Capítulo 34

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Frederick y yo no volvimos a tocar el tema de la nota publicada por la página web de chismes, aunque la noticia seguía en la red, el rey no volvió a llamarnos en el palacio y Frederick no se presentó allí por el resto de la semana, aunque lo veía trabajando en papeles importantes dentro de casa, lucía preocupado e inconforme con la situación, en el trabajo, Fabrizio actuaba como si nada y se le veía sonriente entre los pasillos, continuaba consiguiendo información de distintas celebridades y creando nuevos chismes y noticias, al final de cuentas, ese era su trabajo y con el cual había triunfado hasta la actualidad.

A pesar de que yo sabía que la noticia no fue publicada por Fabrizio, sentía molestia hacia él porque estaba segura de que él tenía que ver, lo único que se me ocurría era que debió vender la información a ese sitio web de británico, el problema con ello, era que ni la misma reina pudo hacer mucho al respecto para que la noticia se eliminara por completo de internet, incluso cuando consiguió que aquel sitio eliminara la noticia, está ya se había hecho viral en diferentes países y publicado por otras páginas similares.

Esta tarde, el auto de Frederick no estuvo en el estacionamiento de la empresa como de costumbre, pero sí estuvo un auto negro y Bryson recargado cómodamente en este, lo que me dejó en un gran estado de incredulidad al no tener idea de que estaba haciendo aquí.

Sus ojos azules hicieron contacto con los míos y me ofreció una sonrisa antes de alejarse de su auto y caminar en dirección mía, por un segundo, titubeo en retroceder, pues estoy tan sorprendida de su presencia que no sé cómo reaccionar con exactitud. Terminó frunciendo el ceño.

—Veo que te sorprende verme. Te pido una disculpa por mi repentina visita —dijo llevándose una de sus manos libres a los bolsillos de su pantalón, tengo que tragar con fuerza antes de hablar.

—Disculpa, ¿qué haces aquí?

Tuve que preguntar de buenas a primera, observé a mi alrededor para comprobar que no hay nadie además de nosotros, Bryson también hizo lo mismo y se animó a hablar.

—Quería hablar contigo. Sabía que, si te buscaba en la residencia de mi hermano, no sería fácil hablar contigo, no con él presente.

Sentí la ansiedad de morderme las uñas por culpa de mi repentino nervio, no entendía que era eso que Bryson quería que habláramos y por qué tanta su insistencia en vernos a solas sin su hermano. En parte, comprendía el hecho de que Frederick no lo dejaría hablar con facilidad, teniendo en cuenta su falta de comunicación y la no muy estable relación que existe entre ellos.

—Frederick llegará en cualquier momento.

Dije más para mí misma que para él, quería convencerme de que podía llegar en cualquier momento y ver a su hermano. A Bryson no le intimidó la mención de ello, al contrario, negó.

—Está en el palacio en una reunión con la corte real, si no me equivoco, llevan allí más de una hora y con los argumentos que tiene el primer ministro con las leyes, le tomará otras dos más salir de allí.

No supe que pensar al respecto, traté de decirme que podía estar mintiendo y era solo un intento para hablar conmigo, pero el hecho de que Frederick no estaba aquí como de costumbre, me hacía dudar de mis pensamientos. Insegura, saqué mi teléfono celular del bolsillo trasero de mi pantalón, no tenía batería estando dentro de la oficina y lo dejé cargando en el escritorio, ni siquiera lo encendí cuando salí del edificio.

Comprobé que Bryson estaba en lo cierto cuando veo que tenía una llamada perdida de Frederick y dos mensajes de texto diciendo que no podrá venir por mí temprano, pero que prometía hacerlo una hora después y que por favor espere por él, el mensaje fue enviado hace media hora.

Mi romance realWhere stories live. Discover now