CAPITULO 4

1K 44 3
                                    

ANKAA

Confusión, eso era lo que sentía.

Estaba totalmente confundida, Bastián me hacía perder toda la cordura que tenía. Me intentaba resistir, pero era un total fracaso.

Paz, tranquilidad, deseo eso era lo que sentía cada vez que lo veía, pero a la vez sentía que traicionaba a mi padre a la Orden a lo que me habían enseñado.

Algo me hacía querer el contacto de ese Lobo, me hacía querer tenerlo cerca. Es estúpido lose, pero no puedo quitarme sus ojos de la cabeza, ni su tacto.

Desde que desperté todo era un caos, mi pierna herida, mi inestabilidad al tenerlo cerca, el bajar la guardia cada vez que está cerca.

Aun sentía sus labios besando el espacio de mi oreja hacia el hombro, aun sentía como pasaba su lengua por mi cuello, después de esa pequeña interrupción y de romper la burbuja que teníamos; cosa que me avergonzó al recordarlo y de darme golpe mentalmente por lo ocurrido estaba sentada en el sillón y agarrando su mano después de presentarnos.

-Entonces Ankaa. - hablo sonriendo, causando que quitara mi mano de la suya.- Que hermoso nombre.- dijo mirándome.

-Sí, gracias. - dije quitando mi mirada de él.

-Bueno Ankaa, de lo que te quería hablar era que necesitas reposo, como ves tu pierna esta lastimada y el doctor dijo que necesitabas reposo absoluto. - concluyo sonriente.

Maldita encantadora sonrisa. - pensé.

-No puedo quedarme aquí. - solté intentando pararme cosa que él no permitió.

-Ankaa, escúchame, te harás daño. -dijo sentándome de nuevo con mucho cuidado. - Llamare a mi hermana para que te vuelva a cerrar los puntos y te limpie la herida. - dijo señalando mi pierna. - No intentes moverte, vengo rápido, mientras come para que recuperes fuerza.

Salió por la puerta, mire a mi alrededor, la habitación era hermosa con colores blanco y negro, mire la comida y sin pensarlo dos veces comí lo que había ahí, pan tostado, yogurt, tocino y un sándwich de jamón y un jugo de naranja junto con una botella de agua.

También habían cubiertos pero lo único que podía usar era el tenedor, para poder usarla como un arma, aunque eso sería patético ya que estoy lastimada y sería una presa fácil.

Por la puerta entraron Bastián con una chica de cabellos pelirrojos.

La chica me miraba con una sonrisa, se acercó sentándose a lado de mí.

-Veo que te quedo muy bien mi ropa. - dijo la chica sonriendo.

Mire la vestimenta y si todo encajaba perfectamente.

Mire la vestimenta y si todo encajaba perfectamente

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La CazadoraWhere stories live. Discover now