Capítulo 37

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Esa misma tarde, después de que Frederick viniera a buscarme al trabajo, lo menos que esperábamos era encontrar a Bryson en la residencia, sobre todo en la entrada de la casa de Frederick, sí la presencia de su hermano lo molesto, no lo demostró, pero no oculto el asombro al verlo, cosa que yo tampoco hice.

Cuando los dos bajamos del auto Bryson se alejó de la puerta para llegar a donde nosotros, Frederick detuvo su paso a un par de metros considerables de él y yo me quedé a su lado.

—Hola —saludó Bryson a ambos—. Díganme, ¿he venido en un mal momento?

A Frederick le tomó un tiempo responderle a su hermano, quien tenía una postura relajada.

—No esperábamos visitas.

Dijo con seriedad, una mueca se dibujó en los labios de Bryson.

—Lo sé, y créeme que al último lugar que deseo venir es aquí, pero no estaría haciéndolo si no fuera importante.

—¿Qué sucede? ¿Está todo bien con Ryleigh?

—Ella está bien como de costumbre, ya sabes, siempre dando un poco de guerra a la cocinera.

Una diminuta sonrisa se formó en la boca de Frederick, pero luego decayó.

—Entonces, ¿qué sucede? —preguntó cruzándose de brazos—. Si no es Ryleigh, ¿Qué otra cosa podría ser tan importante?

Por supuesto, Ryleigh era lo más importante para él.

—Por si tu novia no te lo ha contado aún, Erin está de vuelta, se reunió con mamá esta mañana —habló, el cuerpo de Frederick se tensó a mi lado—. Sé que es lo último que deseas escuchar, pero me ha parecido importante que lo sepas, además, no has estado en el palacio hoy para notarlo.

—Bien, gracias por informarme.

Dijo a secas. Bryson asintió.

—Estará reuniéndose con mamá mañana por la mañana y me temo que la ha invitado a cenar, en caso de que decidas presentarte.

Ahora fue Frederick quién asintió ante el comentario de su hermano, su cuerpo aún tenso a mi lado.

—¿Ha venido sola?

Se atrevió a preguntar luego de unos segundos.

—Los reyes también han venido, esta mañana antes de salir de casa me topé con el rey, no he tenido oportunidad de ver a la reina y Erin.

Escuché que Frederick maldijo por lo bajo un tanto inconforme, no hizo otro comentario, pues se había quedado sin palabras, la noticia lo tomó por sorpresa, Bryson se acercó más a nosotros, sus ojos se posaron sobre los míos y me ofreció una diminuta sonrisa antes de volver a ver a su hermano.

—Te recuerdo que no eres el único al que alguna vez dañó.

Dijo para luego pasar a nuestro lado e irse. Escuchamos como su auto se marchaba de casa y nos quedamos allí parados el uno al lado del otro en silencio, Frederick lucía afligido y tenso, sin pensarlo, me acerqué a él y lo abracé por detrás apoyando mi rostro sobre su hombro.

Mi abrazó lo tomó desprevenido, pero terminó aceptándolo segundos después, dejé que el silencio se llenara a nuestro alrededor y coloqué un pequeño beso en su hombro, Frederick se las ingenió para moverse y quedar de frente, una mano se posó en mi cintura y la otra en mi mejilla, la cual acarició. Se sentía bien esta clase de cercanía entre los dos.

—Tenía pensado en preparar la cena para ambos.

Murmuró un tanto desanimado, la visita de su hermano había borrado el rastro de entusiasmo en él, puse una sonrisa en mi boca ante la idea de él cocinando para ambos.

Mi romance realWhere stories live. Discover now