Capitulo 54: El Reino

16 5 0
                                    

Sharlet.

— Si vamos a estar en conflicto con el reino no podemos encargarnos de la policía del pueblo— le digo a Ewaan.

— Ya tengo eso controlado, hay gente de confianza y a partir de este momento estamos fuera.

— Bien.

— ¿Porque no llamas a esto por su nombre Sharlet?

— ¿El que?

— Esto no es un conflicto, es una guerra.

— No. Esto es solo un conflicto.

— ¿Llamas conflicto a que hayan mandado más de 20 personas al instituto de nuestros hijos y hayan dejado por el suelo a los amigos de Stalin?

— ¡Yo ya he vivido un guerra! ¡No quiero que mis hijos vivan lo mismo!

— Sabes que Stalin nació en una guerra, y su sangre es guerra y no sabemos porque ni como va a cambiar Stalin nuestra especie.

— Somo hombres lobos que luchan por vivir, nuestra manada se encarga de estar a salva como familia, no tenemos nada más que ver en este mundo.

— Stalin no se quedará quieto al saber que no quieres contratacar, han atacado a sus amigos, a los que tiene un vínculo como si fuesen sus betas, un vínculo más fuerte para los hombres lobos que su propia familia, Stalin es el responsable que sus amigos se convirtieran en hombres lobos.

— Stalin decidirá lo que quiera, pero él también sabe que aparte de su madre soy el alfa de la manada.

— Nuestros hijos no saben que es una manada, nosotros somos sus padres.

— ¿Qué significa eso?

— Que tus hijos tienen que unirse a una manada oficialmente, y aceptar su alfa. Pero ellos tendrán que elegir irse con su hermano o quedarse con sus padres.

— Eso no se puede evitar.

— ¿Qué hacemos ahora?

— Vamos a usar el granero como edificio táctico, tenemos que buscar gente para defender nuestra casa y el granero. Poner limites de nuestra manada, poner diferentes puntos de vigilancia y organizar patrullas para vigilar si se acerca el reino, establecer un escuadrón de rastreo en la manada, y que comiencen a rastrear el olor de los que fueron al instituto para saber si están cerca o se fueron al reino.

— Comenzaré con llamas a gente del FAG que sean hombres lobos, tenemos contactos antiguos de las oficinas. Y tú tienes que decirle a Stalin que avise a todos sus amigos y que se pongan a tus órdenes.

— Vale, Stalin está en casa. Tenemos que ver como resolvemos esto.

— Para que sea un conflicto y no se convierta en guerra.

Stalin.

Ha pasado un dia desde lo del instituto. Después de las clases vamos a reunirnos en el granero para hablar que vamos a hacer.

Están llegando poco a poco. Saliendo del instituto fuimos cada uno a nuestras casas a cambiarnos porque vamos a empezar a entrenarnos.

— Vale, empezamos con una lista de los que estamos por ahora. Drakon vendrá con los suyos, como vive casi fuera del pueblo tardará un poco más— digo una vez sentados dentro del granero.

— Vale, voy a hacer una lista y después haré un perfil individual— dice Scarlet. — Comenzamos con Stalin y yo. Even y Lora Droven, Peter Croyen y Lora Fever. Nosotros somos 6 sin contar a Drakon.

— Vale, pues a partir de ahora vamos a comenzar con el entrenamiento que os tenía que haber enseñado cuando comenzasteis a ser hombres lobos— Scarlet estaba a mi lado con su portátil pero ahora está enfrente escuchándome. — Este entrenamiento tenemos que completarlo al cien por ciento todos los días a partir de ahora y hasta nuevo aviso. Es muy duro y será imposible completarlo a la primera, a mi me tardó más de dos meses para poder completarlo, es creación propia, nadie ni mi familia sabe de este entrenamiento.

— ¿Si tu no pudiste como vamos a poder nosotros?— pregunta Even.

— Me encantaría que pudierais, pero es muy difícil, si no podéis solo os paráis y descansáis, si veis que podéis más, continuáis, pero sino no pasa nada mañana lo intentaremos.

—¿Drakon también sabrá de este entrenamiento?— pregunta Scarlet.

— Drakon me ha demostrado que me respeta, y en todo el tiempo que he estado afuera no ha echo nada que no lo confirme. A parte y por encima de todo necesitamos toda la ayuda posible.

— Pues ya llegaron los refuerzos— dice Drakon entrando con sus dos amigos.

— Pues ya estamos todos completos— digo y miro a Scarlet.

— Vale pues necesito los nuevos nombre de tus amigos Drakon— dice Scarlet volviendo a mi lado para utilizar su portátil.

— Él es Marcus Smith— dice Drakon señalando a un chico moreno, pelo oscuro y más alto que yo. — El otro se llama Steve Murphy.

— Vale, añado a Marcus Smith, Steve Murphy y Drakon Maier, en total somos 9.

— Faltamos nosotros— entra Ariel y Sylvia.

— No, no, no...— le digo sin dejarles hablar y saliendo afuera.

— Stalin, necesitas nuestra ayuda— dice Ariel.

— Si, pero vosotros sois familia, no podéis saliros de la Manada Memberry.

— Pero tu vas a actuar sin contar con tu familia.

— Yo no sé que voy a hacer, solo me estoy mentalizando y a mis amigos igual.

— Stalin, vamos a seguirte, aunque signifique rechazar a mi madre y estar en contra de nuestra alfa.

— Sabeis que no funciona así.

— Stalin, a nosotros nos han criado como hombres lobos, hemos estudiado toda la historia del Reino Memberry, tú llevas menos de un año siendo hombre lobo ¿y aún así quieres entrenar a tus amigos como si tu fueses su alfa?

— Yo sé que mi manada es la manada Memberry, y también se que debo sumisión a mi alfa, Sharlet Memberry, pero ellos son hombres lobos por mi culpa, ellos son mi responsabilidad porque decidieron no volver a ser humanos porque yo estaría con ellos, y lo primero que hice fue huir de ellos y de mi familia porque no sabia quien era, y sigo sin saberlo, pero lo que si tengo claro es que si les pasa algo por una guerra de mi familia o por alguien que venga en contra mía, será mi culpa y no puedo dudar un segundo que ellos están preparados.

— Tú nunca has sido entrenado como hombre lobo, nosotros hemos tenido que huir y luchar por el apellido Memberry desde que tenemos memoria, y a ti solo te han ocultado quien eres.

— ¿Así que lo que dices es que vosotros sois mejores en lo que se avecina?

— Si, tu puedes ser muy fuerte y todo, pero seguimos siendo mejores.

— Vale pues hacemos esto, los dos contra mí, si alguno de los dos consigue tumbarme os unís al entrenamiento, y si yo consigo tumbaros a los dos vais a seguir las órdenes de mi madre.

— Perfecto, Sylvia, tenemos que pelear— Sylvia es muy tímida y se ve triste.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboWhere stories live. Discover now