Capítulo 25: La realidad.

35 10 1
                                    

Stalin.

Ya han pasado 10 días desde que comencé a entrenar con Mark Over. Tyler continuaba entrenando con Black, porque nosotros seguiremos otro entrenamiento, y él debe controlar el poder nuevo que tiene, por el vínculo de rango.

— Stalin, como ya te había dicho no hay nada físicamente de lo que te pueda entrenar, pero si te puedo dar conocimiento para que estés mejor en este nuevo mundo al que llegaste.

— ¿Y por eso me has traído de nuevo a mi pueblo? ¿Por qué y para qué me has traído de nuevo a Lost City Sharwen?

– Sharwen es y será el lugar que vas a proteger junto a tu familia, por eso hemos vuelto, has recorrido el país entero para entrenarte, lo has rodeado y has vuelto al punto que más te importa, tienes que conocerlo y tienes que tener poder, a parte del que tienes con tu familia.

— ¿Qué vamos a hacer?

— Quedan dos etapas para acabar el entrenamiento.

— ¿Cuales?

— Las dos durarán 10 días, pero esta puede durar y continuar después del entrenamiento.

— Dime.

— Vamos a pelear, es decir, vas a pelear, en una liga en la cual participan los mejores de los alrededores, tu pueblo ha sido elegido este año para dar lugar aquí este torneo, es como el futbol, en vez de equipos hay manadas, hay ojeadores que te contratan para que trabajes para ellos.

— ¿Cómo sabes de esto?

— Durante 5 años he estado trabajando aquí y desde el principio conseguí el primer lugar, existen torneos, ligas y desafíos.

– ¿Cómo de fuertes son los rivales?

— Pueden igualar a tu familia.

— ¿Qué ganaremos?

— Es un trabajo y en el te pagan, pero en este para inscribirte necesitarás dinero.

— ¿Cuanto? porque yo no tengo ni un dólar.

— Tranquilo, cuando entré gané mucho dinero, el cual solo gasté el del primer año, los demás los guardé y como suelo vivir en el bosque no suelo gastar.

— ¿Cómo te lo devolveré?

— Ganando.

— Pues cuando quieras empezamos.

— Ahora te voy a enseñar mi casa y nos cambiaremos y como es temprano y acaba de amanecer tenemos tiempo para relajarnos y todo.

— Vale, ¿vamos corriendo?

— No, ya tenemos que descansar.

— Vamos al centro, desayunamos y nos vamos a mi casa.

— De acuerdo— comienzo a sonreír mientras caminamos.

Después de un gran tiempo caminando llegamos al centro, esta parte no la conocía, hay varios edificios, tiendas de todo tipo y desde lejos se ven chalets, casoplones y grandes oficinas, en el centro de la ciudad hay un gran estadio, parece un coliseo.

— Mark, una cosa.

— Dime.

— Prefiero ir a ducharme y después ir al centro, porque huelo mal— me da vergüenza estar en sitio como este y estar así. Comenzamos a reír.

— Vale, tenemos que caminar un poco más.

— Vale.

Después de 15 minutos caminando llegamos. Nos paramos enfrente de una gran puerta de metal blanca.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboWhere stories live. Discover now