Capítulo 64: Un Mes

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Omnisciente.

La guardia real abren las puertas y sale el rey, todos se arrodillan y agachan la cabeza.

— Levantad— ordena el rey y los presentes se ponen de pie en formación militar.

Hay ocho alfas y ocho Betas, detrás de cada alfa están los guardias, los alfas junto a los Betas en frente de ellos.

— Antes de entrar os confirmo que la alerta sigue siendo Delta, hay un mínimo porcentaje de recibir un ataque aunque no sea directo— dice el rey bajando las escaleras. — Vamos a pasar y tras décadas volvemos a estar en alerta minima.

Entra el rey y los alfas le siguen, y son seguidos por sus Betas. Los guardias rodean la entrada y se organizan para la defensa junto a la guardia real.

Al entrar se ven varias obras como estatuas, cuadros con referencia al símbolo delta, lo cual da nombre al edificio.

El rey se sienta en la cabeza de la mesa en un trono de oro, los alfas se sientan en la mesa en paralelo con los otros alfas, los Betas se quedan de pie a la izquierda del alfa, el consejero y beta del Alfa a su izquierda y derecha. En cada asiento hay una caja pequeña con el símbolo delta, nadie la toca pero la quedan viendo con curiosidad.

— Dado que es algo muy importante os contaré cada detalle sin esconder nada, comienzo con que el reino entero corre peligro— tras estas palabras comienzan los murmullos, no se creen que el mismo rey pueda creer eso.

— Su alteza, si el reino corre peligro que podemos esperar de nuestras manadas— comenta uno de los alfas y los demás asienten sin comentar.

— Entiendo su preocupación, por eso quise hacer esta reunion aunque estemos en alerta delta.

— No entendemos como puede estar el reino en peligro y usted se refiera a una alerta delta, dado que es la más baja que podemos tener— reprime otro alfa.

— Os recordaré lo que pasó hace pocos años...— el rey le cuenta el destierro de Mark Over y el tratado.

Todos comienzan a levantar la voz y están alterados.

— Suficiente— grita el beta del alfa.

Todos en silencio bajan la cabeza y dejan hablar al rey.

— Una de las medidas que he tomado es romper una de las normas que puso el rey Rick Hustune...

— No podemos enfrentarnos a una familia como Memberry cuando fueron ellos que cambiaron la vida de los hombres lobos— le interrumpen.

— Sé que la familia Memberry tiene muchas leyendas e historias, pero hay algo que debemos hacer...

— ¿Como crees que podemos enfrentarnos a una familia con tanto pod...— Antes de que termine de hablar el rey usa la voluntad en contra de los alfas presentes.

Los Betas se alteran y dirigen su mirada al rey y el beta del rey los doblega con la voluntad.

— Este poder fue arrebatado a todos los licántropos por un tratado entre el rey Hustune y la reina Memberry— detiene su voluntad.

— ¿Como podremos utilizar la voluntad?

— En esas caja teneis las últimas piedras Trisquel que existen en el reino, una para cada manada para poder liberar vuestra voluntad— entran los guardianes cuando abren las cajas. — Cojan las piedras sin problema.

Todos los alfas cogen la piedra a la vez y usan la voluntad sin control, los demás alfas y sus Betas caen bajo la voluntad al punto de suicidarse, pero los guardias, el rey y su beta contrarestan esta voluntad hasta que los alfan consiguen controlarla.

— Esto es una advertencia cuando hagáis que la manada obtenga la voluntad. Llevamos más de un siglo sin usar la voluntad y la mayoría nunca la ha utilizado, por lo cual llevará tiempo controlarla, asi que cuidado en vuestra manada.

— Esto puede ser una ventaja, pero si se puede contrarrestar no nos sirve de mucho, ya que solo se necesita un Trisquel para poder obtenerlo.

— No sirve cualquier Trisquel ya que la voluntad fueron encerradas en las piedras Trisquel y la reina las guardaba en el castillo, ahora en ruinas, por lo cual es imposible que los Memberrys tengan una de estas.

— No podemos estar seguros de que la familia Memberry despierte su voluntad.

— Tienes razon, por eso tengo otra defensa y ataque, os presento a La mujer lobo de Tlalpan— todos se giran al oir el nombre y el sonido de la puerta al ser abierta por los guardias.

Se miran incrédulos y con nervios, sus corazones comienzan a acelerar el pulso y los Betas se asustan al no entender que sucede.

— Veo que los alfas conocen la leyenda— dice el rey. — Os presento a la leyenda viviente, Amanda de la cruz, la mujer lobo del 1811, la mujer lobo más longeva reconocida hasta el momento y por suerte esta de nuestro lado.

— Un gusto conoceros a todos, podeis considerarme vuestra aliada hasta que el trato con el rey se complete, después... no se que podría suceder— sonríe y se sienta en el otro lado de la mesa.

— Amanda de la cruz es una mujer lobo que no pudo alcanzar el punto climax de la evolución, la cual llego con nuestra transformación de hombres lobos en vez de lobos completos, pero su transformación es más poderosa, veloz y extraña por decirlo de alguna manera.

— ¿De verdad piensas que por tener a una sola persona de nuestro lado podremos con toda la familia Memberry?

— Os invito a sentir la demostración de poder de Amanda, acompáñenme al jardín, los guardias han sido invitados a verlo.

El rey se pone de pie e indica a Amanda la dirección para salir, la sigue y los demás van detrás del rey.

Llegan al jardín y los guardias del parking están observando, el rey esta con sus guardias y el beta, enfrente los alfas con sus Betas y Amanda un poco alejada.

— Ahora todos vosotros os enfrentareis a Amanda, alfas y Betas, si gana ella me apoyais a la guerra, sino cederé mi trono. Está prohibido el uso de la voluntad ya que Amanda no tiene voluntad, y los guardias de cada alfa no pueden hacer nada más que observar. Comiencen.

Salen corriendo hacia Amanda con el objetivo de impedir la guerra. Uno se acerca a Amanda y esta esta inmóvil, cuando un puño esta por contactar con su piel esta se mueve y le parte el cuello, uno a uno de los que se acercan obtienen lo mismo, y seguidos se escuhan sonidos de la vertebras partirse, llega con gran velocidad hacia el beta del alfa y le hace lo mismo, va a por el rey pero esta cae al suelo inmediatamente.

— Me alegro que mi nuevo alfa esté preparado para todo— dice esta luchando con la voluntad.

El rey ordena a los guardias detener su voluntad.

— Hay muchas manadas que entrenar y solo tenemos un mes— dice el rey dándole la mano y ayudándola a levantarse.

Tras unas horas los alfas se levantan y aún más asustados miran a Amanda.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboWhere stories live. Discover now