Capítulo 44: Tensiones Acumuladas

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La primera noche fue muy difícil a pesar de ya estar juntos, porque James había quedado con tal trauma que no abandonaba mis brazos por nada del mundo. Nos la pasamos sentados en el sofá frente a la hoguera de leña hablando de todas las cosas nuevas que me había perdido. Canuto estaba subido a uno de los sillones, mirando receloso como su lugar a mi lado era ocupado por Draco que peleaba para no quedarse dormido al estar cómodamente envuelto por una manta, con su espalda apoyada sobre la mitad de mi pecho mientras lo rodeaba con mi brazo izquierdo, o más bien, era él quien abrazaba mi brazo que usaba como almohada. James estaba en mi regazo, al lado contrario para no molestar a su padre, aunque jugueteaba con algunos mechones de su cabello platinado mientras me conversaba de lo primero que se le venía a la cabeza, y parecía que tenía pensado todo lo que iba a contarme apenas me viera.

Me causaba ternura al notar que no hacía mención de nada que tuviera relación con la magia, o al menos eso intentaba porque cada vez que iba a hablar sobre ello, hacía una pausa y cambiaba de tema con alguna pregunta a la cual le seguía el juego. Draco simplemente bufaba de vez en cuando cada vez que se despertaba de su sueño ligero, sabía que estaba agotado por el viaje y toda la bruma de emociones que habíamos experimentado. Conociéndolo, habría estado nervioso durante toda una semana con tal de encontrarme, y la verdad aun no habíamos hablado al respecto, pero la charla en mi despacho nos había dejado en una pausa pacífica de momento.

Tenerlos así era uno de mis tantos sueños desde que los había dejado, pero aun así no podía evitar sentir pánico de lo que pasaría a futuro. Aunque de una cosa estaba seguro, no podríamos separarnos otra vez, mi voluntad se había hecho añicos con solo oír la risa de James cuando jugaba con las crías aladas, y el beso de Draco había evaporado todo sentimiento de preocupación en esos minutos donde la adrenalina me jugaba una mala pasada en mi raciocinio.

El estrangulamiento de los brazos de James sobre mi cuello dejaba en claro que no estaba dispuesto a dormir en habitaciones separadas por lo que los tres nos recostamos en mi habitación pues no pensaba dejar que Draco se instalara en otra, y parecía que él esperaba lo mismo. El azabache despintado, apodo puesto por Ronald según Draco, se durmió al instante sobre mi pecho, aunque, para sorpresa de ambos recordando el sueño pesado que padecía siempre, se despertaba ante el mínimo movimiento que realizaba mientras atraía a Draco hacia mi cuerpo sin mucha resistencia por su parte y eso me tenía desesperado por asaltarlo, aunque tuve que abstenerme claramente.

De esa forma caí rendido en el sueño pues hacer todo el trabajo a mano sumado al viaje con Daphne, me dejaba devastado físicamente, pero eso no me impidió sentir las caricias que Draco me brindaba con mucha sutileza para no despertarme, aunque la verdad daba cosquillas y justamente esa era la razón por las que las sentía. Solo me limité a fingir unos gruñidos leves a la vez que lo apretujaba más hacia mí, y eso le robaba una sonrisa a Draco, junto a un adorable sonrojo por el temor a ser descubierto, pero nunca abrí los ojos del todo para que no se detuviera. James se sobresaltaba cada vez que me escuchaba. Ambos estaban pendientes de mí, tanto que al llegar el amanecer habían caído en un sueño mucho más profundo. Ninguno se percató de cuando me escabullí fuera de la habitación para comenzar mis tareas diarias.

- ¡¡¡Papá!!! – escuché el grito desesperado de James que me obliga a salir del baño con la máquina de afeitar aún encendida en mi mano.

En el pasillo me encuentro a Draco que parecía tan asustado como yo. Cruzamos miradas unos segundos, suficientes para presenciar el desastre que éramos cada uno en ese momento. Él con su desalineado cabello al estar recién levantado y su cara resignada al cansancio por el desvelo, y por mi parte, solo vistiendo unos pantalones deportivos, con una pequeña toalla alrededor de mi nuca con la que me había secado el cabello con antelación.

Donante de AmorWhere stories live. Discover now