Frederick apareció en la cocina minutos más tarde y los dos tomamos el desayuno juntos, después de eso, fuimos a visitar a Blomberg, quien al parecer estaba ayudando a Frederick con algo referente al palacio, después de pasar más de una hora en la casa de Blomberg sintiéndome ajena al trabajo en el que estaban los dos, terminé visitando a Freya, pero mi mente estaba un poco distraída, la curiosidad cada vez aumentaba en mí, quería saber de Bryson y, quería encararlo y que me contestara todas las preguntas que yo tenía de él.

A diferencia de Frederick, Bryson no siempre estaba ante el ojo de la prensa, sí, era reconocido porque era el príncipe de Suecia, sin embargo, no poseía el mismo peso en sus hombros que su hermano mayor, él no sería nombrado rey en un futuro y eso el país lo tenía en claro, por eso, siempre se enfocaban principalmente en Frederick, aunque esto siempre ha sucedido en la mayoría de los países donde hay miembros de la realeza, quien es el futuro rey es quien tiene más peso en sus hombros, por lo general, en Suecia solíamos ver a los tres príncipes siempre al lado de los reyes al momento de dar un comunicado público, a diferencia de los otros reinos donde solo veíamos al rey o la reina anunciar los comunicados importantes del país por su cuenta, Suecia siempre involucraba a toda la familia real en los asuntos públicos y se aseguraba de darle una participación espacial a nuestro futuro monarca.

—Lamento estar todo el día lejos de ti —dijo Frederick cuando colocó un beso en mi mejilla justo después de encontrarme en la cocina de Freya, a quien saludo con una amistosa sonrisa. Me sobresalté por la repentina sorpresa, ni siquiera me di cuenta de cuando fue que entró a la casa, no oí la puerta en ningún segundo, aun así, acepté su cercanía.

—¿Se quedan a cenar? —preguntó Freya para ambos, las dos estábamos en la cocina, tomando un poco café mientras conversábamos, ambas ya habíamos terminado de cocinar. Frederick se apresuró a jalar la silla a mi lado y sentarse en ella, asintiendo.

—No miento diciendo que no puedo vivir sin tu comida, eres mi cocinera favorita.

Dijo cosa que hizo que Freya sonriera de una manera que pudimos ver su perfecta dentadura, sus ojos marrones miraron a Frederick con ternura.

—Y por esa razón, dejaré que te repitas en el postre.

Los tres reímos por su comentario y se levantó de la mesa para servir los platos de comida, Frederick y yo nos acomedimos ayudándole a colocar la mesa.

—¿Qué tal has estado Freddy?

A pesar de que estábamos de vuelta en la residencia, Freya continuaba algo preocupada por Frederick, temía que volviera a tener problemas conociendo lo mal que se ponía con la prensa.

—No puedo quejarme del todo, he estado en situaciones peores.

—Detesto tus respuestas que no suelen decir nada.

Dijo Freya a secas que me sorprendió la seriedad y brusquedad con la que lo dijo, un pequeño e incómodo silencio se formó entre los tres mientras nos miramos el uno al otro, bastó tan solo unos segundos para que Freya se echara a reír y Frederick le siguió.

—Lo siento hijo, pero siempre lo digo, eres tan cortante a veces, sé que tienes respuestas mejores que esa.

Estaba en lo cierto, que yo reí con ganas.

—Es difícil sacarle la información, nunca da más de lo que uno pide.

Agregué, Frederick frunció los labios con una mueca y jugo con la comida, después se limpió las manos y volteo a vernos a las dos con seriedad.

—Un paso a la vez, ¿no? —Esto último sé que lo dijo más por mí, esa pequeña frase se volvió tan nuestra que no pude evitar sonreír. Lo observé tomar una respiración profunda y suspirar—. Estoy bien, en serio lo estoy. Sé que las cosas con el rey siempre son complicadas, pero hemos llegado a un acuerdo.

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