puedes leer mis pensamientos? ¿como me conoces?

— Pronto nos encontraremos. Ese es el deseo de la Luna.

— ¿De la luna?

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboWhere stories live. Discover now