Capítulo 25

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ANDREA.

Mientras preparaba el colchón que hay debajo de mi cama para que durmiese Lexi, oigo como llaman a la puerta.

Esa debe de ser ella.

Tras colocar una de las almohadas y unas mantas que se encontraban en mi armario sobre la cama que acababa de sacar de debajo de la mía, bajo las escaleras lentamente mientras escucho la voz de una chica hablar.

—Oh hermanito, cuánto tiempo sin verte, has crecido un poco más desde la última vez que nos vimos—dice la que suponía que era su hermana.

Me hacía gracia que le llamase hermanito ya que según Aiden, cuando eran pequeños él siempre se llevaba las culpas y los castigos de lo que su hermana Lexi hacía. Supuse entonces que no se llevarían muy bien, pero pude observar que me equivocaba por completo.

—Lexi, nos vimos hace un mes—responde Aiden con un tono cansado.

—Ya lo sé hermanito, solo me reía un poco de ti—se ríe Lexi mientras le revuelve un poco el pelo.

Termino de bajar las escaleras del todo, exponiéndome a los ojos de Aiden y de Lexi.

Lexi me mira y con una sonrisa de oreja a oreja se acerca a mi y me abraza bastante fuerte.

—Tú debes de ser la famosa Andrea—dice una vez que me suelta y dejándome seguir respirando.

—Sí... encantada de conocerte—le digo con una sonrisa un poco forzada ya que lo único que sentía en ese momento era extrañeza por la efusividad con la que se comportaba Lexi.

Aiden y ella solo se parecían en el apellido. El comportamiento de Lexi era totalmente alegre y desenfadado mientras el de Aiden era más tranquilo y relajado.

—Lo siento por avisar con tan poca antelación de que venía, pero no podía aguantar las ganas de conocerte—dice dejando su chaqueta en el respaldo de una de las sillas del comedor.

—¿Ah sí?—pregunto con curiosidad, ¿quién querría conocerme a mi?

—¡Claro! ¡Eres la chica que no para de nombrar mi hermano! Como para no querer conocerte—exclama mientras mira de reojo a Aiden con una sonrisa ladeada.

Miro a Aiden con una sonrisa forzada por las palabras de Lexi mientras que él se limita a bufar y apartar la mirada.

—Sobretodo después de que haya dejado a la estirada de Abby—me susurra.

—¡Lexi!—exclama Aiden llamándole la atención a Lexi tras decir que Abby era una estirada, cosa en la que llevaba toda la razón del mundo.

—¡Qué! Es lo que pensamos todos, ¿no es así Andrea?—me pregunta pidiendo mi opinión o más bien, exigiendo que de mi opinión y que sea igual a la suya.

No puedo evitar fijar mi mirada en Aiden, él sabía perfectamente lo que pensaba de Abby, es más, pudo ver como yo la amenazaba al salir de la fiesta de Marilyn cuando me tiró su bebida encima del vestido que me habían prestado Alma y Blanca.

Aiden me mira con cara de pocos amigos mientras que Lexi me presta una sonrisa impregnada con un toque de malicia.

—Te voy a guiar hasta mi habitación, dormiremos juntas—digo evitando la pregunta y las miradas furiosas de Aiden cesan cuando se da cuenta de la maniobra que he trazado para evadir el tema de Abby.

—Te sigo—dice lanzándole una sonrisa triunfadora a Aiden ya que ambos habían captado la indirecta.

Subo las escaleras mientras escucho a mis espaldas sus pasos. Al llegar, deja la maleta a un lado de mi armario y se da una vuelta por mi habitación mirando mis posters y mis pertenencias, cosa que a mi me molesta un poco. Es como si estuviera juzgando mis gustos.

MI NIÑERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora