Capítulo 5: Grandes Secretos

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Stalin.

¡Por fin! el fin de semana llegó.

No puedo estar más relajado ni tranquilo, son las 09:52 y estoy desayunando solo en la piscina, se acabó los deberes, el estudio... al menos por un tiempo.

Ayer, justo después de dormir, soñé algo muy raro; estaba con Tyler en el bosque mientras lo entrenaba, era un poco tarde y estaba oscureciendo, escucho un aullido diferente a los de los lobos, a los de Tyler, cuando íbamos llegando a casa, veo a pocos metros una sombra agachada y dos puntos rojos muy luminosos. Me desperté.

Acabé de desayunar y como ya estaba vestido para ir a correr me puse la camiseta y llamé a Tyler, a mi no me gusta sacarlo con correa, simplemente porque me quita agilidad, así que, desde que lo encontré, decidí enseñarle a seguirme y así él y yo entrenamos mucho mejor. A veces pienso que estamos unidos literalmente por un vínculo o algo sentimental, porque nos entendemos fácilmente.

- Vamos Tyler, te hecho una carrera hasta nuestro escondite- me agacho para comenzar. - Preparados... listos... quiero que te esfuerces al máximo... y... ya.

Llego antes que Tyler y le espero.

- Shhh, Tyler, vamos ayúdame- Tyler agarra la soga para abrir paso a mi guarida subterránea y yo cogo otro extremo. - Vamos Tyler, entra, en silencio- entra y cierro la entrada una vez dentro.

Enciendo las luces que iluminan mi guarida. La creé hace más de un mes y
siempre que puedo vengo a decorarla y mejorarla, nadie sabe de este lugar, salvo Tyler.

- Empecemos Tyler.

Tyler va a su sitio y yo al mio. En mi "habitación" coloqué un saco de boxeo super resistente, también me compré unas cintas de las muñecas, pero dentro puse un metal pesado, me copié de Dragon Ball, he pedido también fuera de la ciudad un chaleco y una camiseta con peso y para que se le pueda aumentar el peso, llegará mañana.

Me pongo las cintas en las muñecas y empiezo a pegarle al saco, en ese momento me costaba levantar las manos, a si que me pongo serio y le pego con ganas, a los cinco minutos ya estoy cansado y abro la nevera, cojo una botella de agua, bebo y la dejo afuera.

Tengo aún un secreto que tampoco lo sabe nadie y es aún mayor, por eso es el porqué está tan grande esta guarida.

Hace más o menos dos semanas, le dije a mi madre que me iba a quedar a dormir a casa de un amigo, era mentira, necesitaba descansar y desconectar de todo, al principio quise venir solo, en ese momento la guarida no tenía más de cinco metros cuadrados de espacio.
Llegué con mi lobito y pensaba dormir encima de un montón de mantas, estuve una hora mirando al techo y derrepente empecé a notar varios dolores en todo el cuerpo, empezó por las rodillas, a parte de sentir un pinchazo, sentí que se estaban ensanchando y estaban latiendo, después los mismo síntomas en los gemelos y los muslos, a continuación, me levanté y mi abdomen estaba palpitando fuertemente, me quité la camiseta y se me notaban los musculos del abdomen más que nunca, continuó con los pectorales y toda la columna vertebral, después los músculos de la espalda y para finalizar me bombeaba el cerebro. Unos segundos después mis venas se volvieron fácilmente visibles, de color morado oscuro, casi negro, continué mirándome y me salieron garras en los dedos, los bíceps se volvieron más grandes, al igual que los antebrazos, los brazos enteros. Podía sentir a mi lobito asustado, podía huir, pero se quedó pasando el mismo terror conmigo, cogí mi teléfono móvil y con esfuerzo abro la cámara y puedo observar en mi rostro que tengo colmillos, pelo cubriéndome parte de la cara y ojos color amarillos, por lo que concluí que me había convertido... en un hombre lobo.

En el teléfono pude ver que eran las 02:23. Dejé grabando el móvil, antes de que se volviera todo negro, unos minutos después, aún hombre lobo, sin control alguno, me sitúo en la cima de una cascada, observando la luna media muy puntiaguda y regresa el fondo negro.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboWhere stories live. Discover now