Capítulo 29

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¿Qué era lo peor que podía pasar después de traspasar propiedad privada de la familia real? Ir a la cárcel era una opción bastante segura, obtener un mal récord como ciudadano y quien sabe que otra clase de castigo. Yo jamás había irrumpido propiedad privada de ninguna persona mucho menos de la familia real, tenía que ser una mala broma, sin embargo, allí estaba yo corriendo con Frederick por los alrededores, los guardias habían conseguido seguirnos y gritaban en nuestra dirección que detuviéramos nuestros pasos si no queríamos tener un severo castigo, la adrenalina se había apoderado de mí y mi mano apretaba la de Frederick con fuerza deseando que no la abandonará, rodeamos gran parte de los jardines, ninguno detenía nuestro paso y continuaban os escabulléndonos con facilidad.

Mi corazón palpitaba con tanta fuerza y en lo único que podía pensar en estos momentos era en no ser atrapada por más de doce soldados, porque sí, habían pedido refuerzos al ver que no nos deteníamos ni un segundo.

—No mires atrás. Es lo peor que puedes hacer, mirar atrás.

Me regañó Frederick cuando vio que estaba volteando a mis espaldas para ver la cantidad de guardias que continuaban corriendo tras nosotros. Asentí y no volví a mirar hacia atrás.

—¡Deténganse! ¡Están en propiedad privada!

Gritó uno de los guardias a distancia, logramos salir de un pequeño jardín para llegar a otro, el parque era enorme, había cientos de hectáreas y no le veía fin al lugar. Uno de los guardias logró alcanzarnos, pero fuimos más rápidos y logramos esquivarlo, sucedió lo mismo con otro guardia cuando nos cruzamos al otro lado de los jardines.

—Tenemos que llegar al palacio.

Aclaró Frederick, eche una mirada rápida, la entrada principal estaba algo alejada desde donde nos encontrábamos, tendríamos que ser mucho más rápidos corriendo.

—¡Deténganse!

Gritó un nuevo guardia que se colocó frente a nosotros, Frederick decidió correr hacia el lado contrario, logramos esquivarlo y seguir entre los jardines, pasamos entre los árboles, si la idea principal de Frederick era llegar a la entrada principal del palacio, pudo haberlo hecho desde un principio, ya que estábamos en la parte trasera de ella, sin embargo, habíamos echado a correr en dirección contraria.

—¡Alto ahí! ¡Están en propiedad privada de la realeza sueca! ¡Deténganse!

Exigió un tercer guardia que consiguió posarse frente a nosotros, para no chocar con él, Frederick detuvo sus pasos, mi cuerpo se estrelló levemente con el suyo. Segundos después, más guardias llegaron a nuestro lado y nos acorralaron, tenían armas y nos señalaban con ellas, mi mano se aferró con más fuerza a la de Frederick.

¿En qué lío nos habíamos metido?

—Tranquilos señores, no somos delincuentes —aseguró Frederick alzando sus manos al aire para demostrar que no estaba armado—. Deberían de bajar sus armas, la señorita y yo estábamos por irnos.

—¡Silencio! ¡Han cometido un grave delito al traspasar propiedad privada del gobierno sueco! ¡Ustedes dos se encuentran dentro del palacio de Ulriksdal! —gritó con enfado, claramente, a los guardias les había molestado perseguirnos por casi todo el palacio.

Estaba a espaldas de Frederick, su cuerpo me ocultaba un poco de la vista del guardia frente a nosotros, pero los guardias a mi espalda estaban alerta y dispuestos a atacarnos si intentábamos huir de nuevo, así que echarnos a correr por segunda ocasión no era mucho una opción. Frederick guardó silencio y le vi tragar con fuerza, no tenía más ideas.

—Arréstenlos.

Ordenó el guardia, inmediatamente fuimos arrestados, los guardias nos esposaron a ambos, compartí una mirada con Frederick, ¿Acaso no lo reconocían? ¿No sabían quién era? ¿Por qué él no estaba defendiéndose?

Mi romance realWhere stories live. Discover now