Capitulo 81: La Mujer De Tlalpan.

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Sharlet.

No puede ser ella. Se supone que es una leyenda, nunca supimos de ella. Pero no me fallan los recuerdos, ella es la última mujer lobo de la evolución pasada, la mujer de Tlalpan, mi madre estuvo buscándola desde el primer rumor. Ni si quiera el imperio supo de ella, ¿Como es posible que esa mujer que es de México pueda estar en Los Ángeles y con ese rey que nadie lo conocía.
Nos ponemos en posición, en cuanto cada uno de ellos crucen atacamos todos a la vez.
Hay que tener cuidado con la mujer que acaba de llegar, es una mujer muy poderosa.
Van pasando con mucha tranquilidad. Si el rey la mandó es que es más poderosa de lo que pensamos, creo que puede llegar a ser más fuerte que su Beta.
Cuando el último cruza el territorio nos lanzamos al ataque, uno a uno vamos derribandolos, les parto los el cuellos para inmovilizarlos pero la mujer no se mueve, cuatro lobos van a poder ella, pero en un solo movimiento les parte la columna vertebral y los estrella contra unos árboles.
— El rey me advirtió que podíais atacar, pero no sabía que nos estarían esperando— dice la mujer. — Aunque Ewaan no sea el alfa principal es importante para la manada, por lo que veo.
— No os habéis metido con un alfa de manada, sino con un padre de familia— responde Stalin.
— Un gusto conocerte por fin cara a cara... Stalin Memberry. Tengo que confesar que el rey tuvo un conflicto interno en continuar atacando o no, pero al final decidió remataros tras la muerte de tu hermano.
Stalin iba a atacar pero le marco con la voluntad y se da cuenta.
Esta sola y rodeada, debe tener algo pensado o simplemente es tan poderosa para buscar un momento de debilidad y derrotarnos.
No podemos dejarnos llevar por la ira, estamos en una guerra, cualquier paso en falto puede significar nuestra derrota.
— Bien pensado alfa Sharlet, veo que estás recuperando tu liderazgo, ¿no estás deseosa de volver al máximo esplendor de la familia Memberry?
— Yo decidí hace más de una década que ese tiempo se había acabado, estabamos tranquilos, viviendo en familia pero habéis decidido quitarnos la paz, si vuelve a surgir la Manada Memberry será vuestra culpa, pero no será gratis el que la manada vuelva a la batalla.
— Puff, Manada Memberry, no puedo negar que antiguamente daba miedo escucharlo, pero actualmente es una simple leyenda, vais a demostrar cuanta verdad tiene.
Ella está sola, ni un simple salto en el ritmo cardiaco, esta muy tranquila y no ha dicho ni una sola mentira de todo lo que ha hablado, pero no se sabe nada sobre ella en exactitud, ni la edad ni de donde viene. Puede tener demasiada experiencia para que esto del pulso no signifique nada para ella.

Stalin.

Mi madre me ordenó que detuviese mi ataque sobre ella, mi madre sabe de lo capaz que soy y aún así no me dejó que atacase. ¿Quien será esta señora? Siento una escencia extraña, muy diferente a cualquier hombre lobo.
Los lobos de Mark atacaron a máxima velocidad a esta mujer, esos lobos son muy fuertes, a mí y a Tyler nos resultó un desafio igualar su velocidad y debiamos centrarnos en su instinto, ya que son lobos, Tyler es casero y yo más humano que lobo, aún así a ella no le costó nada contrarestar un ataque conjunto de ellos, con la coordinación que estos tienen.
Pero esta mujer está sola, el escuadrón que cayó no resultó nada difícil, pero ahora que está sola solo se me ocurre que ella está hablando para hacer tiempo y que lleguen refuerzos.
— Mami, entren en el reino, encuentren a mi padre y rescatenlo, yo me quedo con ella— digo sin quitarle la vista a la mujer.
— Stalin, no podemos dejarte solo contra ella, ya has visto lo que ha echo con los lobos de Mark, algo que hasta a ti te costaria.
— Lo sé, pero si no nos movemos perdemos tiempo que puede ser vital para mi padre, ella gana tiempo para el rey y que nos ataque desprevenido. Zend, Tom, Sean iros a por nuestro padre.
Comienzan a moverse y cruzan la frontera entrando al reino.
La mujer se lanza por Zend y este ni se inmuta, de una patada la estrello contra un árbol, mi familia comienza a correr hacia el reino, detrás de mí escucho como varias personas atacan a mi familia y estos continuan.
— Parece que por fin me divertiré de verdad, Stalin.
— No voy a negar que estoy temblando por pelear contigo, como dice mi madre, puedes ser el mayor contricante que haya tenido.
— Tú tienes una lista muy larga detrás, pero si pareces de los más poderosos que me he enfrentado, aunque si todo lo que averigüé sobre ti es verdad, no dudo en que será una batalla feroz.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboWhere stories live. Discover now