Capítulo 11: Amabilidad Potter

666 63 9
                                    

-------- ---- ------ ------

La confianza no era nada fácil de ganar o de otorgar. Especialmente cuando no sabias lo que los silencios pueden significar. Harry parecía un experto en ellos, exasperando a muchos. Yo no era la excepción.

- No te entiendo, Potter – exclamé indignado ante una invitación que me hacía a orquestar un partido amistoso de quidditch entre amigos del último año – Nos llevamos a las patadas todos estos años y de pronto quieres ser mi amigo, ¿Por qué? Jamás podría funcionar algo así – era obstinado, pero Harry parecía no rendirse.

- ¿Por qué no? – replica suspiroso mirándome de reojo acusadoramente.

- No tenemos nada en común – espeto alzando mis hombros desinteresadamente.

- Eso es porque poco nos conocemos – gruñe ya irritado, seguramente por mis patéticas excusas - ¿Realmente crees que me llevo de rositas con Ronald? Creo que hemos llegado a amenazarnos de muerte más veces que contigo, que eras mi enemigo declarado.

- Pero...

- Pero nada – exclama al instante – Olvídalo entonces. Si tanto te molesta podemos dejarlo donde estamos, simples compañeros de curso – agrega poniéndose de pie bruscamente – De todas formas, nunca te pedí tu amistad – confiesa con las claras intenciones de herirme, clavándome un puñal en el pecho – Solo quería un maldito partido de quidditch para pasar el rato – masculla entre dientes mientras se alejaba hacia el castillo.

Me sentí confundido, no podía evitarlo. Que alguien tan solemne como sabía que lo era Harry se te acerque de pronto luego de hacerle sufrir la mil y una no era buen augurio, al menos no en el mundo en el que me habían criado. No era una molestia, sino desconfianza. Pero no sabía la razón exacta. Tenía tal reputación en el colegio que cualquier cosa que hiciese y llegase a lastimar al héroe de todos, era una carga muy fuerte. Conociéndome a mí mismo era más un hecho que eso pasase.

- Hemos llorado tanto para tener una segunda oportunidad luego de la guerra que la verdad no te entiendo, Draco – argumentó Pansy con una seriedad que más que sorpresa daba miedo. – Y no es la segunda que te da Potter. ¿Cuántas van? – increpa con astucia dejándome pensativo sin opción a objetarle, Blaise y Theodore estaban también. – Creo que en lugar de aceptar la oportunidad que les dan los demás, deben aceptar la que ustedes se deberían dar así mismos – dice recogiéndose el cabello en una coleta mientras la mirábamos sin habla, al terminar lanza un sonoro suspiro a la vez que nos dirigía una mirada acusadora, manteniendo sus manos en su cintura – Tengo hambre – suelta de pronto – Esto de tener que usar las neuronas es agotador, pero verles la cara de idiotas lo valió, así que si me disculpan – escupe descaradamente antes de salir de la sala común de nuestra casa.

Cruzamos miradas entre nosotros y era verdad, la cara que teníamos por escuchar esa sarta de cosas de su boca nos tenía perplejos. Tan confundidos que no pudimos aguantar más la carcajada ganándonos la mirada de los otros compañeros de casa.

- Llegas tarde, Potter. ¿Así quieres hacer méritos conmigo? – gruño con fingida indignación, esperándolos en el centro del campo de quidditch.

Estaba de pie, sosteniéndome de mi escoba, Blaise sentado en el césped y Theodore montado en su escoba levitando. Daphne y Astoria de pie a un lado comiendo unas golosinas, pero también preparadas con sus escobas. Pansy, leyendo una revista en una silla que había convocado, en su majestuosa pose perdida en su mundo. Desde los vestidores venía un grupo grande de alumnos de último año, cargando cada uno su escoba en mano. Potter encabezando la marcha junto a Ronald que ayudaba a cargar el cajón de pelotas junto a Dean.

Donante de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora