Capítulo 36: El Amigo Inquebrantable

483 41 5
                                    

-------- ---- ------ ------

Enfrentar a un perro de tres cabezas y descubrir que se calmaba con un poco de música no fue nada extraño. Jugar al ajedrez mágico gigante y descubrir que podrías morir en el intento no fue extraño. Asesinar a un profesor y descubrir que Riddle estaba literalmente detrás de su cabeza no fue nada extraño, aunque si asqueroso. Jugar a las escondidas con un basilisco que podía matarte con la mirada o dejarte de piedra si veías solo su reflejo tampoco tenía algo de extraño. Descubrir que el padrino de tu amigo estaba encarcelado injustamente y que el verdadero asesino había estado en mis propias manos con su forma animago, una rata, tampoco era algo que te sorprendiera, aunque si un tanto confuso en la segunda parte. Saber que Voldemort había regresado luego de que Harry hubiese ganado el torneo a cuestas de la vida de Cedric Diggori tampoco llegaba a sorprenderte. Enfrentarte a todo el ministerio y tener una batalla contra cerebros endemoniados podía llamarte la atención, pero no demasiado. Que tu mejor amigo hubiese atacado a Draco Malfoy dejándolo casi al borde de la muerte parecía no preocuparle a nadie. Ni qué hablar de toda la travesía al buscar los horrocruxes. Que Draco Malfoy no te delatara frente a la mano derecha del mismísimo Voldemort era una completa locura.

Pero lo que verdaderamente era extraño, era ver a Draco Malfoy y Harry Potter riéndose y dándose miraditas poco normales mientras elaboraban una poción en la clase de Slughorn. Y juraría que no era el único que lo pensaba, porque Theodore Nott, Blaise Zabini e incluso el profesor veía la rara interacción que compartían esos dos en la mesa más apartada del salón.

La consigna era sencilla, al menos para el profesor, realizar una versión aceptable de poción herbovitalizante, aquella que con suerte revierte los efectos del filtro de muertos en vida, y esos dos habían decidido sentarse juntos esa mañana. El trabajo era en parejas y la reprimenda era que uno de los dos debía correr el riesgo de probarla para saber si había resultado.

Uno pensaría que Harry mandaría a Draco a la reserva de dragones en Rumania luego de estar escuchando los quejidos e insultos que le propinaba por tan desastroso trabajo que el azabache parecía estar haciendo, pero contrariamente él estaba sonriendo y aguantando la carcajada para no alertar al profesor mientras caminaba por las mesas vecinas. Cuando por fin Draco terminó el trabajo por los dos, le ofreció el frasco para que Harry fuera el que la bebiera. Harry la tragó haciendo una muesca de disgusto por el sabor.

Lo que pasó luego fue lo que todos encontraban dentro de los parámetros normales de esa relación de amistad, pues Harry Potter estaba tendido en el piso luego de caer tan bruscamente que todos lo pensaban muerto porque, además, no estaba moviéndose en absoluto.

Todos, incluyéndome, nos habíamos dado un susto de muerte al verlo en ese estado y no sabíamos cómo actuar. Draco estaba paralizado, boquiabierto mirándolo desorientado, pero a la vez dándole ligeros golpes con su pie a la pantorrilla de Harry para ver si éste reaccionaba.

El profesor estaba desesperado, chillaba que había matado a su alumno porque no debió permitir que probasen una pócima sin su verificación.

Fue en ese momento, cuando Draco miró a su profesor elevando una ceja y cruzándose de brazos ofuscado por insultar su trabajo y prácticamente llamarlo un inútil, tan cómica fue la reacción de éste que Harry no pudo aguantar la risa y comenzar a retorcerse por el dolor de estómago que eso le ocasionó.

Cualquiera hubiese pensado que Harry se reía del profesor rechoncho, pero de no haber visto todo desde el comienzo, no sabría que en realidad se reía de los gestos del platinado al cuál no podía quitarle la vista de encima mientras refunfuñaba al escuchar los quejidos del viejo.

A pesar de todo el drama generado, Draco, en lugar de enojarse con Harry, comprendió la broma que intentaba hacer. Pocos eran los que creían que algún día Harry Potter pudiese morir después de sobrevivir a dos avada kadabra y seguir pavoneándose como si nada, yo mismo gustaba de creer eso, aunque sabía que no era verdad. Draco Malfoy también estaba seguro de que Harry no era inmortal, pero luego de haberle salvado la vida en la enfermería, creía ridículo que muriese a mano propia, mucho menos con una poción que la orgullosa serpiente había creado.

Donante de AmorWhere stories live. Discover now