Suspiré.

—Lo tengo en cuenta. Soy consciente del riesgo, pero necesitaba venir, necesitaba hablar con alguien.

Él asintió.

—Ay cariño, nos alegra ser de ayuda —agregó Freya—. Desde que vi a los paparazzi en la residencia supe que algo andaba mal, estaba muy preocupada por ustedes dos, sobre todo conociendo como Frederick se pone con ellos, y ya veo que no ha acabado bien.

Una mueca se dibujó en mis labios al igual que en los de ella y Blomberg, se mostraban sinceros.

—No sé qué hacer con todo esto —dije, después de un tiempo, estaba muy abrumada—, tampoco tengo idea de en quien confiar, Fabrizio ha sido mi amigo por un tiempo si es que puedo llamarle así y aunque su obsesión es muy grande por los miembros de la realeza, se veía sincero cuando estábamos conversando.

Detestaba ser confianzuda de vez en cuando, confiar en todos no siempre resultaba bien. Blomberg suspiró pesadamente.

—No conozco exactamente a Fabrizio, pero conocí a su padre, trabajamos juntos un tiempo en el mundo del periodismo y puedo decirte que es una familia con un alto prestigio, no es una novedad de su afición por la familia real y realmente han sabido como posicionarse como uno de los mejores periódicos a nivel internacional, siempre se dice que no hay que fiarse de ningún periodista, pero creo que Fabrizio no está mintiendo del todo.

—¿Lo crees?

Enarqué una ceja en su dirección y asintió seguro.

—Hace unos años cuando el rey Carl aún vivía, el padre de Fabrizio, el abuelo de Freddy y yo solíamos trabajar juntos, esto es algo que nadie más sabe, pero el rey no era tan bueno con los discursos, digamos que solía ponerse nervioso a la hora de dar uno y su redacción no era tan buena, nosotros solíamos escribir algunos discursos políticos para él, claro, siendo supervisados por él o a veces solo corregíamos algo que escribió. Sin embargo, el padre de Fabrizio comenzó a crecer cada día más en su empresa que se distanció un poco de nosotros dos, perdimos comunicación hace años, fue mucho antes de que el rey muriera.

Fue casi gracioso que dijera que el rey no era bueno con sus discursos.

—Wow, esa es una historia que jamás en mi vida he oído.

—Por supuesto que no, es una historia que no todos conocen, era un secreto que los tres manteníamos, principalmente porque el rey era un excelente amigo. Pero volviendo Ahlstrom —dijo refiriéndose al padre de Fabrizio—. Lo último que recuerdo de él cuando aún manteníamos contacto, es que se abrió paso en Inglaterra con una nueva compañía, si no me equivoco es más una especie de blog dirigido a la realeza, no recuerdo el nombre porque hoy en día hay miles de ellas, pero recuerdo que Ahlstrom estaba firmando con esa compañía, no estoy seguro si la compró o solo es socio.

—Espera —interrumpí—. Hay un blog en internet, se llama Gossip Royals, ¿es ese del que hablas?

Pregunté y Blomberg arrugó la nariz, inseguro. Aquel sitio fue el que publicó la noticia de Frederick en el palacio, si Blomberg estaba en lo cierto, entonces Fabrizio nunca vendió la noticia y solo la publicó por cuenta propia.

—¿Es solo un sitio en línea? La verdad, no estoy seguro si la página es un periódico oficial, pero teniendo en cuenta las leyes de Inglaterra, sé que cualquier periódico que se dedique a compartir chismes de la realeza son clausurados de inmediato, Inglaterra tiene una política muy estricta con la prensa a diferencia de Suecia.

Aquel sitio solo compartía las noticias en su sitio web, pero a veces, aquellas noticias eran publicadas por periódicos locales o incluso nacionales.

Mi romance realWhere stories live. Discover now