Capítulo 18: Pansy

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Curiosamente, al volver a Hogwarts, el cambio que más me aterraba y al que nunca le podía encontrar una razón, era ver a Pansy Parkinson esquivándome la mirada luego de encontrarla observándome. Parecía consciente de que usaba legeremancia con Draco porque no mantenía su vista en mí ni por un segundo, aunque tampoco me atreví a preguntarle a Draco en alguno de nuestros encuentros.

Su mirada siempre fue poderosa e intimidante, sus rasgos la acentuaban aún más, hacían honor al orgullo de aquellos sangre pura de su casa. Seguía igual salvo que cuando chocaban con la mía se volteaban a otro lado como un acto reflejo. Comenzaba a sentirme culpable de que hubiese hecho algo malo contra ella, pero ciertamente nunca me había cruzado palabra antes.

Lo comprendí cuando un gato negro de pelaje corto y brilloso se posó en mi regazo una tarde que me había escapado de Hermione que pretendía adelantar temario para alguno de los éxtasis que nos esperaban a fin de año, con siete meses de anticipación. Bendito era Ronald que se sacrificó por mí al encerrarme en un armario cuando ella apareció a su vista cargando una montonera de libros, el golpe valió la pena, definitivamente. El felino tenía una carta atada en su cuello.

"Lamento haber actuado ese día como lo hice. Estaba asustada. Aunque eso no es un justificante ya que fui la única en atreverse a entregarte a Riddle. No busco nada a cambio, solo quería decírtelo, aunque no pude encontrar el coraje para hacerlo cara a cara, probablemente hubiese terminado insultándote nuevamente, y realmente no quería eso. Lo siento, Potter. Pansy Parkinson"

Lo había olvidado completamente y mucho menos podía culparla. Con vergüenza admito que demoré dos días pensando qué responderle, no quería que sonara indiferente pero que le diera la tranquilidad que ella seguramente esperaba.

Lo más curioso, fue que demoré otra semana más en poder enviársela, pero no porque fuera cobarde y no me atreviera, sino que las lechuzas del colegio parecían rechazar mi pedido en cuanto nombraba a la susodicha. Tenía heridas en toda la mano por culpa de sus picotazos. Después de tener a Hedwig no tuve valor para conseguir otra lechuza que tomara su lugar y creo que no podría nunca, así que no me quedó más remedio que buscar por otra parte.

- Malfoy – llamé al platinado al encontrarlo oportunamente en uno de los pasillos.

Para mi sorpresa y fortuna iba solo disfrutando de su manzana. Se detiene seguramente por mera curiosidad, ya que aún no teníamos tanta confianza a pesar de mis inútiles intentos. Quizás esa cercanía era la que había alentado a Pansy enviarme la carta, y quería mantener la discreción que ella había buscado, el orgullo de las serpientes debía mantenerse intacto.

- Necesito que entregues esto – le digo al llegar a su lado. El gesto de incredulidad de Draco al ver el nombre escrito en el sobre fue tan claro que dudo en tomarla – No tengo lechuza. Intenté enviarla con una del colegio, pero por alguna razón me la rechazan – aclaré mostrándole la otra mano llena de vendajes cubriendo mis heridas, uno aun sangraba ligeramente al liármela con un águila cosa que no volverá a cruzarse por mi cabeza – Puedo pedirle a Daphne – le digo al ver por sobre su hombro a otra rubia pasar a lo lejos. Draco sigue mi mirada, pero rápidamente me arrebata el sobre de mis manos. El respingo de la sorpresa por su reacción fue muy obvio.

- Se la daré – dijo sin más al dar media vuelta con su frialdad de siempre y su quijada irritablemente tensa. Draco iba evaluando el sobre como si tratara de leer a través de él. Era lógico sospechar que le enviara una carta a Pansy, pero él era su amigo y seguramente mantendría el secreto de los otros chismosos.

Pero no había mucho para decirle, o al menos nada más ingenioso que decirle: "Yo hubiese hecho lo mismo". Fue todo lo que diría la carta en cuanto la leyera, incluso evité firmarla por si había curiosos.

Donante de AmorWhere stories live. Discover now