Capítulo 8: Descontrol

53 12 7
                                    

Sharlet.

Aquel chico no lo conocía. Pero cuando me concentraba hacia su dirección, me suena muy cercano, es como si tuviéramos un vínculo.

— Yo voy a comprar un helado en el puesto— indica Stalin.
— Yo voy contigo— responde Even.
— Yo también— comenta aquel chico.
Los tres se dirigen hacia el puesto, y rápidamente siento como aquella sensación se aleja.
Pasan 10 minutos y yo sigo escondida, Stalin está toqueteando un altavoz que trajo Scarlet. Suena la música y Stalin se asombra, rápidamente sus amigos comienzan a reír.
— Pues ya está— dice Stalin. — Nos vamos al bosque.
Todos se levantan y le siguen, aquel altavoz tiene mucho volumen. Poco a poco veo como desaparecen entre los árboles del bosque, imagino que los llevará hasta aquel rio que tanto le gusta.

Llevo más de diez minutos siguiéndoles, queda poco para llegar al destino.
Mami— me dice Zend mediante el vínculo. — Estamos cerca de un establo abandonado, a un kilómetro y medio de nuestra casa, en dirección detrás de casa, todo recto.
Si hijo, sé donde dices.
Hemos visto movimientos y unos reflejos dentro de aquel establo y Sean escuchó un pálpito de corazón. Ya llamé a mi padre y a los demás, están viniendo.
Vale hijo, voy al establo.

Stalin.

— Never doubt it, I'll always be right here, as much as I pretend— cantaba mientras sonaba en el altavoz.
-— I can't forget the day you left...— me sigue al unísono Even.

Llegamos al rio, nos sentamos en la zona con más césped del sitio.
Seguimos cantando hasta que nos echamos al césped, cuando en el altavoz suena " Let me love you".

Ahora me cambian la canción y nos ponemos a jugar— indica Even mientras saca un balón de fútbol de su mochila.
Pasamos casi una hora jugando al fútbol, casi todos en vaqueros.
Después de una hora de descanso veo el reloj y son las nueve menos diez.

— Voy a hacer pis a un árbol— indica Even.
— Date prisa, que tengo que llegar a casa— indica Lora.

Han pasado más de cinco minutos desde que Even se ha ido a mear.
— Stalin tenemos que ir a buscar a Even— se pone nerviosa Lora. — Porque no me iré sin que Even me vaya a dejar, si no mi padre no me dejará salir más.
— Lora, sé que ha pasado demasiado tiempo para hacer pis, pero ya mismo nos movemos, vamos recogiendo todo y estar listos— le respondo.
— Yo voy a buscarle— comenta Darwin.
— Bueno claro, no pasa nada, ve— respondo. — Pero que nadie se disperse más.

Pasan otros cinco minutos.
— Stalin, se nos hacen eternos estos cinco minutos, y ya van diez, se ha ido Darwin y Even, tenemos que ir— indica Scarlet.
— Vale, pero con cuidado y todos juntos.

Llevamos diez minutos caminado en la dirección que se fueron.
— Stalin... — dice Lora entre lágrimas.
— A ver Lora, tranquila— le doy un abrazo. — Debemos seguir.
Pongo mi oído lobuno. No escucho nada, intento oler a Even, pero ha pasado demasiado tiempo, solo puedo captar la dirección que han seguido. Quiero poner mis ojos de hombre lobo, así podré ver si han dejado algún olor, o una huella, sentir su sentimiento, ya que aumenta el poder con los ojos,  y mis sentidos se vuelven más agudos.
— Stalin, por aquí hay un agujero— me indica Eva.
Me acerco, lo huelo tranquilo, pero no logro captar nada de Even.
— No creo que haya sido Even o Darwin, creo que fue un animal, ya que no hay huellas de zapatos— comento.
Seguimos caminado, veo una pequeña luz en el suelo, corro hacia ahi. Cuando estoy cerca, me agacho y veo que está cubierto de hojas, es un móvil, no hay nada de fondo y no se de quién es. Se acerca Lora corriendo al ponerme de pie, coge el móvil y lo desbloquea con su huella.
— Es de Even— puedo captar en su olor que está preocupada.
— Necesito que os vayáis a ese árbol un momento.
Cuando van hacia ese árbol, pongo mis ojos lobunos y puedo captar el olor de Even, puedo observar el camino que dejó Even y consigo ver unas huellas, pongo mi pie en su huella y coincide con la mía perfectamente, sé que es de Even.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboWhere stories live. Discover now