Capítulo 14: El Poder Del Alfa

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Stalin.

Si alguno de nosotros nos enfadamos demasiado, el enfado despertará el verdadero poder del hombre lobo, si no podemos controlar nuestra ira, el instinto de asesino que conlleva el ser un hombre lobo, nos controlará. Esa es la única razón por la que no quiero que luchen trasformados, llevan menos de 48 horas como hombres lobos, y lógicamente no nos ha dado tiempo para entrenarnos, y Even, cree que no lo sé, pero tiene un problema de autocontrol, pero lo bueno, es que, desde que lo conozco le he ido ayudando sin que se dé cuenta.

— Por mí, lo último que haríamos es convertirnos, asi qué, tendremos que aguantar como humanos— comento.

Ahora sí que tengo que pelear enserio, creo que Drakon se habrá entrenado, porque sabía que yo era hombre lobo y quería ganarme sobre cualquier cosa, no se como yo no me di cuenta.

— Drakon, escúchame, esto no lo hago por ti, ni mucho menos por mí. Pero no voy a pelear, ninguno de nosotros peleará. Tú y todos los presentes, sabéis cuanto me gusta pelear, y más contra rivales tan poderosos como tú.

Se acerca y se encara contra mí, sinceramente tiene una velocidad increíble, dado que me pareció como si fuese una bala, la cual no podría haber esquivado.

— ¿Crees que nosotros tendremos compasión contra todos vosotros?— me dice Drakon. — Stalin, tú eres el único que quiero de verdad que sufras, y dirás, que dejemos ir a los demás y que la paguemos contigo, pero sé que no sufrirás lo suficiente. A ti, y me jode mucho decirlo, te importa más los demás que a tú mismo, pasarías lo que fuese para que tu "familia" estese a salvo, y sé que la mejor manera de dañarte y enfurecerte, es dañando a los que proteges, sentir impotencia, y es por lo que tanto he entrenado, para hacerte sentir inútil.

Joder, Drakon me conoce más de lo que pensaba.

— Drakon, no quiero contestarte— me alejo. — Como te dije antes, no es por ti. Escuchad, Drakon sí, puede que os haya ayudado, y sí, puede que os haya salvado la vida, literalmente, pero no os llevará por el mejor camino, simplemente quiere tener poder, y creerme, es lo último que necesita. No tenis que hacer esto, de verdad, cuando esta batalla acabe, pueden ocurrir dos cosas, una, con la victoria de Drakon, es que necesite más poder, para enfrentarse a la mayor guerra de su vida, contra la manada Memberry, conocida internacionalmente, lo cual lo llevará a la cárcel y os arrastrará con él. Y la otra, es con nuestra victoria, es tener el poder de la manada Memberry, la cual crece poco a poco.

— Stalin, créeme, no podemos, nuestra familia es lo más importante para nosotros, y creo que tú lo sabes más que nadie— comenta el "portavoz".

— Vale, Drakon, quieres vengarte, y hacerme sufrir, de acuerdo, te daré a cada uno de los presentes, juraremos y prometeremos sumisión y lealtad. Pero con una condición— comento dirigiéndome a él.

— Si lo juras y prometes estar a mis pies, cada uno de vosotros, no debe ser fácil, pero creo que la aceptaré, habla.

— Simplemente, habrán dos combates, uno de nuestros mejores guerreros y otro entre los Alfas, es decir los líderes de las manadas. En esos combates no vale la muerte ni ningún objeto que no pertenezca al cuerpo del ser humano.

— Stalin, no tengo miedo, tampoco un guerrero destacable, todos son los mejores, acepto el desafío, y lo mejoro. Aquella manada que salga vencedora le deberá lealtad bajo juramento de la persona más importante de su vida a la otra manada.

— Acepto el desafío.

Juego psicológico, lo difícil será elegir uno de mis amigos para combatir contra cualquier bestia que elija Drakon, dejaré que elijan ellos, pero debemos estar seguro así que yo en sus lugares elegiría a Scarlet, pero ella no es un hombre lobo, así que elegiría en su lugar a, Even y a Peter, Even por el poder que liberaría al no tener control, pero yo lo detendría, y a Peter, porque es el más fuerte. Me dirijo a ellos.

— Necesitamos al más fuerte, y lamentablemente no puedo elegirlo, debéis decidirlo vosotros.

— Stalin, tú eres nuestro entrenador y tú mejor que nadie sabes nuestras cualidades y nuestros puntos débiles, nosotros nos equivocaremos, pero tú lo harás con sentido— me dice Scarlet.

— Tienes razón, pero también fui quien os metió en esto.

— No tenías elección, nosotros hubiésemos peleado, sin importar lo que nos harían, y tú nos alivias ese dolor así que, sigue asiéndolo, no debemos perder— comenta Even.

— Una pregunta, ¿No podrías llamar a alguno de tus hermanos? En sí, son de tu manada— comenta Darwin.

— Mis hermanos... no sé— comento pensativo.

— Creo que nos habéis llamado telepáticamente— comente Sean.

¡Joder! se me olvidó que tenemos telepatía entre la manada.

— Todavía no controlo ese poder, el vínculo— indico. — Pues ya está decidido.

— Yo ya tengo a mi luchador, él es Andrew— sentencia Drakon.

No parece gran cosa, pero ha seguido el entrenamiento de Drakon, debemos de tener cuidado. Sin preguntar, sin comentar nada, ya tengo elegido a mi luchador, no creo que me equivoque, ya que ha llegado la salvación.

— Drakon, esto no es un juego, pero tú pondrás la primera norma. El guerrero que elijo es, Zend. Y la normal es, ¿empieza con todas sus fuerza o libremente?— comento.

— Stalin, lo que más quiero es arrebatártelo todo así que, quiero que sufras, empiezan 100%— comenta Drakon. — Y por último es decirle a tu hermano, al niño que eliges para defender todo lo que te juegas, que tiene que tener cuidado.

— Tranquilo Drakon, ya lo sé— comenta Zend.

Lo habrá escuchado por el vínculo.

— Ya has escuchado Zend, deberás luchar con todo tu poder. Te doy autoridad a pelear con el 100% de tu Máximo Poder— sentencio.

— Que empiece la batalla— indica.

Se lanza contra Zend a una increíble velocidad, Zend está inmóvil, creo que lo esquivará en el último momento, me equivoque. Zend recibió el increíble puñetazo de Andrew. Zend se aleja unos 2 metros de Andrew, que está en shock, y le da un puñetazo que lo deja inconsciente.

— Primera victoria para la Manada Memberry, bien hecho— comenta Drakon, Y ahora la batalla esperada, Tú contra mí.

Es increíble, la mejora que hice en Zend, tiene la mentalidad de un niño, pero la fuerza de un Alfa. En un simple movimiento, sin tener ningún problema al recibir limpio el puñetazo, lo derribó. Estoy orgulloso de él, dado que no ha tenido ningún problema en su infancia, al recibir tanto, me encanta, y esos en pocos meses, yo adelanté debidamente la transformación de él y no tengo ninguna preocupación por él, visto lo visto.

— Stalin, no te emociones, yo solo lo entrené por un año, y no es ni la mitad de fuerte que yo, témeme, no me subestimes.

Drakon estaba transformado y utilizó todo su poder en el ataque y en la defensa, y Zend no se transformó.

— Te he dicho que no me subestimes!!!— se lanza contra mí, dado que no le hice caso.

El Alfa Divino: La Leyenda Del Hombre LoboWhere stories live. Discover now