Capítulo 53

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Después de tanto buscar, Frederick y yo terminamos dándonos por vencidos, aquel papel que tanto estaba buscando, era como si hubiese desaparecido oficialmente de la faz de la tierra porque no había ningún indicio de este por ningún lado y la búsqueda cada vez parecía en vano.

Dejamos pasar el tema por los siguientes tres días, ya que Frederick mencionó tener asuntos más importantes que encontrar aquel papel, ya que su siguiente reunión en la corte real sería este fin de semana, estábamos a miércoles, mitad de semana y aunque él aseguró poder hacer el trabajo por su cuenta, me ofrecí ayudarle con la redacción de algunos documentos que presentaría.

—¡Rayos!

Se quejó para sí mismo, levanté mi vista para mirarle, su ceño estaba ligeramente fruncido y una mueca estaba en su boca.

—¿Está todo bien?

—Olvidé un par de papeles en el palacio —se quejó, no tardó mucho en soltar un resoplido y pasarse una mano por el pelo.

—¿Los necesitas ahora? —Si no me equivocaba, sus ojos buscaron los míos.

—Digamos que son importantes, mi padre me pidió que los revisará y firmara.

Hice una mueca.

—Quizás podrías ir por ellos si son realmente importantes.

Sugerí, Frederick se vio pensativo.

—Bueno, estaban en mi habitación si no me equivoco, los dejé sobre mi escritorio, ¿Qué hora tienes?

Chequé la hora en mi laptop, apenas eran las nueve.

—Son las nueve.

Volvió a suspirar con cansancio.

—Bien, si tenemos suerte, podemos ir por esos papeles sin molestar a nadie.

Dijo levantándose de su lugar, yo me quedé sentada un tanto insegura porque sus palabras sonaron a que ambos iríamos al palacio y no estaba preparada para eso, lo menos que deseaba era tener problemas con el rey.

—Puedo quedarme, quizás...

—No, iremos los dos. Es tarde y no quiero dejarte sola aquí.

Su comentario sonó algo sobreprotector y tierno a la vez, ya que fue bastante espontáneo, sin ánimos de protestar, terminé levantándome también de mi lugar y fui a mi habitación por mi suéter.

Quince minutos más tarde, los dos nos encontrábamos entrando al palacio y dirigiéndonos a la entrada, los nervios estaban comenzando a apoderarse de mi cuerpo y poseía un ligero mareo que me provocaba náuseas.

—No tendremos problemas, ¿verdad?

Dudaba mucho de que Frederick pudiera darme una respuesta segura, pero quería por lo menos escuchar una.

—Tranquila, solo es un asunto rápido, no nos tomará mucho tiempo, además, si no me equivoco, papá y mamá no están en el palacio.

—¿Qué tan seguro estás de ello?

—Muy seguro, ambos se reunirían con el canciller de Irlanda en Irlanda y estarían ocupados tratando asuntos y los reyes no son las clases de personas que posponen las cosas, les gusta cumplir con sus deberes sin importar qué.

—¿Cómo es qué sabes de ello?

—¿Vamos a empezar con las preguntas? —bromeó y una risita seca salió de él, yo continuaba algo nerviosa—. Lo sé porque mi padre me lo dijo antes de irse, es por eso que necesitamos los papeles, le suplantaré en la corte real mientras este de viaje.

Mi romance realWhere stories live. Discover now